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Uno de los investigadores prueba un disfraz en el espejo semi-transparente.
Un espejo donde cambiarse de ropa sin desnudarse

Un espejo donde cambiarse de ropa sin desnudarse

Ingenieros de la Universidad de Bristol, entre ellos un español, desarrollan un revolucionario espejo semi-transparente e interactivo

a.v.

Martes, 7 de octubre 2014, 18:43

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Probarse distintos modelos de ropa simplemente mirando al escaparate de una tienda cerrada podría convertirse en realidad gracias a una investigación que utiliza espejos semi-transparentes en sistemas interactivos y que se ha dado a conocer hoy en UIST ACM 2014, una de las conferencias más importantes del mundo en interfaces hombre-máquina. Esta ingeniosa aplicación también podría tener una aplicación didáctica, en espacios públicos o museos.

En este estudio, dirigido en el Departamento de Ciencias de la Computación de la Universidad de Bristol por el profesor Sriram Subramanian, ha participado también el español Diego Martínez Plasencia. La innovación aquí se basa en la capacidad del espejo para mapear el reflejo de un momento único detrás del espejo, independientemente de la ubicación del observador.

En un museo, la gente en frente de una vitrina podría ver el reflejo de sus dedos en el interior de la vitrina gracias a una superposición en el mismo punto exacto detrás del vidrio. Si este vidrio estuviera frente al expositor, cada visitante podría ir señalando los objetos y aparecerían ventanas emergentes en el cristal con información adicional acerca de las piezas que se tocan.

Nuevo tipo de interactividad

Pero además de tocar, los visitantes también podrían interactuar con los objetos expuestos fijando su mirada en ellos. Apuntando directamente los ojos a la reflexión, no al objeto, la gente podría ver la misma información y así poder discutir las características de las exposiciones con otros visitantes.

La combinación de este enfoque con diferentes tecnologías de visualización ofrece interesantes posibilidades. Al colocar un proyector en la parte superior, los dedos podrían funcionar como pequeñas lámparas para iluminar y explorar objetos oscuros y sensibles.

Diego Martínez, que investiga en interacciones Persona-Ordenador, cree que "esta obra ofrece interesantes posibilidades interactivas que se podrían utilizar en muchas situaciones. Las superficies semitransparentes están en todas partes a nuestro alrededor, en todas. Por ejemplo, en un banco o un escaparate. Un ejemplo sería cuando las personas no pueden acceder a una tienda porque está cerrada. Sin embargo, su reflejo sería visible dentro del escaparate y les permitiría probarse la ropa utilizando el reflejo, pagar el artículo usando una tarjeta bancaria y luego recibirlo en su hogar".

"La posibilidad de combinar juntos los espacios delante y detrás del espejo semi-transparente podría significar un nuevo tipo de experiencia interactiva conjunta", dice Martínez. "Mientras los proyectores sólo pueden aumentar la superficie de los objetos, combinarlos con reflejos permite a la gente revelar lo que hay dentro del objeto o incluso ver objetos puramente virtuales flotando a su alrededor".

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