Estudiar y trabajar para convertirse en autónomo y cumplir los sueños

Daniel Alonso (30) decidió hace algún tiempo que era el momento para lanzarse con una empresa y montar algo creativo. En el mes de marzo, esa idea se convirtió en realidad. Uno Iluminación es una tienda-estudio para proyectos de iluminación técnica y decorativa, que surge gracias a su experiencia de más de 14 años en el sector. Este joven, que empezó a trabajar con tan solo 16, estuvo compaginando durante un tiempo su empleo con los estudios de formación profesional. En el año 2009 se dio de alta como autónomo para seguir trabajando como electricista, pero ya por su cuenta. «Siempre me gustó la iluminación, y realicé proyectos importantes en este campo. Las cosas me iban bien, pero tenía en mente montar una tienda especializada en aquello que más me gustaba y que tenía que ver con la iluminación», explica.

Tuvo la suerte de encontrar un local en la céntrica calle Colmenares, que se ajustaba a sus necesidades, aunque asegura que «ya se queda pequeño». Empezó con la idea de montar una tienda sencilla de iluminación y exposición eléctrica, pero la marca Foscarini se cruzó en su camino, y finalmente su tienda se convirtió en una distribuidora de marcas exclusivas de iluminación a nivel mundial.

«Llevo las marcas más importantes, como Foscarini, Vibia, Artemide, Marset Que fabricantes de este nivel confíen en una empresa de nueva creación para la distribución de sus productos, es realmente algo complicado. Actualmente estoy pensando en introducir algunas marcas más, y seguir potenciando las que ya llevo», explica orgulloso.

Aunque sus productos de diseño y vanguardia también se venden directamente al público, sus principales clientes son arquitectos, decoradores e interioristas. Daniel es experto en el arte de iluminar. Realiza labores de consultoría asesorando y ejecutando proyectos lumínicos, tanto de interiores, como de exteriores. Y lo hace aportando un valor añadido a los elementos arquitectónicos, siempre cuidando la estética, los aspectos técnicos y funcionales y, por supuesto, teniendo en cuenta otros factores muy importantes, como la eficiencia energética.

Daniel vende, instala, lleva las redes sociales de la empresa, realiza tareas comerciales y de introspección en nuevos mercados. «Empiezo a trabajar a las siete de la mañana y muchos días llego a casa a las doce de la noche», comenta muy agradecido por la buena acogida. «La crisis hace que sea algo más complicado hacerse un hueco en el mercado, y te obliga a ajustar mucho los precios y a trabajar de forma muy profesional. Pero estoy muy satisfecho, ya que la respuesta por parte del público profesional ha sido muy buena. Hay días buenos y otros menos buenos, pero en general, estoy muy contento. Los beneficios que saco los utilizo para reinvertirlos en la empresa», añade.

Invertir en ahorro energético

Uno Iluminación lleva a cabo proyectos lumínicos de nueva implantación o de renovación de la iluminación ya existente, siempre en base a un estudio previo, con el objetivo de buscar propuestas de calidad, dentro de un marco de ahorro energético importante. «Hacer un proyecto basado en el ahorro energético no solo consiste en cambiar las bombillas por lámparas de led. Nosotros lo hacemos de forma verdaderamente profesional. Nos desplazamos hasta el local o empresa del cliente, tomamos medidas, presentamos una propuesta con el ahorro de las luminarias La gente cada vez está más concienciada sobre este tema. Es algo muy rentable que hay que dejar de ver como un gasto, sino como una inversión. Cuanto mejor sea la calidad de los materiales, más eficiencia y durabilidad tendrá y antes se conseguirá la amortización», explica este emprendedor, para quien el retorno de la inversión en sus proyectos de iluminación se fija, normalmente, en un periodo de entre uno y tres años.