Cerca de 8.000 kilómetros en ciclomotor
La II Vuelta España en Vespino llega a la Plaza Mayor después de seis días de ruta a 50 kilómetros por hora
juan pascual
Miércoles, 6 de agosto 2014, 13:14
Una vespino llamada correcaminos. Diferentes pilotos de todo el territorio nacional. 47 capitales de provincia y una ciudad portuguesa. 8.000 kilómetros y un objetivo: recorrer toda la geografía española en 18 etapas. Éste es el reto que se han marcado los organizadores de la II edición de la Vuelta España en Vespino.
La primera edición de esta aventura se celebró en el año 2008. En aquella edición, la ruta se hizo en tan solo diez días, sin parar más que para repostar y con un furgón de apoyo detrás. En esta ocasión la vuelta se realizará en 18 días parando durante la noche, pero piloto y moto irán solos, sin ningún apoyo, durante los 500 kilómetros que dura cada etapa.
La moto partió el pasado 31 de julio de la localidad murciana de San Pedro del Pinatar a donde regresará, 47 pilotos oficiales y 150 colaboradores después, el día 16 de este mes, justo a tiempo para la reunión nacional de vespinos. En estos primeros días del mes está recorriendo las tierras de Castilla y León. Salamanca, Ávila, Segovia, Soria, Burgos y Palencia, en ese orden, ya han sido testigos de su incesante paso. En la mañana de ayer, alrededor de las 9:15 horas, llegó a la Plaza Mayor Satur Collantes a lomos de correcaminos. Collantes había tomado el mando de la vespino bajo el incomparable marco del acueducto de Segovia el pasado domingo, y en otro marco incomparable, Miguel Espinel le dio el relevo. Ambos son miembros del club motero Turismoto, encargado, entre otras cosas, de la organización de la concentración motorista invernal internacional más numerosa del Mundo, Pingüinos.
Desde la puerta del Ayuntamiento partió rumbo a Zamora, con una parada prevista en Tordesillas. Pero no todo podía ser perfecto. A su paso por Puente Duero, una pieza de un accesorio del ciclomotor se rompió. Este hecho no debería suponer ningún problema, ya que llevan recambios previstos y, por ejemplo, ya habían tenido que cambiar dos correas de transmisión durante el viaje. La cuestión es que, según la organización, es la primera vez que tienen constancia de que esta pieza se rompe, por lo que no tenían un recambio preparado, y tenían que estar parados allí esperando a que alguien pudiese proporcionársela. Este hecho solamente retrasó el planning de la etapa de ayer, la ruta preparada para el resto de jornadas no tuvo que sufrir ninguna variación.
Una vez termine de recorrer la tierra castellana, se desplazará hacia el norte, hacia Galicia, para recorrer todo el litoral cantábrico y los Pirineos hasta llegar a Gerona e ir descendiendo poco a poco, pasando por Madrid, hasta su llegada al punto donde empezó todo.
Para ser uno de los pilotos voluntarios de correcaminos solamente hay que cumplir dos condiciones. La primera parece lógica, hay que ser aficionado a las motos, o a las vespinos, o a ambas cosas. Por supuesto, si no lo fueses, tampoco estarías interesado en ser uno de los conductores. La segunda condición es igual de importante, tener un permiso de conducción que te habilite a llevar la vespino. Este permiso puede ser de dos clases: desde el permiso AM, o cualquiera de sus hermanos mayores, que habilita a su titular a llevar ciclomotores, o cualquiera de los superiores, o el permiso de clase B con tres años de antigüedad, que además de poder conducir coches, te permite conducir motocicletas de hasta 125 centímetros cúbicos.
A pesar de que han pasado seis años desde la celebración de la primera edición, la organización no ha estado parada durante estos años, ya que han organizado viajes en vespino a cabo Norte, en Noruega, rutas por las vecinas tierras de Portugal o excursiones a París.
Las características de correcaminos son muy básicas. De color amarillo con las correspondientes pegatinas que recuerdan el viaje en el que se ha embarcado, alcanza, según el cuentakilómetros, una velocidad de 70 kilómetros por hora. La realidad es que, sin contar paradas en semáforos, trayectos en los que piloto y vespino tengan que circular más lento y posibles retenciones, la media de velocidad es de unos 50 o 60 kilómetros por hora, una velocidad de vértigo.
A la llegada de correcaminos a la plaza Mayor le esperaban, además de aficionados y el piloto relevista, el alcalde, Francisco Javier León de la Riva, la concejala de Cultura, Comercio y Turismo, Mercedes Cantalapiedra, y el presidente de la asociación Turismoto, Mariano Parellada, que pudieron felicitar al piloto saliente y desear suerte y buen viaje al entrante.
Además Collantes recibió la única recompensa material por formar parte de este trayecto, el diploma que lo acredita como uno de los pilotos de una experiencia inolvidable, la II Vuelta España en Vespino.