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Una embarazada muestra dos ecografías de su bebé.
La salud de la mujer, en el diván

La salud de la mujer, en el diván

Juan Gérvas y Mercedes Pérez-Fernández analizan en un libro 50 intervenciones sanitarias que consideran excesivas

Daniel Roldán

Sábado, 5 de marzo 2016, 07:45

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Juan Gérvas y Mercedes Pérez-Fernández dudan. Matrimonio y médicos retirados desde unos años, decidieron plasmar lo que consideraban excesos de la medicina moderna por escrito. Pero, siempre, "con un respeto máximo" hacia los profesionales sanitarios que hacen su trabajo. Sin embargo, los procedimientos a los que se someten a los ciudadanos es lo que menos les convencen. Este primer análisis se plasmó hace tres años en 'Sano y salvo', después llegó 'La expropiación de la salud' y esta trilogía se completa con 'El encarnizamiento médico con las mujeres'. Todos publicados por Los libros del lince, donde ponen en duda algunas acciones médicas por "innecesarias o excesivas".

En este nuevo trabajo, que los autores señalan que "no es un libro de medicina, ni feminista, ni nihilista ni políticamente correcto", se detallan 50 intervenciones frecuentes a lo largo de la vida de la mujer que inciden en ese exceso. "La revisión ginecológica anual carece de fundamento científico y conlleva más daños que perjuicios. Que cualquier chica descarte esa visita salvo que haya sido derivada por algún trastornos concreto, no porque sí o porque haya empezado a tomar la píldora", explica Pérez-Fernández.

"Tratamos de evitar algo muy común en medicina: la aplicación generalizada de actividades que son beneficiosas solo en algunos casos", añade Gérvas. "Con frecuencia se aplican a muchas mujeres las recomendaciones preventivas, diagnósticas y terapéuticas que son útiles solo en algunos casos específicos. Con ello el daño no compensa los beneficios y, si se hace de forma sistemática, podemos hablar con propiedad de encarnizamiento", explica el antiguo profesor en las universidades de Valladolid, Autónoma de Madrid, la John Hopkins o la UNED.

De esta cincuentena de casos, una gran parte (hasta quince capítulos) están destinados a los tratamientos que reciben las embarazadas. "Ha pasado de ser un estado de buena esperanza a la de una situación de desesperanza, siempre pendiente de pruebas y siempre con medicamentos. Reclamamos respeto a la experiencia del embarazo, donde de todo es salud en principio y donde os ginecólogos deberían situarse en segundo plano, para cuando haya problemas", defiende Gérvas.

Critican, como muchos médicos, que las encintas coman el doble por llevar a su futuro hijo; a la vez, aseguran que los requerimientos dietéticos especiales que se necesitan durante el embarazo o la lactancia se suplen "con una simple dieta sana, como la clásica mediterránea". "Los consejos médicos dogmáticos y sus recomendaciones de suplementos de minerales y vitaminas son muestras del encarnizamiento médico con las mujeres", apuntan en el libro los profesores, donde también descartan la necesidad de tomar yodo durante la gestación.

"Las consideraciones morales porque 'es bueno para el bebé' conllevan una presión que casi convierte a la mujer en puro vientre", afirma la autora, especialista en Medicina Interna, que también critica en otro capítulo del libro el uso de la cesárea. "En algunas clínicas privadas españolas se llega hasta el 50% de los partos, lo que significa que muchas mujeres las sufren innecesariamente, con sus complicaciones", afirma Pérez-Fernández.

En cuanto a las vacunas, los autores están a favor de que las embarazadas sean protegidas contra la tosferina en el último trimestre del embarazo e insisten en que cuanto menos medicamentos se tomen durante esos nueve meses, mucho mejor.

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