Los Racimo de Serrada premian la sensibilidad y el compromiso del arte

La sensibilidad de los trazos sobre un lienzo, las curvas delicadas y realistas de las esculturas, la magia de la gran pantallas o las emociones que se dan sobre las tablas de un escenario. Los acordes de un violonchelo, la conjugación perfecta de las palabras, las líneas de un edificio, las imágenes que pasan desapercibidas a los ojos de cualquiera o la lucha contra la violencia de género son los valores que conformaron el palmarés de la vigésimo cuarta edición de los premios Racimo que durante la tarde de ayer entregó el Ayuntamiento de Serrada.

Esta localidad, conocida por la promoción de la cultura dentro de la provincia de Valladolid, volvió a reconocer un año más la labor que multitud de castellano y leoneses realiza dentro del mundo del arte, las letras, la música o la arquitectura.

«El balance que hacemos es muy positivo porque para un pueblo de 1.200 habitantes siempre es un reto organizar unos premios de esta categoría», comentó minutos antes del inicio de la gala de entrega de los galardones el teniente alcalde del municipio, Julio del Valle, quien recordó que «en el contexto de crisis que estamos, entendemos que estos premios son importantes ya que refuerzan el papel de la cultura premiando tanto a creadores con grandes trayectorias muy reseñables como a las nuevas promesas que serán el futura de la cultura».

Asimismo y como viene siendo habitual desde su puesta en marcha el Ayuntamiento también premio a todas aquellas personas que de manera desinteresada participan, apoyan y divulgan la cultura durante todo el año a través del programa Cosecha 2014. En esta ocasión los galardones recayeron en los pregoneros, Miguel Mélida y Florencio Carrera y en las Asociaciones barrio del Porro y jubilados y Pensionistas Pozo Bueno.

Premiados

El ilusionismo hiperrealista de los dibujos precisos y del hábil manejo de las veladuras del zamorano, Javier Rodríguez Quesada, conforman los baluartes del que es ya premio Racimo de pintura de 2014.

Su tótem a la Diosa Selena preside la entrada de la villa y se muestra desde hace años como una de las piezas más importantes del Museo de Escultura y Pintura al Aire libre de la localidad y su colaboración en exposiciones colectivas han sido determinantes para que el galardonado en escultura fuera Manuel Mochales. En arquitectura la Asociación Cultural Ciudad Sostenible se llevó el premio por la forma en la que entienden la arquitectura como un arte y servicio a la sociedad.

Recién aterrizado de Los Ángeles, ciudad en la que se está abriendo camino como otros compañeros, Gabriel Velázquez se subió a la tablas del centro cultural de Serrada para recoger el premio en la categoría de Cine. La que también subió al escenario fue la actriz medinense Sara Rivero, quien a pesar de ser una de las caras más conocidas de la pequeña pantalla, también se está abriendo camino en el teatro.

Forma parte de la nueva generación de instrumentistas españoles. Ha sido galardonada con numerosos premios y ayer con un recital dejó más que claro los motivos por los que el jurado decidió que Beatriz Blanco fuera la ganadora en la categoría de música. Las dilatadas carreras profesionales de editor, periodista especializado en información cultural y escritor, Ernesto Escapa, y del fotógrafo freelance y codirector de una agencia gráfica, Miguel Ángel Santos, fueron más que suficientes para que el jurado de manera unánime decidiera otorgar los racimos de literatura y fotografía a estos dos castellano y leoneses.

En las categorías más jóvenes (instauradas el pasado año) como son los Racimos a la promoción cultural y a los valores humanos las premiadas fueron dos grandes mujeres. En la primera de la categorías el jurado decidió reconocer a la intelectual, Teresa Ortega Coca y en la segunda a la cantante y activista reconocida en toda Europa y América Latina por su labor altruista en contra de la violencia de género, Cristina del Valle.