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La carne de pollo es muy versátil, magra y tolerada por pequeños y mayores, pero hay que tener cuidado con ella al cocinarla y consumirla.
Cómo cuidar la higiene al cocinar carne de pollo

Cómo cuidar la higiene al cocinar carne de pollo

Según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) gran parte de los productos con carne de pollo muestran la presencia de la bacteria Campylobacter, la más frecuentemente implicada en intoxicaciones alimentarias

redacción

Martes, 6 de septiembre 2016, 15:02

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OCU ha realizado un estudio sobre la carne de pollo para detectar posibles problemas de higiene, la presencia de antibióticos y de bacterias resistentes a antibióticos. Los resultados de este estudio se han publicado en la revista OCU-Compra Maestra del mes de septiembre.

La carne de pollo es muy versátil, magra y tolerada por pequeños y mayores y, según las cifras facilitadas por OCU, en España se consumen 13,78 kilos por persona al año.

Sin embargo esta carne, como otros alimentos frescos, puede albergar bacterias patógenas capaces de  provocar intoxicaciones alimentarias.

En lo que se refiere a la presencia de bacterias psicrotróficas, cuyo número es un indicador general de higiene, los resultados del estudio de OCU son aceptables, en la mayoría de las muestras. En cuanto a las bacterias patógenas (Salmonella, Campylobacter, Listeria, E.Coli), los resultados del análisis señalan que en las 42 muestras analizadas no se han detectado problemas graves.

Medidas a tener en cuenta

  • muy práctico

  • A la vista de los resultados obtenidos en su estudio y para prevenir posibles intoxicaciones OCU aconseja

  • No lavar el pollo porque no sirve para eliminarlas y solo puede facilitar el reparto de bacterias por la cocina.

  • Lavar en profundidad los instrumentos utilizados para cortar y preparar la carne de pollo antes de volver a usarlos.

  • Cocinar la carne en profundidad. Nunca se debe dejar semi cruda y hay que asegurarse  siempre que el centro está bien cocinado.

  • Extremar la higiene de las manos antes y después de manipular la carne cruda.

Sin embargo en la mayoría de los productos, un 88% mostraban la presencia de la bacteria Campylobacter, la bacteria patógena más frecuentemente implicada en intoxicaciones alimentarias en Europa y que entraña riesgos de infección si no se cocina lo suficiente o se manipula mal la carne de pollo. Afortunadamente la bacteria muere con facilidad a temperatura de cocinado, por lo que si se toman las debidas precauciones no habrá problema.

Respecto a la presencia de antibióticos no se han encontrado restos en las muestras analizadas, aunque es normal que los productores de pollo se esperen un tiempo suficiente a su eliminación antes de llevar los animales al matadero. Los antibióticos que se usan en la cría no son peligrosos en sí, pero conllevan problemas al aparecer bacterias resistentes a antibióticos en la carne de pollo.

Es la resistencia de las bacterias a los antibióticos el último de los aspectos analizados en el estudio de OCU. La presencia de bacterias resistentes a antibióticos resulta muy preocupante, ya que estas resistencias pasan con mucha facilidad de unas bacterias a otras. Si se sufre una intoxicación alimentaria por una bacteria que sea resistente, no se podrá tratar con alguno de los antibióticos más habituales y esto complica y alarga la recuperación además de resultar  peligroso en caso de personas débiles como niños, ancianos o enfermos.

Este es un problema que preocupa a Europa y otros organismos internacionales. La Autoridad Europea para la Seguridad Alimentaria (EFSA)  está coordinando un programa de vigilancia de bacterias resistentes a antibióticos en alimentos y animales destinados al consumo humano.

En este sentido, se ha prohibido expresamente el uso de algunos antibióticos de última generación como las carbapenemas en animales y medicina veterinaria, lo cual es una forma de reservar antibióticos ante los que aún no se han generado resistencias en animales y reducir su difusión en el medio ambiente para prevenir la aparición de resistencias.

En el estudio llevado a cabo por OCU no se han encontrado, afortunadamente, resistencias a estos antibióticos. Pero si se han encontrado hasta un 77% de muestras con resistencias a betalactámicos, un grupo de antibióticos que incluye la penicilina, amoxicilina etc, que son los antibióticos más comunes.

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