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Entrada del desfile de banderas en Valladolid en 2013.
Diez respuestas sobre Pingüinos

Diez respuestas sobre Pingüinos

Estas son las claves que permiten entender cuál es el momento en el que se encuentra la concentración motera y qué riesgos existen para su futuro

Antonio G. Encinas

Viernes, 2 de octubre 2015, 13:01

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No. No al menos como se conoce Pingüinos, con su zona para conciertos, tienda y restauración y la de acampada. La parcela de la Hípica destinada a la concentración puede estar lista si el Ayuntamiento logra finalizar las obras, algo a lo que se ha comprometido. La zona de acampada es la problemática. La parcela ofrecida como alternativa no tiene pinar, es un solar de tierra sobre el que, en enero, sería imposible pensar en montar tiendas de campaña y mucho menos absorber la circulación de miles de motos por el barro. El pinar, a pesar de las autorizaciones de la Junta y del Ayuntamiento, está condicionado por las posibles denuncias. Ecologistas en Acción ya advirtió de que denunciaría una acampada en esa zona, que tiene un cierto nivel de protección medioambiental (aunque se supone que menor que el que tenía Puente Duero). Si denuncian, ellos o cualquier particular, podrían pedir la suspensión cautelar de la concentración para prevenir los posibles daños y amparándose en la sentencia favorable que obtuvieron en el caso de la zona de Puente Duero.

Puede tener cierta influencia, pero no es lo más relevante. Turismoto (no solo su presidente, sino varios de los socios) asegura que tienen fórmulas suficientes para financiar la concentración a pesar de que el tesorero pudiera negarse a aportar su firma para pagar las facturas. Pingüinos se financia con el dinero de las inscripciones, de los patrocinadores y los alquileres de los espacios de restauración y tiendas.

Hay dos sectores enfrentados. A un lado, el del presidente, Mariano Parellada. Al otro, el de José Manuel Navas, tesorero. Treinta socios firmaron a finales de 2013 una carta dirigida a Parellada en la que pedían el cese del tesorero «por pérdida de confianza». Le acusaban de dispensar un trato vejatorio a los socios. En la asamblea, a la que acudió un notario, se votó mayoritariamente retirar de sus funciones a Navas (un 85% de los asistentes), que a pesar de ello seguía siendo socio. En Pingüinos 2014 ni Navas ni los otros dos miembros de la junta directiva que le apoyaron participaron en la organización. Navas impugnó la asamblea por considerar que los únicos miembros de Turismoto con derecho a voto eran los componentes de la junta directiva, diez personas. De ellas, seis son Navas y los dos que le respaldaron, junto a sus esposas, por lo que tendrían mayoría frente a Parellada (6-4). Trató de demostrar ante el juez que los otros socios, que votaron su cese en la asamblea, no lo eran de pleno derecho porque en su día no tramitaron la solicitud para formar parte del club. El juez le dio la razón y fue repuesto como tesorero. Parellada recurrió la decisión y se está a la espera de conocer la resolución judicial.

Cincuenta socios respaldaron con su presencia la gestión de Parellada en el acto de ayer. Muchos de los socios están dolidos con Navas por el argumento que ha utilizado para regresar a la directiva. «Hemos estado durante años participando en los actos del motoclub, en las asambleas, en la organización de Pingüinos... Incluso en 2008 nos pidió el DNI para completar el libro de socios, porque había que presentarlo en la Federación de Motociclismo», comentaba ayer uno de los miembros más antiguos del motoclub. En el bando de Parellada aseguran que tienen en torno a 100 socios de su parte y 20 del lado de Navas.

No. Pingüinos, como tal, es una marca registrada.

No. El motoclub se opone frontalmente a cambiar las señas de identidad de la cita, que es conocida por ser la concentración invernal más importante de Europa.

Es muy difícil. Primero, porque habría que ver en cuánto valoran la marca los miembros del motoclub, que tampoco sopesan -salvo el sector de José Manuel Navas, según una información de El Mundo- ceder su marca. Después, porque la organización de Pingüinos recae directamente en los socios de Turismoto. Unos ochenta se encargan de acotar el terreno, la señalización, hacer los pedidos, preparar las bolsas que se entregan con la inscripción, organizar el tráfico a la entrada de la concentración, servir la leña... La organización sobre el terreno empieza un mes antes de la fecha de inauguración, se acelera durante la semana previa y exige jornadas interminables durante los cuatro días de concentración. Ninguno de los miembros del motoclub cobra por ese trabajo. Si hubiera que pagar nóminas o servicios el coste de la organización se dispararía, y por consiguiente habría que aumentar considerablemente el precio de la inscripción o que el Ayuntamiento aportara una gran cantidad de dinero para sufragar los gastos de personal.

La entrada a la concentración en Puente Duero tenía un camino asfaltado. A ambos lados se estacionaban las motos para realizar la inscripción antes de entrar. Ese suelo es similar al del terreno ofrecido por el Ayuntamiento, el solar de los padres Paúles. Cada año se formaba un tremendo barrizal del que incluso costaba sacar la moto cuando más tráfico había. Dentro de la concentración, ya en el pinar, el suelo arenoso actuaba como drenante. No se formaba barro, apenas había algún charco en los caminos y los participantes podían aparcar las motos y montar las tiendas de campaña y carpas sobre un suelo húmedo pero no embarrado. Esa es la diferencia entre ambas parcelas, la que ofrece como alternativa el Ayuntamiento y la que pide Turismoto. No se puede pedir a quienes vienen desde lugares como Eslovenia, Italia, Francia, Barcelona o Cádiz que, al llegar de viaje, acampen en el barro y sin pinos que los resguarden, además, del viento o las heladas.

Un futuro difícil. Sobre todo porque sigue sin resolverse la cuestión de la zona de acampada. Si el Ayuntamiento consigue que se legalice la ubicación en el pinar junto a la Hípica, mediante permutas de terreno o cualquier otra fórmula, sería la solución, pero siempre con vistas a 2017.

Muy difícil. Al menos a corto plazo. Pingüinos ha consolidado su crecimiento cuando se ha acercado a Valladolid. 29.000 inscritos en Simancas y 26.300 de media en Puente Duero en los cuatro últimos años, cifras que solo alcanzó, en sus dos últimos años, la sede de Boecillo (permaneció allí siete ediciones). La mayoría de los socios residen en Valladolid, y organizar la concentración en otra ciudad les supondría un esfuerzo difícil de asumir.

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