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¿Por qué hay tanta arena en esa parte de la A-6?

Eloy de la Pisa

Lunes, 5 de octubre 2015, 17:30

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¿Qué ha pasado para que en apenas 24 horas se produzcan dos graves colisiones en prácticamente la misma zona de una autovía manifiestamente segura y bien conservada? ¿Por qué de pronto surgen nubes de arena en la áspera meseta castellana? ¿Por qué hay tanto sílice en polvo, que eso es la arena, en esa zona de las provincias de Valladolid, Ávila y Segovia?

La segunda pregunta responde a la primera, y para responder a esta y a la tercera, hay que remontarse a hace muchos miles de millones de años. Mucho antes de que los dinosaurios dominaran la tierra, cuando las disposición de lo que ahora son los continentes nada tenía que ver con lo que conocemos, lo que ahora es la Meseta Norte estaba sumergida en el mar. A muchos kilómetros de profundidad. Era fondo marino. Roca aplastada por toneladas de agua. Los movimientos tectónicos acabaron elevando hasta la superficie toda aquella ingente masa de tierra, y se formó una gran montaña que empezó a ser erosionada. Muchos miles de millones de años después, aquella roca que emergió del mar es la llanura de la comarca de Medina, es La Moraña y toda la zona de pinares que se prolonga hacia Cuéllar.

Pues bien, toda la arena que el viento ha estado llevando hacia la autovía es el producto de esos miles de años de erosión. Una arena que durante mucho tiempo estuvo frenada por los pinares y los encinares y los robledales. Pero la necesidad de ganar terreno para la agricultura -dado que debajo de esos arenales hay un gran acuífero que no es sino el agua del mar que se quedó atrapada cuando el terreno se elevó allá por el origen de los tiempos-, ha provocado una deforestación. Las labores agrícolas, necesarias para el cultivo del cereal, han ido sacando la arena más profunda. Arena que con el tiempo, mucho tiempo, irá desapareciendo. Pero, hasta que eso pase -y no lo veremos-, siempre que sople el viento del sur o del suroeste con temperaturas altas, se formarán nubes de arena sobre la autovía. No son raras, pero esta vez sí han tenido consecuencias.

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