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Francisco y Leticia Martínez Madroño
Un nuevo negocio creativo que une literatura, arte y trabajo en común

Un nuevo negocio creativo que une literatura, arte y trabajo en común

La Atómica, un local en la calle Regalado que llena los ratos de ocio cultural

laura negro

Domingo, 25 de enero 2015, 13:43

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Sin duda, se trata de un lugar sorprendente, agradable y creativo, en el que llenar ratos de ocio cultural y a la vez poder trabajar. En pleno centro de Valladolid, en la calle Regalado, encontramos La Atómica, un espacio que aglutina un área de coworking (trabajo cooperativo) y eventos, galería de arte y librería, que está regentado por los hermanos Leticia (36) y Francisco Martínez Madroño (26). Se trata de una arriesgada apuesta que nace de la inquietud de Leticia, historiadora del arte por crear una galería no convencional, con gran dinamismo y que sirviera para promover un arte más urbano en una ciudad como Valladolid, en la que escasean este tipo de propuestas. Su hermano pequeño, Francisco, diseñador gráfico, quiso apoyarla incluyendo en el proyecto un espacio en el que poder compartir experiencias creativas a través del coworking. Así, La Atómica, un año después de su apertura, se ha convertido en un must (lugar de cita obligada) de Valladolid. Un rincón creativo donde artistas multidisciplinares exponen su obra de forma temporal.

«Contactamos con artistas de la ilustración, collage, acuarela que nos interesan por su técnica, versatilidad, tipo de trabajo y especial estética. No nos importa tanto su trayectoria como el trabajo que hacen. Intentamos que la gente pierda el miedo hacia las galerías, con actividades y eventos para que se familiaricen con el espacio. Hacemos talleres de todo tipo, desde cortometraje, fotografía o ilustración en colaboración con otras entidades. Así, establecemos un vínculo y un intercambio de actividades interesantes en la ciudad», cuenta Leticia.

Una buena muestra del arte que allí se exhibe y se pone a la venta, son las creaciones del ilustrador madrileño Daniel Montero Galán, y sus Creaturas mitoilógicas, que ahora están expuestas y se pueden visitar hasta el próximo 23 de febrero. Creaciones artísticas que a nadie están dejando indiferente. La Atómica cuenta también con una librería especializada en libros de autor, ilustración, arte, y diseño. «Se trata de pequeñas joyas, libros muy especiales, algunos de ellos numerados», aclara la experta en arte.

Si la pretensión de Leticia es acercar el arte al público vallisoletano, la de su hermano Francisco es ofrecer una nueva forma de trabajo compartida, para que autónomos y micropymes hagan frente a la crisis. Se trata del coworking, convertido ya en todo un fenómeno social y profesional y del que La Atómica es uno de los precursores en la ciudad. «Por mi trabajo de diseñador gráfico, cuando tenía que quedar con clientes tenía que hacerlo en cafeterías. Así que empecé a informarme sobre los espacios de coworking y vi que era una buena oportunidad de negocio», anota este emprendedor.

La búsqueda de local

«Lo primero que hicimos fue buscar un local. La gente nos decía que antes hiciéramos el plan de empresa, pero estábamos seguros de que los números no iban a salir. Hemos montado la empresa con mucha ilusión y pasión y con la mínima inversión posible, intentando que todo quedara bonito y bien hecho. La acogida que nos ha dado la ciudad nos ha abrumado. Los comentarios de la gente son lo que más nos impulsa a continuar con el proyecto. A los dos meses de abrir, ya teníamos 1.000 seguidores en Facebook. En cambio, a nivel económico, seguimos intentando cuadrar números. Todavía no hemos recuperado la inversión inicial», explican estos emprendedores.

Primeramente eligieron uno de los lugares con mayor encanto de la ciudad, el Pasaje Gutiérrez y desde el pasado mes de junio, ofrecen sus servicios en un encantador local de dos pisos la calle Regalado. En la planta baja, la galería de arte y librería invitan al transeúnte a entrar al curioso local. Arriba, la sala de coworking cuenta con las últimas tecnologías, con una cuidada decoración minimalista y vintage que inspira para emprender.

Diseñadores gráficos, de producto o cooperantes internacionales son algunos de los coworkers que han hecho de La Atómica su lugar ideal de trabajo. Además, también disponen de un office y una amplia sala de reuniones polivalente. «El primer día siempre lo ofrecemos gratis, para que el usuario se aclimate al sitio. Nuestra política de precios intenta que se pague únicamente por los días que utilizan las instalaciones. Tenemos bonos de diez días o también se puede contratar por meses completos. La media jornada serían 98 euros y jornada completa, 148 euros, con wifi, luz y calefacción incluidos», indica Francisco.

Estos hermanos son conscientes de las dificultades que plantea emprender con lazos familiares. Su secreto, según cuentan, es «no tratarse como hermanos en el trabajo».

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