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Una familia, en el restaurante de la casa rural la Casona de Andrea, en Tiedra, durante esta semana.
El turismo rural prevé rozar el lleno en los días grandes de Semana Santa

El turismo rural prevé rozar el lleno en los días grandes de Semana Santa

Las reservas se adelantan, aunque el 10% de las de última hora dependerán de la climatología

Teresa de Lapuerta

Miércoles, 25 de marzo 2015, 19:20

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Las casi doscientas casas rurales de la provincia de Valladolid rozarán el lleno los días grandes de la Semana Santa y una ocupación aceptable tanto el próximo fin de semana (Domingo de Ramos) como las jornadas intermedias, a tenor de las reservas, con una ocupación que ya sobrepasa el 80% entre el Jueves Santo y el Domingo de Resurrección. En el sector, uno de los que ha sabido sobrellevar con mayor cintura la crisis económica, la salida del túnel ha hecho que los clientes adelanten sus reservas en algunos casos se han formalizado hace meses y se decidan a ampliar las estancias. Sin embargo, tal y como apuntan los empresarios provinciales, una golondrina no hace verano, y la estacionalidad continúa siendo la asignatura pendiente del turismo rural.

«Valladolid sigue sin ser un referente en la comunidad autónoma, pero la Semana Santa (tanto la de la capital, como en los pueblos o en Toro o Zamora) tiene mucho tirón, como también lo tiene el emplazamiento de la provincia como cruce de caminos y centro de la región», explica el presidente de la Asociación Vallisoletana de Empresarios de TurismoRural (Avatur), Luis Chico, quien se lamenta de que los picos de mayor afluencia, como los que previsiblemente se vivirán en los días de la Semana de Pasión, se circunscriban a los puentes y periodos vacacionales. «El Día delPadre ha sido fiesta en Madrid, nuestro principal proveedor de viajeros, y nosotros no hemos sabido rentabilizarlo lo suficiente», apostilla el hostelero.

Tanto el problema de la estacionalidad, como el leve repunte que experimenta el sector no son algo exclusivo de Valladolid, tal y como se pone de manifiesto en el Barómetro sobre el Turismo Rural en España, elaborado por la Universidad Nebrija. En el informe sobre el comportamiento del turismo rural en el último trimestre del año pasado se diagnostica que los principales problemas son la concentración de las estancias para lo que se propone fomentar el turismo extranjero y el de la tercera edad y la accesibilidad (tanto en lo que se refiere a Internet, como a las barreras arquitectónicas o en los servicios dirigidos a los niños). Por otro lado, son los precios asequibles, el buen trato y la cada vez mayor previsión en las reservas los aspectos más positivos.

La prioridad del wi-fi

Rico sitúa a la provincia bastante por delante de ese 60% de establecimientos nacionales que todavía no ofertan conexión a Internet, pero reconoce que extender el wi-fi a todos los pueblos es una prioridad y un «caballo de batalla» por el que la asociación está luchando en todas las instituciones. «Hasta nuestra agrupación trabaja con una central de reservas», añade el presidente, quien subraya que hay clientes que rechazan los establecimientos que no les garantizan una navegación ágil por la red. Además, según el barómetro citado, una de cada dos búsquedas de alternativas hoteleras se realizan ya a través de dispositivos móviles.

En cuanto a las barreras arquitectónicas el 80% de las casas rurales no están adaptadas para las personas con minusvalía, el problema se complica. Castilla y León, en general, y Valladolid, en particular, tienen el privilegio de contar con un patrimonio rural inabarcable y muy rico. También la desventaja de que adaptar para las personas con problemas de movilidad, por ejemplo, un molino o una casona de piedra centenaria o un palomar, es prácticamente imposible.

En cualquier caso, recalca Rico, una de las ventajas de la regulación y categorización en las que se halla inmerso el sector a nivel regional es que los establecimientos están sometiéndose a un importante lavado de cara que les permitirá exhibir una carta de presentación, garantía de calidad.

Castilla León es, según las estadísticas que maneja el barómetro, la comunidad autónoma con mayor número de casas rurales (el 22% del total nacional) por lo que, a priori, el mercado está suficientemente saturado. Hay aspectos, sin embargo, como la propia Semana Santa o el enoturismo, que continúan al alza y que han conseguido hacer proliferar, también en tiempos de crisis, el porcentaje de establecimientos en comarcas como la peñafielense. Los viajeros que reclaman información sobre aspectos relacionados con el vino también son cada vez más numerosos. «Nosotros, por ejemplo, hemos tenido esta semana de lunes a viernes a cinco empresarios canarios interesados en visitar bodegas de Valladolid y Toro», ejemplifica Rico, propietario además de la casa Campo y Lumbre, en Benafarces.

Más plazo para poder acceder a las ayudas regionales

  • Tal y como recuerda Luis Chico, el Gobierno regional y el sector han acordado ampliar hasta el 20 de diciembre del plazo de categorización y adaptación al Decreto de Turismo Rural para que los empresarios puedan beneficiarse de una nueva línea de ayudas por valor de 2,70 millones de euros que va a convocar la Consejería de Cultura y Turismo en próximas fechas. Con ellas, los propietarios podrán tramitar su clasificación con mejores niveles de calidad. La consejera, Alicia García, ha accedido a la solicitud de la Federación de Asociaciones Castellano y Leonesas de Turismo Rural (Acaltur), presidida también por Chico, y se ha comprometido a lanzar una campaña de promoción específica de turismo rural regional para después de Semana Santa. «Aunque ahora se están sumando otros, nosotros fuimos pioneros en solicitar la regulación los establecimientos están obligados decidir su categoría como casa rural, hotel rural o posada, en cinco niveles en función de sus instalaciones, equipamientos y servicios, y ya están siendo identificados con una, dos, tres, cuatro o cinco estrellas verdes y ahora vamos a ser los primeros en publicitar este marchamo de calidad, porque quien pega primero pega dos veces».

Dormir en una de los albergues rurales de la provincia de Valladolid es algo más barato que hacerlo en otras provincias españolas, y en el 51,5% de los casos la noche cuesta entre 20 y 30 euros por persona. Más del 30% de los establecimientos cobra menos de esa cantidad y alrededor del 20%, la supera. Los precios, como es lógico, varían dependiendo de la temporada (que no siempre coincide con la de los hoteles tradicionales) y suelen descender entre semana.

Por otro lado, casi el 70% de las camas rurales vallisoletanas forman parte de alojamientos de alquiler íntegro (casas completas), mientras que el 25,2 de los establecimientos se alquila por habitaciones y el 5,5% restante lo hace de forma combinada. La mayoría de las casas pone a disposición de los clientes entre siete y diez camas. Pero un 17,3% tiene más de 21, un porcentaje bastante significativo, si se compara con la media nacional.

Las reservas de plazas se hacen con una antelación cada vez mayor (solo el 10% espera a la última semana y un 18% cierra el trato con más de dos meses), aunque la valoración global que los clientes hacen de los establecimientos provinciales se sitúa en un 3,2 sobre 5, una media bastante por debajo d la registrada a nivel nacional, con 4,5 puntos.

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