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La idea del Papa de una Semana Santa con fecha fija gusta en Valladolid

La idea del Papa de una Semana Santa con fecha fija gusta en Valladolid

La propuesta de celebrar la Pascua el segundo domingo de abril haría más fácil la difusión turística y afectaría a los coles

Víctor Vela

Sábado, 27 de junio 2015, 09:42

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¿Y si dejamos de bailar la yenka con el calendario?¿Ysi la Semana Santa cayera siempre en las mismas fechas?La propuesta lanzada el pasado 12 de junio por el Papa Francisco en un encuentro con religiosos ha sido recibida con buenos ojos en el Arzobispado, en las cofradías y entre las voces más vinculadas con el sector turístico.Si la máxima autoridad de la Iglesia lo bendice, adelante. De momento, claro, es una propuesta, un pensamiento en voz alta. El Papa Francisco recordó la voluntad (vigente desde PabloVI)de «buscar la unidad de la fecha de la Pascua» para que coincida en las celebraciones católicas y ortodoxas (que se rigen por calendarios distintos, el gregoriano y el juliano, que difieren casi trece días entre sí). Francisco insistió en la necesidad de tender puentes, de ponerse de acuerdo y dijo que la Iglesia católica estaría dispuesta a «renunciar» a sus cálculos si se estableciera una fecha fija, común para todos, para la Semana Santa.

¿Por ejemplo?Que la Pascua (Domingo de Resurrección) se celebre el segundo domingo de abril.

Y claro, eso tiene sus consecuencias, sobre todo en una ciudad como Valladolid, que vive con fervor (y una clara mirada turística y económica)la Semana Santa. El vicario de la diócesis, Luis Argüello, recordó que esta decisión solo será posible «si existe un acuerdo con los ortodoxos». Y, de entrada, no parecen estar muy por la labor. Vamos, que no quieren. Pero, si se llegara a una entente, «si fuera una muestra de comunión entre las confesiones cristianas, sería algo muy importante», dijo Argüello, quien ayer estaba de visita de peregrinación en Tierra Santa con un grupo de vallisoletanos.

Felipe Esteban, presidente de la Junta de Cofradías, recordó que las hermandades se «atienen» a los criterios fijados por la Iglesia, pero abundó en la idea de que una fecha más o menos fija (la segunda semana de abril) serviría para «unificar» los ensayos y preparativos.

Pero esta medida afectaría a más sectores.Por ejemplo, al turismo, que este año (por el buen tiempo)ha vivido récord de pernoctaciones. «El principal problema de la Semana Santa es cuando viene muy temprana, porque no te aseguras el buen tiempo», asegura Desiderio Esteban, vocal de la asociación de hostelería, quien entiende que ese nuevo criterio podría conllevar menos incertidumbre meteorológica. «Ysi fuera la tercera de abril, mejor que mejor», remacha. El problema es que la inestabilidad de un mes como abril no es garantía de nada. Por ejemplo, este año, que el Domingo de Resurrección fue el primero de abril, hizo un tiempo espléndido. Si se hubieran retrasado las procesiones una o dos semanas, habría llovido el Jueves, el Viernes y el Sábado Santo.

Pero más allá del tiempo (que importa mucho) hay otros criterios beneficiosos para el turismo. «Dotaría de más seguridad al calendario y permitiría fijar otros eventos y actividades en función de esa fecha», apunta Francisco de Frutos, de la Asociación de Hoteles. Pablo Parrilla, del colectivo de agencias de viajes, no solo lo ve beneficioso, sino que además aplaude esa propuesta de la segunda semana de abril porque no invadiría en ningún caso el día de Villalar (23 de abril), algo que ocurrió por ejemplo en 2011, lo que garantizaría una fecha más de escapadas turísticas.

Y ojo, porque este cambio también afectaría al carnaval (por su vinculación con el miércoles de ceniza) yal ciclo escolar, que se volvería más estable. María José Gómez, de la Federación de Asociaciones de Padres de Alumnos (Fapava), recordó que el colectivo «siempre ha pedido un calendario homogéneo y que no esté condicionado a fechas religiosas». «Lo ideal es que la distribución se haga con criterios pedagógicos, porque el primer trimestre siempre es muy largo y, si la Semana Santa cae muy tarde, el tercero se hace demasiado corto». Y esto condiciona las vacaciones, que pueden coincidir por completo con la Semana Santa o invadir la siguiente, según caiga en una fecha u otra. Eso sí, habrá que insistir; esto es, de momento, tan solo una propuesta.

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