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El decano de Ciencias Sociales, José Antonio Orejas, reparte folletos informativos a los estudiantes durante la jornada de puertas abiertas en el centro
La UVA quiere diseñar antes de fin de año un plan para implantar grados ‘on-line’

La UVA quiere diseñar antes de fin de año un plan para implantar grados ‘on-line’

El grado de Relaciones Laborales, en el campus de Palencia, será el primero semipresencial

Antonio G. Encinas

Lunes, 14 de julio 2014, 13:10

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Es el futuro-presente. Otro de esos campos que la irrupción de Internet amenaza con colocar cabeza abajo, por si no había sido suficiente con la música, los libros, la prensa o las relaciones sociales. La enseñanza a distancia ya no se circunscribe únicamente a la UNED, sino que es un valor añadido para muchas universidades tradicionales y un modo de vida para instituciones como la Universitat Oberta de Catalunya o la Isabel I de Castilla, de Burgos.

Durante la campaña electoral al Rectorado de la UVA todos los candidatos hicieron hincapié en la necesidad de avanzar en ese sentido. La Universidad de Valladolid cuenta ya con un campus virtual desde hace años y solo faltaba el impulso para empezar a desplegar estas nuevas modalidades de enseñanza. La Facultad de Ciencias del Trabajo de Palencia será la primera en lanzarse. El próximo curso iniciará un grado semipresencial en Relaciones Laborales yRecursos Humanos.

«En la junta de centro hubo sus reacciones, incluso cierta oposición, pero se aprobó. Hemos hecho una memoria, se ha planteado a la Acsucyl (Agencia para la Calidad del Sistema Universitario de Castilla y León) y se ha aprobado», explica el decano del centro palentino, José Antonio Orejas.

Es, en realidad, una primera aproximación, pero las ambiciones de la Universidad de Valladolid van más lejos. Valentín Cardeñoso, que apenas cumple un mes en su puesto de vicerrector de Ordenación Académica, tiene claro que lo primero es crear un «marco genérico» que deje claros los mínimos de los que se debe partir. Y quiere hacerlo lo más rápido posible. «Me estoy planteando poder llevar a los órganos de gobierno un primer plan antes de finales de año. No se trata de un plan plurianual, sino un plan marco.Es preferible hacer eso y que de él derive la cadencia temporal», señala.

Esto quiere decir que no hay un objetivo fijado a priori.No se trata de llegar a un 70% de grados con enseñanza on-line en cinco años, sino de establecer los parámetros necesarios para que los centros puedan plantearse sacar algún grado en esta modalidad o en semipresencial.

«El formato en línea está en estudio. Con la administración regional, porque somos universidades públicas y nos consta el interés de la Junta por que se estudie de manera seria esta posibilidad. Nosotros como objetivo inmediato tenemos cerrar ese plan de desarrollo de la enseñanza no presencial», añade Cardeñoso.

En la Junta de Castilla y León confirman que han animado a las universidades públicas de la región a dar un paso al frente en este sentido. Y las universidades han respondido. «Relaciones Laborales ha tenido más impacto público, pero las cuatro Salamanca, Valladolid, Burgos y León han modificado varios planes para ofertar enseñanzas semipresenciales. Como todas tenían plataforma han variado el plan de estudios y han solicitado el visto bueno a la Acsucyl, y han obtenido un informe favorable. Las cuatro van a tener ya oferta on-line el año que viene», explica el director general de Universidades de la Consejería de Educación, Ángel de los Ríos.

Las universidades públicas parecen partir con algo de retraso respecto a las privadas en este aspecto de la enseñanza no presencial. Sin embargo, existe la percepción generalizada de que un centro como la UVA no puede cometer el error de sacar un grado on-line sin la calidad necesaria. «Te pueden criticar que la oferta no sea tan alta como podría ser, pero debe estar de acuerdo a unos niveles de calidad», resume ValentínCardeñoso. Y es que una de las preocupaciones que flotan en el ambiente cuando se proponen estas enseñanzas es que existe el riesgo de banalizar los títulos universitarios si no se les somete a una revisión crítica exhaustiva. «Lo que no puede ser es que la docencia no presencial se convierta en la panacea, y menos aún que sea la oportunidad para obtener titulaciones oficiales por vía exprés de baja calidad. En ese sentido hay cierto acuerdo entre las universidades públicas y la Junta de Castilla y León», señala el vicerrector.

