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El cocinero Pepe Rodríguez ofrece una clase maestra en la UEMC de Valladolid.
Pepe Rodríguez: «En la vida hay que tener suerte»

Pepe Rodríguez: «En la vida hay que tener suerte»

El chef Pepe Rodríguez explica a 200 universitarios de la Miguel de Cervantes las claves de su éxito culinario y mediático

Jorge Moreno

Viernes, 29 de mayo 2015, 17:26

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Una trayectoria profesional de éxito tras los fogones, que se ha multiplicado por el poder de la televisión y gracias al programa de TVE MasterChef. El cocinero Pepe Rodríguez explicó ayer a los cerca de 200 alumnos de la Universidad Europea Miguel de Cervantes (UEMC) cómo su vida ha cambiado en a penas tres años. De estar trabajando en un centenario mesón familiar en Illescas (Toledo), experimentando con nuevas recetas y recuperando platos de la cocina tradicional, capaces de acabar no con el hambre sino de crear emoción en el comensal, a dar conferencias por todo el país sobre la alimentación.

El propietario del restaurante El Bohío, de 47 años, que se definió como una persona tímida a la que le gusta hablar de la cocina «pero sin guión», dijo que su éxito se debía a varios golpes del azar.

«Estoy aquí porque he tenido suerte. No sé si estaría con vosotros sino hubiera salido en un programa de televisión. Nunca me han gustado los medios de comunicación», explicó este cocinero, que hasta los 39 años no tuvo un móvil.

Rodríguez, que acumula dos estrellas Michelin y el Premio Nacional de Gastronomía (2010) como mejor cocinero, recordó, no obstante, que aprendió de los guisos de su madre y de maestros como Martín Berasategui o Ferrán Adriá, «el mejor cocinero del mundo». Antes trabajó cuatro años como camarero, «y no hice la mili, pero como si la hubiera hecho por las horas de trabajo que he echado en la cocina cuando estuve en un restaurante de Benalmádena, en Málaga. ¡Y vaya que sudaba! El programa más duro de MasterChef no era nada comparado con la cocina de Ignacio Muguruza. Ello me curtió hace 20 años», relató.

Fue la selección de una periodista, que visionó más de un centenar de vídeos en YouTube, de cocineros que habían obtenido el reconocimiento Michelin, la que determinó su elección para el programa. De nuevo la suerte. Pero también el esfuerzo, las ganas de hacer y la pasión por una profesión, que reclamó a los jóvenes.

El cocinero hace siete años dedicaba sus esfuerzos, junto a su hermano, a sacar adelante el antiguo mesón familiar, en donde de niño veía a su madre guisar algunos días para 50 personas, en "una cocina que era un cuchitril".

Rodríguez dijo a los universitarios que tras los tres miembros del jurado de MasterChef había 200 personas que han convertido a este programa en el de mayor audiencia de la televisión de los últimos 15 años. «He tenido suerte porque ha sido un programa de éxito. Antes de ser nadie, cuando experimentaba, todos aquellos periodistas de gastronomía te querían fusilar. Ahora te piden autógrafos y fotos con sus hijos. Y todo por la televisión».

«Mi abuela ya lo decía, Suerte te dé Dios, hijo, que el saber de nada te sirve. Y que razón tenía».

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