Los pueblos de Valladolid asumen el desembarco de 150.000 veraneantes

Es el caso de Anna, la simanquina que se fue a vivir a Suiza y que ahora pasa las vacaciones en su pueblo. O de Lauri y Julio, que retornan a Torrelobatón procedentes del Santurce al que emigraron hace decenios.Es la escena que cada verano repite Luis, que vuelve a La Seca. OTeles, que retorna a Traspinedo. Son el rostro y la voz del gran movimiento demográfico que vive la provincia durante los meses estivales. El regreso al hogar familiar. La vuelta a las raíces para pasar las vacaciones. El retorno a la cuna vallisoletana. Los pueblos de la provincia registran durante julio y sobre todo agosto un aluvión de llegadas, el desembarco de miles de hijos pródigos que un día salieron de la localidad para ganarse el pan y que ahora regresan, en vacaciones, para visitar a la familia y reencontrarse con los amigos. El fenómeno es visible en cualquier localidad. Yahora, en esta quincena de agosto, con fiestas en buena parte del terruño, se hace aún más evidente.

El Ministerio de Hacienda y Administraciones Locales se ha interesado por este fenómeno y ha intentado cuantificarlo. ¿Cuánta gente vuelve a su pueblo durante el verano? El Gobierno ha elaborado para ello la Encuesta de Infraestructuras y Equipamientos Locales, un informe (sus últimos datos son de 2013)que compara las cifras oficiales del padrón con la estimación que los municipios hacen sobre la gente que acude a sus pueblos durante el verano:población estacional lo llaman.Y el resultado es brutal. Los pueblos de Valladolid asumen durante estos meses el valor máximo establecido la llegada de 149.117 personas, cuando durante el resto del año viven y transitan sus calles 218.080 vecinos.O sea, durante julio y agosto (también se incluyen aquí los puentes o fines de semana) su población crece hasta el 46,2%, lo que obliga a los ayuntamientos a reforzar servicios... y lo que beneficia también a los bares y tiendas (fruterías, por ejemplo) que ven cómo crece su volumen de clientes.

Al final va a ser verdad eso de que (casi) todo el mundo tiene pueblo y que el verano es el mejor momento para visitarlo. La encuesta del ministerio certifica que este fenómeno se percibe en menor medida en pueblos del alfoz (como Zaratán, Villanubla o La Cistérniga), municipios que en los últimos años han multiplicado su población y que cuentan con menor volumen de emigrantes, y también en los grandes municipios, como Medina del Campo. ¿Dónde se registran más incrementos de población? Según los datos del Gobierno, las cifras son más llamativas en los municipios de Montes Torozos, Tierra de Campos y los valles del Duero y del Esgueva.

Foco de turismo

La población flotante está directamente vinculada con esta operación retorno de los familiares. Y lo refrendan los datos. La Encuesta de Turismo de Residentes del INE certifica que, durante el primer trimestre de este año (últimas cifras disponibles), siete de cada diez viajeros de Castilla y León se alojaron en casas de familiares durante sus traslados (el 71,4%), mientras que el resto utilizó establecimientos reglados, como hoteles, casas rurales... Y este porcentaje de techo amigo o cama en casa familiar es mayor en verano. Pero, al margen de eso, para calcular esa población flotante también se tienen en cuenta los equipamientos de los que disponen estas localidades. Aquellas con mayor oferta turística, con un especial encanto medioambiental, con mejores servicios son puntos de atracción para urbanitas que, durante los meses de verano, buscan un destino para escapar de la ciudad, una segunda residencia.

¿Cómo se ha llegado a estas cifras, a cuantificar estas casi 150.000 personas?La encuesta del Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas reclama de forma periódica datos sobre las dotaciones y equipamientos que tiene cada municipio (red de abastecimiento, potabilizadoras, bibliotecas, alumbrado, centros culturales y asistenciales, colectores, servicios de bomberos, tanatorios). Junto a estos datos, se incluye la población oficial registrada en el padrón... y los ayuntamientos calculan el número de vecinos que asumen en los periodos de mayor afluencia (normalmente el verano). Esto sirve a las administraciones para valorar posibles inversiones que puedan prestar servicio a la población total que hay en una determinada localidad. Y si algún Consistorio no remite sus datos, el propio ministerio establece unos criterios de cálculo en relación con la comarca en la que está inmerso.

José María Delgado y Luis Carlos Martínez Fernández, del departamento de Geografía de la Universidad de Valladolid, publicaron el año pasado un estudio sobre la importancia de la población flotante en los municipios rurales, con unclaro «efecto socioeconómico dinamizador», sobre todo en comunidades como Castilla y León, donde se «alcanzan densidades de población mínimas a escala de la Unión Europea (12,4 habitantes por kilómetros cuadrado)». «Es más prosigue el informe si en España los que no llegan al millar de residentes suponen el 60%del total, en Castilla y León son el 88%». Con esta situación, «la pervivencia de estos municipios tan escasamente poblados difícilmente se explicaría en virtud de su propia dinámica interna, por lo que dependen de factores exógenos ligados a una economía de temporada».

Y sí, es mayor Castilla y León que en otras regiones por el marcado pasado emigrante de la provincia y la comunidad. Los datos del INE lo dejan claro.Hay 36.587 vallisoletanos que viven en Madrid. Son 9.992 en Vizcaya, 4.469 en Guipúzcoa, 10.622 en Barcelona. La emigración en la segunda mitad del siglo XX llevó a muchos paisanos a buscarse la vida a otras regiones, al extranjero... y a Pucela, la capital. Y sí, muchos vuelven al pueblo en verano.