Los niños de Peñafiel celebran el lunes de Carnaval

No puede haber un lugar más seguro en Peñafiel que uno de los pabellones del polideportivo durante la celebración en él del carnaval infantil que se celebra cada año para los más pequeños del municipio. Superhéroes alguno merienda en mano, policías, ninjas, karatekas, soldados de las galaxias, caballeros medievales y espadachines de lo más variado y época, conforman un cuerpo de élite protector del universo carnavalesco difícil de igualar. Estos disfraces se sumaron este lunes a un mundo de fantasía donde, con otros muchos personajes, pulularon por la cancha deportiva al son de la música de la discomovida local, Tito.

No solo la música atrajo a muchos niños a los pies del escenario, también el humo ambiente con el que estaba dotado el equipo musical. Chorro de humo, y, ¡hala!, chavalería a la caza y captura del etéreo e inaprensible torrente que se disipaba en unos segundos haciendo las delicias de brujas, piratas, hadas, duendes, payasos, princesas, zombis, y, hasta de un jinete, de un cantaor de flamenco además de guitarrista- y de un cocinero ataviado para ser acreedor de al menos una estrella Michelín. Un cepillo de dientes y la correspondiente pasta dentífrica a juego, ambos tamaño XXL, recordaron a los participantes en la fiesta lo importante que es mantener una buena salud dental. Y, como salidos del escaparate de una juguetería, los más pequeños, incluso bebés, como peluches fueron disfrazados de distintos animalitos.

Un taller de globoflexia donde se obsequiaba a niños y niñas con globos moldeados con variadas formas y, un espacio donde una maquilladora desplegaba su arte en la cara de los críos, completaron las actividades organizadas por el Ayuntamiento para los peques de la villa ribereña que, como es habitual, derrocharon tanta energía como para hacer la competencia a una central eléctrica de alta capacidad.