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El paritorio es una estancia «como de hotel» con mobiliario concebido para propiciar que la mujer adopte distintas posturas durante la dilatación en busca de alivio y alumbre como quiera. El Norte
Parirás con confort

Parirás con confort

Premian a dos arquitectas españolas por su diseño de paritorios, concebidos para «inducir a la mujer a que conecte con su instinto»

ICÍAR OCHOA DE OLANO

Miércoles, 18 de abril 2018, 21:15

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Unas 1.125 mujeres se ponen de parto cada día en España. Aunque no están enfermas ni el acontecimiento que se avecina conlleva un riesgo para su salud o la de sus bebés, en la mayor parte de los casos, acaban postradas en un quirófano. Antes de eso, han ingresado en una habitación estándar de un hospital –a veces a bordo de una silla de ruedas–, desde la que emprenden una penosa romería por distintas dependencias para dejarse practicar una exploración, inyectar la anestesia epidural, sufrir la dolorosa dilatación tendidas boca arriba y provocar finalmente la expulsión en una fría y concurrida sala de operaciones. Es difícil concebir un entorno más desalmado para el acto sublime de dar a luz a un ser humano y de venir a la vida.

«Un paritorio no puede ser un escenario. Resulta complicadísimo relajarse para dilatar y finalmente parir encima de un escenario, delante de espectadores desconocidos, con los genitales expuestos. Este contexto es algo que hemos asumido culturalmente pero que no se corresponde en absoluto con la fisiología del parto y con las necesidades de la mujer pariendo y del bebé naciendo. Un escenario es, precisamente, lo contrario de lo que necesita este proceso fisiológico tan intenso y vital, en el cual uno de los elementos primordiales es el cuidado de la intimidad y la privacidad». Marta Parra y Ángela Müller necesitaron pasar por la experiencia de la maternidad para que el estudio de arquitectura que comparten en Madrid se pusiera a echar humo. Tenían la experiencia humana y los conocimientos técnicos para alumbrar un «entorno acogedor y confortable» que induzca a la parturienta a «relajarse para conectar con su instinto». Y eso es lo que han hecho.

El Norte

En estrecha colaboración con el Ministerio de Sanidad y con varios ginecólogos, estudiaron el estado de las unidades de maternidad del país y comenzaron a trabajar en propuestas para mejorar esos espacios. La aventura desembocó en Arquitectura Integral de Maternidades, un proyecto pionero en España que ya se ha aplicado en varios centros hospitalarios. «Una parturienta necesita seguridad, como la que busca una gata que, cuando va a parir, se asegura un lugar alejado, en el que nada le perturbe y pueda centrarse en lo que va a ocurrir. Encontrarse con un potro en mitad de un quirófano transmite el mensaje de que la mujer es un contenedor al que le van a extraer al bebé. Cuando la mujer vive el parto, el acto de dar vida, se transforma en la persona poderosa que va a sacar adelante a esa criatura. Por eso empezamos por dar al potro un puntapié y arrinconarlo», explica Marta Parra.

Más relajo, menos cesáreas

Su concepto de paritorio es el de una habitación «más parecida a la de un hotel que a la de un hospital», que está dotada de un elevado grado de confort acústico que permite a la mujer gemir o gritar sin inhibirse por miedo a que la escuchen, y que pone tanto el control de la luz como de la temperatura ambiente en manos de la usuaria.

«Son estancias pensadas para que la mujer pueda moverse libremente y pueda adoptar las posturas que necesite durante las catorce o veinte horas que va a estar allí. Así, incluimos una espaldera y lianas de fulares que le facilitarán un sostén vertical, una pelota de pilates sobre la que sentarse y masajearse, una bañera obstétrica o un mueble que le permite colocarse a cuatro patas y encajar el vientre buscando la ingravidez». «El parto es movimiento. Mientras el bebé busca la salida a través de la vagina de la mujer, ella necesita colocarse en distintas posiciones para aliviar el dolor y ayudar al bebé en su nacimiento».

El diseño se completa con la utilización de colores suaves y armónicos y de revestimientos cálidos que, por ejemplo, les permita andar descalzas. «La idea es que todo ocurra en la misma estancia y que el expulsivo puede realizarse como mejor les parezca, con el asesoramiento de la matrona».

El Hospital Universitario HM Nuevo Belén de Madrid fue el primero en adoptar su modelo de paritorios. Desde entonces, la tasa de cesáreas allí es tres veces menor, según indica el centro. El Hospital de Getafe y la Clínica Universitaria de Navarra de Madrid también se han apuntado a un nuevo concepto de unidad maternal que acaba de brindar al estudio Parra-Müller el premio nacional Sanitarias 2000 a las mujeres más influyentes de la Sanidad, en la categoría de Ingeniería y Arquitectura Hospitalaria. El anterior reconocimiento, a la innovación, lo recibieron en Chicago y se lo concedió la International Interior Design Association (IIDA).

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