Peñafiel vuelve a cumplir con el rito de pisar la uva y probar el primer mosto

Inmersa en la recogida de la uva, la Ribera del Duero también hace un hueco para festejar un momento tan especial para la consecución de sus grandes vinos como es este en el que la actividad se multiplica en viñas y bodegas. Ayer esa cita fue en Peñafiel, en la cuna de la Denominación de Origen ribereña, donde se celebró la que hace su vigésimo cuarta edición de la Fiesta de la Vendimia. Esta fiesta se enmarcó dentro del programa de actividades de Riberjoven, una propuesta turística protagonizada por los vinos jóvenes ribereños y por las tapas y pinchos que distintos establecimientos de la localidad preparan para la ocasión.

Un año más el rito del pisado de la uva se consumó y, de nuevo, la encargada de cumplir con la tradición fue la joven peñafielense Carmen Ruiz de Lucas, quien pisó los racimos depositados en una cubeta de madera en presencia del numeroso público que se congregó en la Plaza de España del municipio. Según realizaba Carmen su tarea, a través de una espita colocada en el cubillo, el mosto fue fluyendo a un barreño de barro, donde, unas voluntariosas vendimiadoras de la Asociación Santa Clara, lo fueron recogiendo en jarras de vidrio y típicos jarros castellanos de barro para repartirlo entre los espectadores. Este grupo de mujeres, ataviadas a la vieja usanza, animaron mucho la distribución del zumo de la uva, bailando y haciéndose entre ellas el típico lagarejo de vendimias, consistente en frotar un racimo por la cara, según la tradición, sobre la de aquel o aquella que se estrena en vendimias. Ellas son veteranas pero aun así disfrutaron de lo lindo con esta tradición. Asimismo, el grupo local de Danzas Duratón animó el momento con sus bailes al son de la dulzaina de Los Villa.

Una bodega de la población donó a la organización, el Ayuntamiento de Peñafiel, el mosto que se distribuyó, 32 litros, y también los 75 kilos de uva que pisó Carmen, joven que domina a la perfección el pisado pues lo lleva haciendo desde que era niña. Carmen estuvo acompañada por su madre, Yolanda, y de su hermana pequeña, Rocío.

Balance positivo

Durante todo el día de ayer continuó celebrándose Riberjoven con la degustación de un importante número de vinos jóvenes y tapas en los establecimientos hosteleros participantes en esta iniciativa turística. Los hosteleros preguntados valoraron positivamente el discurrir del fin de semana, donde se han cumplido sus expectativas en cuanto al número de clientes que han pasado por sus negocios. Igualmente exitosas fueron las catas guiadas y gratuitas celebradas en dos hoteles y en el Museo del Vino, completándose las 220 plazas disponibles. Alta participación en las otras actividades y, aquellos que lo deseen, todavía tienen tiempo hasta el 30 de octubre para ver la exposición fotográfica titulada La Ribera del Duero, en el centro cultural municipal.