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La charanga La Resaka ameniza el vermú en Tudela de Duero.
Tudela despide sus fiestas con el día de la abuela

Tudela despide sus fiestas con el día de la abuela

Los festejos dicen adiós a ritmo de charanga y con la entrada, tras una larga espera, de los toros del encierro campero

J. fernández

Miércoles, 20 de agosto 2014, 12:33

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Al ritmo de charanga. De la misma manera musical y marchosa que comenzaron las fiestas de Tudela de Duero el pasado jueves con el pregón a cargo de la peña Peor Imposible en su 25 aniversario acabaron ayer lunes. Eso sí, con el cuerpo más castigado por los intensos y especiales días vividos por los tudelanos y asistentes. La mañana arrancó con un prolongado encierro campero en el que el ganado bravo (tres toros y al menos ocho cabestros) acabó entrando tras una larga espera de manera muy vistosa en el recorrido del encierro urbano, guiado por los caballistas por la carretera vieja de Soria y ermita del Humilladero, con posterior suelta de reses por las calles. Y después, los componentes de la charanga La Resaka pusieron la alegría y el colorido en una siempre incomprendida última jornada de celebraciones. Incomprendida porque siempre hay ganas de más.

Los jóvenes músicos de Traspinedo tocaron su moderno repertorio en las calles y plazas para animar el sabroso vermú del que dieron buena cuenta vecinos y visitantes, tanto en los establecimientos hosteleros de la villa como en la zona de la feria de día, que esta edición ha contado con cinco casetas gastronómicas (bar Cañas, Bare Nostrum, bar Ceur, Plancton y El Puente) en la plaza Primero de Mayo. También en el pub taurino La Sotana hubo vermú y fiesta flamenca con actuación en directo de Soria y Kurkillo. Asimismo, la peña el Huevo Frito cocinó 720 huevos y quinientos chorizos e invitó a todo aquel que quiso reponer fuerzas. Después celebró su particular mojada y fiesta de disfraces. Y por la tarde, los más jóvenes volvieron a disfrutar del Espumazoo, la fiesta organizada en el patio del bar La Plazuela y que va camino de convertirse en un clásico del fin de fiestas, el último acto al que acudir con el peto y la camiseta de las peñas.

Así que los más fiesteros se resistieron a quitarse y colgar el traje peñista hasta dentro de un año. Pero antes del cierre definitivo de la función, los tudelanos se pusieron por la noche sus mejores galas, como es costumbre, para acudir al tradicional baile de la Abuela con la orquesta Nueva Alaska en El Bailadero y contemplar, con una mezcla de emoción y tristeza, los fuegos artificiales que anunciaron el fin de fiestas. Pero ojo, porque el programa todavía recoge un acto más el próximo domingo, 24 de agosto, con la actuación musical y de bailes de salón a cargo del grupo Sal a Bailar (21:00 horas) promovido por la terraza bar del parque El Bailadero.

Aparte de los encierros tradicionales, que han vuelto a contar con un respaldo masivo de aficionados de fuera y de dentro del municipio, el desfile de peñas al son de las notas musicales de las charangas por la principal arteria de Tudela en la jornada inaugural ha sido una de las novedades más participativas de la presente edición, al igual que la mojada y batallas de pistolas de agua con público de todas las edades, sobre todo infantil, refrescándose y pasándoselo en grande a lo largo del paseo de Castrilleros y Virgen de la Guía. La carrera de calzoncillos del bar Eclipse, las gincanas de peñas o el concierto tributo a El último de la fila han tenido también gran repercusión en unas fiestas que este año han logrado una gran implicación de peñas y hostelería.

La parte negativa, las tres personas heridas por tremendas cogidas en los festejos taurinos. El más grave, que ya se recupera de las lesiones, es el varón que resultó herido en el escroto y recibió una brutal paliza en la suelta del Toro del Alba (de la ganadería portuguesa de Couto de Fornilhos). Y de menor gravedad, pero que pudo acabar en tragedia, los golpes y varetazos que propinó el astado a un hombre de 67 años que no tuvo habilidad suficiente para subirse a la valla de una casa y protegerse del toro que le embistió en la tarde del domingo en el cuarto encierro. Una imprudencia que pudo costarle más que un susto también al hombre que salió en su ayuda para quitarle el morlaco de encima y que también resultó contusionado.

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