Borrar
Consulta la portada del periódico en papel
Félix Revilla posa en la Plaza de la Unioversidad con una imagen de gran aprte de los voluntarios de Red Íncola.
«Debemos destinar muchos más recursos a los que sufren»

«Debemos destinar muchos más recursos a los que sufren»

Félix Revilla, presidente de la oenegé Red Íncola

Vidal Arranz

Lunes, 28 de julio 2014, 17:04

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Como responsable último de Red Incola, una potente ONG con la que colaboran más de 400 voluntarios, Félix Revilla es uno de esos vallisoletanos que está en contacto directo con las bolsas de pobreza de Valladolid, con esas situaciones de grave necesidad que no todo el mundo ve. Desde hace un tiempo, también las conoce de primera mano, como director del INEA, por su trabajo en la gestión de los huertos municipales para parados, que le han permitido conocer de primera mano el otro rostro de la crisis, el de esas clases medias desencajadas o rotas por la crónica falta de empleo de estos años. «Me tiene muy impactado ver cuánta gente está sufriendo. Hay un drama muy duro en los barrios, en la periferia de la ciudad». Por ello reclama un compromiso mayor y mucho más decidido con las políticas sociales, porque dar respuesta a esto debe ser, a su juicio, la primera y más urgente prioridad de cualquier sociedad verdaderamente responsable.

Revilla conocía especialmente bien la ya difícil situación de los inmigrantes, a los que su ONG presta una atención preferente en Valladolid, pero las nuevas situaciones de necesidad le han roto los esquemas. «Siempre hemos pensado que los españoles lo tenían algo más fácil, porque podían contar con la red de apoyo de sus familias, de las que el inmigrante carece». Y así es. Pero lo sorprendente es el modo como está funcionando hoy esa red familiar. «Muchos jubilados están ayudando a los hijos con sus pensiones», explica. Una situación que hubiera resultado difícil de concebir hace tan solo unos años. «Es el drama que no se ve».

El responsable de Red Incola recurre a Cáritas para poner números a sus sensaciones. Y así recuerda que en Valladolid hay 70.000 personas al borde de la pobreza y otras 13.000 más en una situación de pobreza severa. «Estamos hablando de que un 20% de la población está en una situación muy difícil», añade.

Y frente a ese desolador panorama de necesidades dramáticas, y crecientes, una realidad de recursos menguantes. «Lo peor de los recortes es que son iguales para todos, y no debería ser así. Deberían concentrarse en la población que más tiene, que sabe de sobra cómo defenderse», explica Félix Revilla. «Si sube la gasolina, se reducen ayudas o los medicamentos cuestan más, eso afecta de modo mucho más grave a quienes menos tienen».

Por ello, reclama un compromiso mucho más decidido por parte de las administraciones, y de la sociedad, para afrontar esta situación. «Debemos destinar muchos más recursos a este problema y plantearnos programas nuevos para atender las nuevas necesidades». A su juicio, «si en las fiestas patronales tenemos un día menos de actividades, o un concierto menos por este motivo, todo el mundo lo va a entender», opina.

Félix Revilla aprecia y valora el trabajo de la Concejalía de Acción Social, y del Ayuntamiento de Valladolid, que se cuenta entre las escasas administraciones que han incrementado los recursos destinados a situaciones de emergencia, pero tiene claro que, en conjunto, se ha producido un muy importante retroceso. «El problema es que las necesidades han crecido muchísimo. Y aunque el Ayuntamiento ponga algo más de dinero, otras administraciones, como la Junta, aportan menos, y, sobre todo, han desaparecido las aportaciones de las obras sociales de las cajas de ahorro». La única excepción, que Félix Revilla quiere expresamente remarcar, casi por justicia, o como homenaje de gratitud, es La Caixa, que prosigue en solitario su labor social. El resultado de todo ello es que en una situación de emergencia extrema los recursos públicos se han mantenido o bajado, en tanto que los líderes económicos de la sociedad civil (empresas y entidades financieras) han recortado también sus aportaciones.

Afortunadamente, también hay buenas noticias. La negrura de tantos dramas y miserias, próximos y cotidianos, ha despertado la conciencia cívica de muchos, de esa otra sociedad civil, la de a pie de calle, que ahora está implicándose personalmente para evitar que la tragedia se desborde. «La participación de la gente en la resolución de los problemas es básico y esencial. Y ahora se ve una mayor preocupación de los unos por los otros». De forma muy especial en los barrios «donde siempre hay pequeños héroes que dan el callo y que se preocupan por la gente».

Aparte de recursos, Revilla cree que hace falta también otra sensibilidad, otro modo de abordar los problemas. De entrada cree que una ciudad como Valladolid debería tener un Mapa de Necesidades, que no cree que exista, y que sería muy útil para planificar actuaciones. Por otra parte, reclama más flexibilidad en le gestión de ayudas como la Renta de Ciudadanía, que es «demasiado rígida, burocrática e inflexible». A su juicio, «exigen tanto papeleo para evitar el fraude que resulta muy difícil de conseguir». Y luego, además, contribuye a la cronificación de las situaciones. «Resulta complicado dar el salto al empleo, porque casi nada de lo que les puedan ofrecer les va a compensar», explica Revilla. Un ejemplo sirve para entenderlo: si una familia logra que le concedan 600 euros de Renta, no va a aceptar, por ejemplo, una oferta de trabajo por media jornada en la que pueda cobrar 500 euros al mes, «que es el tipo de trabajos a los que estas personas pueden aspirar». No lo aceptará porque cobra más dinero sin trabajar, pero, sobre todo, porque no sabe cuánto le durará el empleo. Y si le despiden, pongamos, en tres o cuatro meses, luego perderá otros dos más de ingresos durante los trámites que necesita cumplimentar para volver a recibir el subsidio. Así que la mejor opción resulta ser rechazar la oferta laboral. Por ello, Revilla reclama que pueda compatibilizarse el cobro de la renta con un trabajo, al menos durante algún tiempo.

En otro orden de cosas, Revilla, que está comprometido con la agricultura ecológica desde la Escuela Universitaria de Ingeniería Agrícola (INEA) reclama al Ayuntamiento una gestión ecológica de los parques, para evitar el uso de productos químicos y fertilizantes. «Tener una ciudad libre de fitosanitarios es fácil». Asimismo, reclama una mayor apuesta por el carril bici.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios