Borrar
Un herido por asta de toro en el cuello en el primer encierro de Portillo

Un herido por asta de toro en el cuello en el primer encierro de Portillo

Tres toros de Antonio Arribas, bravos y con genio, llegaron al pueblo mientras que un cuarto tuvo que ser anestesiado

Lorena Sancho Yuste

Lunes, 7 de septiembre 2015, 19:49

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Portillo no entiende de festivos o laborales. La desmesurada afición que derrocha, y la estética que ofrecen sus encierros, de belleza sublime, llenó en su primer festejo campo a través miradores, lomas, explanada, empedrada y las inmediaciones de la plaza de toros. Pedro Caminero, el ganadero y empresario casado en esta villa, dirigía el encierro desde los corrales de El Comeso.

Eran las diez en punto de la mañana cuando cuatro astados de la ganadería de Antonio Arribas (domecq) salían arropados por una parada de bueyes y decenas de caballos. De salida, uno de los animales zafó a la manada y tomó rumbo hacia el término de Aldeamayor de San Martín. Sería poco después de la pasta y el orujo, cerca de las diez y media, cuando los cabalistas lograran reconducirle e integrarle de nuevo a la manada.

Los cuatro astados con los bueyes y los caballos llegaron hasta la explanada ubicada frente a la gasolinera. Tres tomaron la cuesta hacia la empedrada, pero solo uno llegó directo a la plaza. En este tramo resultó herido un vecino de 55 años, que responde a las iniciales de J. M. E., que recibió una paliza severa de uno de los astados, con contusiones múltiples por todo el cuerpo y una cornada de 15 centímetros en el cuello, limpia, de la que tuvo que ser operado en la enfermería de la plaza, según explicó la cirujana, Patricia Legido.

Dos de los astados regresaron a la explanada, donde ofrecieron infatigables embestidas a caballos, remolques y vehículos y ofrecieron un gran juego para los numerosos cortadores que se dieron cita junto a la carretera. Cerca del medio día, uno de los dos astados fue anestesiado e introducido en un cajón para su traslado a los corrales. El otro subió hacia Portillo por la parte de atrás para ser encerrado. El animal restante, el cuarto, que se había dado la vuelta, ofreció posteriormente un excelente juego en la explanada. Lo toreó el cortador Rubén Sánchez con un paraguas al que embistió con bravura. Poco después golpeó a remolques y vehículos junto a la carretera para finalmente subir la cuesta y acceder al pueblo.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios