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Una de las clases de hostelería, dentro del programa PICE, de la Cámara de Comercio.
La Cámara ajusta los cursos a la demanda de las empresas a cambio de contratos

La Cámara ajusta los cursos a la demanda de las empresas a cambio de contratos

El Plan PICE, que tiene como objetivo que los jóvenes parados encuentren empleo al finalizar la formación, ya ha sido aplicado por McDonald’s, que dio trabajo a 15 estudiantes

marina casero

Lunes, 31 de agosto 2015, 18:40

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«Los jóvenes son el futuro». Esta expresión se puede escuchar en cualquier conversación, de cualquier ciudadano. El paro juvenil es un problema de la sociedad española y por tanto, hay que implicarse para solucionarlo. Desde la Cámara de Comercio de Valladolid se ha puesto en marcha el Plan PICE (Programa Integral de Cualificación y Empleo) para ofrecer oportunidades a los jóvenes de la provincia. El programa cuenta con un doble objetivo; por un lado, adquirir formación y por otro, la posibilidad de acceder a un puesto de trabajo. Asimismo, supone un progreso social.

Roberto García, director general de la Cámara de Comercio, comentó que intentan «mejorar su perfil profesional y sus oportunidades de inserción laboral, dotarles de una red de contactos y conocimientos para que puedan acceder al mercado laboral». Clara Manzanares, responsable del departamento de Formación y Empleo, añadió que otro de los objetivos es enseñarles a comunicarse para poder pasar una entrevista de trabajo y desenvolverse después en el puesto que va a desempeñar. También reciben asesoramiento para redactar su propio currículum. El programa solo acoge a jóvenes de entre 16 y 30 años en situación de desempleo y que no estén estudiando. La formación se orienta según la situación de cada persona en cuatro grupos: con formación y sin experiencia, con formación y con experiencia, sin formación y sin experiencia y sin formación y con experiencia. «Intentamos ofrecer una formación con cualificación oficial porque hay un sector de la juventud sin ningún tipo de estudios y experiencia», explicó el director.

Para acceder a este programa, el alumno debe inscribirse en el Plan de Garantía Juvenil en la página web del Ministerio con una firma electrónica. Sin embargo, desde la Cámara les facilitan una memoria externa con l

a firma digital y les ayudan a completar la solicitud.

Proceso de selección

A partir de ahí, se abre un proceso de selección de cada uno de los grupos en que se divide a los jóvenes según la clasificación. Después, reciben una sesión de orientación para poder acceder a una formación troncal, en inglés, competencias básicas (solo para gente que no ha terminado la ESO), competencias específicas, prácticas laborales y por último, la inserción en el mercado laboral. El número de alumnos va disminuyendo en cada etapa, «ojalá pudiéramos insertar a todos los jóvenes que captamos», concluyó García. Este curso no tiene ningún coste para los jóvenes. Tendrán un máximo de 25 alumnos, dependiendo de la formación. Algunas permiten un número amplio de estudiantes y otras, más reducido. «Porque sino la calidad de la formación puede verse afectada. Y esto es algo importante», afirmó Manzanares.

En cuanto a las empresas, se les oferta una serie de ventajas para cualificar a los jóvenes y enfocarles a su empresa mediante competencias específicas. Además, reciben bonificaciones por la contratación, en concreto, 1.500 euros por cada contrato de seis meses. Hay que tener en cuenta que esas bonificaciones no son excluyentes. Esta se sumaría a las que se pueden percibir de otras instituciones. Como por ejemplo, el Plan Impulso de la Diputación. Por último, ofrecen un asesoramiento a las pymes para la mejora de su negocio.

El único requisito para las sociedades es que acepten un compromiso de inserción. En un grupo de diez personas, pues que un número de tres o cuatro accedan a un puesto de trabajo. «Al contar con fondos públicos hay que asegurar un mínimo considerable de inclusión», afirmó el director general. El proyecto, además de fomentar el empleo específico, supone una mejora del negocio. Así, definen roles, competencias y los perfiles de los empleados, todo ello junto a los empleadores.

El cofinanciador ha sido la Diputación de Valladolid, por eso, la Cámara trabaja con jóvenes de toda la provincia. Y por eso, también, se ha dado prioridad a empresas de la provincia. «La Diputación ha hecho una apuesta muy fuerte», reconoció el director. Además, García declaró que están pendientes de firmar un convenio con el Ayuntamiento de Valladolid. «El equipo de gobierno conoce el plan y estamos a la espera de ello», dijo.

El proyecto solo se ha desarrollado con la empresa McDonalds, en concreto, un curso de 60 horas de formación específica para 15 jóvenes y se ha quedado con todos, todos han obtenido un contrato laboral y además, indefinido. Previamente, este grupo ha tenido una formación en habilidades sociales, inglés y tecnología. En total, han recibido 125 horas de formación. Manzanares comentó que el trabajo en equipo es fundamental para trabajar en el sector hostelero.

Cuentan con un presupuesto de 1.100.000 euros, de los cuales, 600.000 se van a aplicar en la provincia. Por su parte, la Diputación de Valladolid ha aportado 100.000 euros. Las pautas que deben seguir son las siguientes: atender a 646 jóvenes y orientar a 531.

El número de alumnos que deben insertar es 194. Por lo pronto, con la Diputación van a atender a 258 jóvenes. El convenio con la entidad provincial se firmó en el mes de abril y a día de hoy, solo está ejecutado el 25% del Plan. Han captado 62 chicos y chicas y se han insertado a cuatro en la provincia. García insistió en que se encuentran todavía en fase de desarrollo.

Responsabilidad

El compromiso de inserción que ha adquirido la Cámara es del 38%, tanto con el Plan europeo como con la Diputación. El programa durará hasta diciembre de 2017. «Cuando cumplamos con los objetivos, no significará que no sigamos adelante con él», declaró García. La empresa Acíturri, de Boecillo, ha formado a 13 jóvenes y todos ellos ya están haciendo las prácticas. «Nos han comunicado que tres de ellos se incorporarán como trabajadores en la empresa y puede que alguno más lo haga más tarde», comentó el director. El próximo proyecto será de la mano de Hermi Carne de Conejo, ubicada en La Cistérniga.

Uno de los aspectos que destacan los profesionales de la Cámara de Comercio es la falta de motivación que perciben en los alumnos. «Hemos encontrado jóvenes que igual llevan dos años o más sin estudiar o trabajar. Ni tan siquiera en disposición de buscar. Están totalmente paralizados», explicó Manzanares. El principal objetivo es recuperar a esa parte de la sociedad. El director afirmó que «muchos jóvenes salen diciendo que han recuperado la ilusión y se interesan por otros cursos».

A diferencia de otras Cámaras de Comercio, que ejecutan de forma lineal sus programas, el modelo de la Cámara de Valladolid es inverso. Primero buscan la empresa para asegurarse la inserción y a partir de aquí, comienza la ejecución. ¿Qué ocurre? Se capta a un joven, se le orienta, se le forma y, si no cuentan con una empresa, pueden pasar meses hasta adquirir la formación específica. «Aquí, al joven le decimos dónde tenemos trabajo y a partir de ahí, eligen», declaró García.

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