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Sirviendo un café
La Casa Azul, una mezcla de café y literatura

La Casa Azul, una mezcla de café y literatura

Los clientes del local pueden ojear los libros, leerlos y comprarlos por el «simbólico» precio de un euro

s. f.

Sábado, 2 de agosto 2014, 12:00

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Nada más entrar, el olor a madera nueva que se desprendía de las estanterías invadía todo el bar. Dos pequeños sofás hacían más confortable la pequeña estancia. Unas flores para adornar, las últimas botellas en la barra, y los protagonistas de este local, los libros, que ya estaban ordenados y preparados para que cualquier interesado se sumergiera en sus historias. Aunque aún no tiene el letrero preparado, las paredes pintadas en un potente tono azulado hacen honor a su nombre, La Casa Azul. Este local situado en la calle Covadonga, junto a la Plaza de las Batallas, estaba listo ayer para abrir sus libros y sus puertas a todo el quisiera entrar. La filosofía de este 'bibliobar' es muy sencilla: «cualquiera entra, se toma un café, una cerveza, un vino o lo que quiera. Ojea el libro, lo lee, escoge ese si le apetece, sino, coge otro, y si le gusta, lo compra a un precio simbólico. Un euro», puntualizó García.

Nada más. Ese es el procedimiento de este negocio en ciernes. La Casa Azul empezó a dar sus primeros pasos con una mezcla de nerviosismo e impaciencia por parte de su dueño, José María García, por saber cómo irá el negocio. Aunque confía la buena aceptación que tendrá este proyecto entre los amantes de la lectura. «Nosotros tenemos una librería de segunda mano, abrimos los domingos y la gente nos preguntaba por qué no servíamos cafés. Comenzamos a madurar la idea y aquí estamos», añadió.

Seis meses después, tras darle muchas vueltas, pedir varias licencias y con ayuda de su mujer, José María, inauguró esa novedosa mezcla de letras y olor a café. Unos 1.000 ejemplares cambiaron las repisas de la su librería, por las de este nuevo negocio para tapizar las paredes del pequeño local. Este recién nacido 'bibliobar' tiene planes de futuro. «Cuando nos den el permiso de terraza calculo que en mes y medio, intentaremos organizar proyecciones de cine mudo, que es perfecto para este espacio. También intentaremos celebrar conciertos de violonchelo o realizar presentaciones de libros de escritores locales, sin olvidarnos de los ciclos de escritura creativa que tenemos en mente», comentaba con satisfacción García.

En cuanto a las presentaciones de libros que son más propias de su librería, García aseguraba que en u futuro próximo no habría problema de hacerlas en el bar. «Puede ser algo novedoso el hecho de mezclar la cultura con la diversión y creo que puede funcionar», vaticinaba García.

Esa mezcla de ambiente de cafetería, charlas y puesta en común de ideas e impresiones, atraerá a un tipo de clientela en especial, una clientela que no vive muy lejos de la zona: estudiantes y erasmus. «Nuestro público en la librería se centra sobre todo en gente joven, alternativa e interesada en la cultura. Así que aquí esperamos el mismo tipo de usuarios», explicaba su dueño.

La Casa Azul es más que un bar, es un punto de encuentro. En la librería cuentan con un espacio que se cede de forma gratuita para que la gente realice diferentes actividades, «vamos a intentar que haya una simbiosis entre ambos negocios, intentar que la gente que hace allí actividades pueda completarlas si quiere, en el bar y si quiere también en la terraza», añadió.

Expectativas

José María García explicó las ideas para incentivar a los clientes en el mundo de la lectura. «Así como en la librería tenemos bonos para la gente que se lleva más libros y les hacemos algún tipo de descuento, estamos pensando trasladar esta filosofía al bar». La Casa Azul, este proyecto hecho realidad, no solo supone la ilusión de su dueño, también ha dado trabajo a una amiga con experiencia en hostelería que llevaba un tiempo en paro. «Estamos muy ilusionados por la apertura de este negocio, esperemos que la idea guste y sea un éxito».

El horario en este mes de agosto para todo el que quiera disfrutar de la lectura en un ambiente relajado y distendido, es de 16:30 horas a cierre. «A partir de septiembre abriremos ya, mañana y tarde. Eso sí, los lunes se cierra por descanso». Dicho esto, ¿quién puede resistirse a tomar un café y comprar un libro casi por el mismo precio?

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