Ni títulos de todo a cien ni una plataforma para grados sin rigor. Hay demasiado en juego como para caer en ese error.

Y es que las universidades, ahora, compiten por los escasos alumnos que hay. Es cierto que en los últimos años el acceso a la enseñanza universitaria se ha generalizado, pero también han proliferado los centros privados y ha crecido la oferta. Más de ochenta universidades en España suponen un número importante. Para algunos críticos, excesivo. Y eso hace que haya que buscar otros públicos.

Y ahí es donde entra en juego, precisamente, la enseñanza no presencial.

«Está claro que los estudiantes de Bachillerato no son el colectivo que más lo necesita», explica Cardeñoso, pero sí «personas que quieren reciclarse cursando un título oficial de grado o de máster, incluso estudiantes que quieren diversificar, o estudian a tiempo parcial».

El principal mercado está, y en eso coinciden todos los responsables, en los profesionales que buscan actualizarse, obtener un título para progresar en su trabajo o, simplemente, estudiar por el placer de hacerlo algo a lo que en su día, por un motivo o por otro, no tuvieron acceso.En Periodismo, por ejemplo, uno de los grados más demandados de la UVA, era habitual ver en cada clase, especialmente por las tardes, a profesionales de otros campos que en su día no pudieron hacer esta carrera porque apenas se impartía en tres o cuatro centros en toda España.

Alumnado diferente

«Las estadísticas de los alumnos que se matriculan a través de online hablan de un estudiante distinto del tradicional, gente que quiere hacerlo ahora o que ya tiene un grado, o que tiene una diplomatura o licenciatura y quiere sacar un grado», explica Ángel de los Ríos. «Va a ser cada vez más importante porque con los cambios tecnológicos cada vez más gente pierde su empleo y tiene que recalificarse», añade el director general de Universidades.

Esta apuesta por la enseñanza online, ya sea semipresencial o no presencial, implica el apoyo necesario del profesorado. Hace muy poco, un profesor fijaba sus horas de tutoría para todo el año, los martes de 10 a 12, por ejemplo, y el alumno, si quería acudir a él, debía hacerlo en ese horario. Aún se marcan las tutorías, pero se es más flexible. El futuro-presente de la enseñanza online es otro muy distinto. Más cercano al 24/365 (24 horas al día los 365 días del año) que al modelo anterio. «Un mito es que la enseñanza presencial favorece el contacto directo, pero todos somos conscientes del contacto que tenemos ahora a través de los móviles, las tabletas o el ordenador.Las tecnologías no son una barrera, sino que pueden favorecer la conexión directa entre profesor y alumno», explica Valentín Cardeñoso.

¿Habrá reticencias de los profesores con este cambio de modelo? Sin duda sí. Sin embargo, en la UVA son optimistas respecto a la actitud del profesorado si empiezan a proliferar estos grados on-line. «De manera general la actitud del profesorado es que está concienciado y motivado. Otra cosa es que en estas circunstancias económicas las posibilidades de reconocimiento de la actividad del profesor son muy limitadas», señala Valentín Cardeñoso.Es decir, que hay un ambiente proclive a permitir la entrada de estas enseñanzas, pero no forma de retribuir a los profesores ese esfuerzo añadido.

Lo que sí tienen claro en la UVA es que habrá que invertir en formación y actualización de los profesores. «No se puede improvisar. Hay que estudiar un modelo de costes, establecer una adecuada formación y capacitación del profesorado.Y definir una estrategia, porque no se puede adaptar a ello cualquier título», explica gráficamente el vicerrector de OrdenaciónAcadémica.

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