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Javier Burrieza, durante la lectura del pregón.
Javier Burrieza abre la Semana Santa de Valladolid

Javier Burrieza abre la Semana Santa de Valladolid

El historiador se remontó a los años veinte, cuando su abuelo ingresó en esta cofradía, para ofrecer un recorrido sentimental por la Pasión

Mar Domínguez

Sábado, 14 de febrero 2015, 12:39

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En un templo lleno de cofrades y amigos, el historiador y colaborador de El Norte Javier Burrieza anunció ayer la Cuaresma y la Semana Santa para la cofradía de la Vera Cruz mediante un recorrido sentimental y familiar sobre esta hermandad y la Pasión vallisoletana. El pregonero dijo que si tuviese que elegir una ventana para contemplar Valladolid sería en la plaza del Ochavo, «para ver la calle Platerías y, al fondo, la iglesia de la Cruz», y no solo por devoción, sino por «un profundo sentido familiar».

Así, el pregonero recordó los años veinte del siglo pasado, cuando su abuelo Joaquín Burrieza ingresó en la cofradía decana de las penitenciales de Valladolid, y rememoró las complicaciones a las que tuvo que hacer frente por ser afín al obispo auxiliar Pedro Segura como sucesor del cardenal Cos, frente a la candidatura de Gandásegui. Fue durante la República cuando su abuelo hizo cofrades a toda la familia, «y así se ha ido transmitiendo hasta la actualidad, en cuatro generaciones distintas». «Incluso, delante de este altar, y de nuestra Virgen, mis padres contrajeron matrimonio (...), por eso este lugar es mucho más que un templo y una cofradía», expresó Burrieza.

Su recorrido sentimental dio paso a otro también muy personal sobre cada momento de la Pasión. Burrieza se adentró en el Domingo de Ramos con otro recuerdo: «Aquella palma rizada que me esperaba en el cuarto de los abuelos para que saliese con ella al balcón de la calle Platerías.» Se refirió además al Atado a la Columna y el besapié con el que se inicia un periodo de reflexión y meditación, para advertir que el triduo al Humilladero, en los primeros días de Cuaresma, es una llamada, en secreto, a la penitencia, mientras que las misas cuaresmales son meditaciones que los cofrades de la Vera Cruz hacen con sus pasos.

Tras su repaso por el triduo a la Oración del Huerto o la misa cuaresmal de la Borriquilla, Burrieza se detuvo también en la novena de la Dolorosa de la Vera Cruz porque marca uno de los tiempos de oración y celebración litúrgica más tradicionales y antiguos de la Cuaresma vallisoletana.

El acto de anunciación de la Semana Santa concluyó con la actuación de la coral Bohemios.

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