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Un trigal en la zona norte de Valladolid, una de las zonas donde las plantas aguantan aún el calor al tener más humedad en la tierra

Las altas temperaturas dañan la cosecha de cereales en el sur de Valladolid

Hoy podría ser el día más caluroso de mayo desde 1875, cuando se alcanzaron los 36 grados

Lorena Sancho Yuste

Miércoles, 13 de mayo 2015, 16:59

La preocupación invade en los últimos días a gran parte de los agricultores de la provincia, especialmente a los de la zona sur, ante las devastadoras consecuencias que estas elevadas temperaturas pueden acarrear para el campo vallisoletano. Las halagüeñas expectativas con las que hasta hace solo unos días se miraba a la cosecha de cereal, se han tornado en lamentos para un sector al que la tradición le ha grapado el refrán de Abril y mayo, llaves para todo el año.

Más allá de la ausencia de precipitaciones en los últimos días, el mayor enemigo de las legumbres y cereales, especialmente de la cebada, está siendo el asfixiante calor, propio del mes de julio, que está secando la espiga antes incluso de que llegue a producirse el grano. «La situación es preocupante», avanza Donaciano Dujo, presidente de Asaja en Castilla y León, quien justifica la actitud en la baja humedad que conservan las tierras como consecuencia de las escasas lluvias. «Los calores de estos últimos días amenaza con secar la humedad y pasar a una sequía».

Los daños, aunque no se podrán cuantificar hasta pasados quince días, ya los constatan organizaciones como la alianza UPA-COAG y UCCL, que advierten de que son miles las hectáreas que ya no tienen posibilidad de recuperarse. Hablan de la zona Sur, principalmente, y de otras como la del Esgueva, donde hasta hace apenas unos días había «un cosechón» y hoy por hoy está ya bastante dañado. «Día tras día vamos a ir comprobando de qué manera está afectando. Este calor seca la planta, impide que las espigas granen, no hay suficiente humedad en la tierra y las espigas blanquean directamente. De verdes están pasando a secas sin amarillear», señala Julio López, coordinador de UPA, quien, «lejos de ser catastrofistas», incide en que aunque el daño ya está hecho, no se podrá ver hasta dentro de unos días. «Si esto se produce en junio, pues podemos tener una merma del grano, pero ahora se lo lleva directamente sin haber grano. Las expectativas de cosecha nos lleva al desastre», añade.

Una cosecha antes de tiempo es lo que resume, según Valentín García, de UCCL, lo que está ocurriendo ahora con el cereal. «La planta demanda mucha más humedad y con estas temperaturas va a quedar a medio granar. Hablamos de que va a afectar a gran parte del cereal, porque a principios de mayo temperaturas tan altas no son buenas». Al igual que Julio López, Valentín García señala las zonas sur y oeste de la provincia como las más afectadas, aunque añade que otras como las del Esgueva empiezan ya a sufrir los daños.

Félix del Barrio, de la Junta Agropecuaria Local de Medina, considera que la cosecha será por debajo de la mitad de lo esperado. «Da igual que se riegue o no se riegue. Lo arrasa por arriba estos días. Las legumbres se adelantan y el cereal se seca sin granar. Una merma importante, sobre todo en la cebada», añade.

Temperaturas de julio

¿Qué origina este calor en mayo? El delegado de la Agencia Estatal de Meteorología, José Pablo Ortiz de Galisteo, explica que se trata de una masa de aire de origen africano, seca y cálida, propia del mes de julio, que ha entrado por el sur. Un fenómeno que entre lunes y martes ha dejado temperaturas de en torno a 33 grados y que para hoy, miércoles, las máximas podrían incluso alcanzar los 36 grados. «Se trata de valores muy altos y muy superiores a la temperatura máxima media para este mes de mayo, que es de 21 grados», explicó Ortiz de Galisteo.

Los 36 grados previstos para hoy en algunos puntos determinados de la provincia serán así los máximos registrados en un mes de mayo desde el año 2001, cuando se registraron 34,4 de máxima el día 29. Pero es más. Los datos históricos de la Aemet sitúan como efeméride la del 14 de mayo de 1875, cuando se alcanzaron los 36 grados. «Pero hay que tener en cuenta que ni es la misma instrumentalización ni los mismos lugares los utilizados para las mediciones», precisa. De ahí que si hoy se superan los 36 grados, como está previsto, en algunos puntos de la provincia, se batirá el récord de temperatura máxima registrada en mayo desde el año 1859, que es cuando se comenzó a medir. «Vamos a tener un día de calor atípico más propio del mes de julio que de mayo», resume el delegado territorial de la Aemet.

Ahora bien. Este día de calor durará solo eso, un día. Pues a partir de mañana, un frente de origen atlántico desplazará esta masa de aire africano y dejará temperaturas más propias del mes de mayo. Bajarán así a 24 grados para el jueves, y alguno menos para el viernes, aunque la tónica es mantenerse para la próxima semana. «No están previstas lluvias próximamente. En esta primavera se ha igualado bastante el valor normal de precipitaciones con el registrado y de momento no hay más previsión inmediata».

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