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Dos jóvenes parados buscan ofertas en una oficina de empleo.

Las regiones ricas salen de la crisis con mejores niveles de bienestar

La desaceleración económica provoca un retroceso en las variables objetivas de bienestar, con los jóvenes como grandes perdedores en la última década, según un informe de la Fundación BBVA

Álvaro Soto

Madrid

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Jueves, 30 de noviembre 2017, 13:57

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El impacto de la crisis económica ha sido muy asimétrico en las comunidades autónomas, pero en general, las regiones ricas lo han soportado mejor, de manera que País Vasco, La Rioja, Navarra y Madrid salen de la recesión mejor preparadas que, por ejemplo, Andalucía y Canarias. Esta es una de las conclusiones del estudio 'Las facetas del bienestar: una aproximación multidimensional a la calidad de vida en España y sus comunidades autónomas 2006-2015', elaborado por la Fundación BBVA y el IVIE, un exhaustivo trabajo que ha tratado de medir tanto los indicadores objetivos como los subjetivos, es decir, el modo en que los ciudadanos perciben su situación personal, en la última década.

Comparando un tipo y otro de indicadores, los autores del estudio, los profesores Antonio Villar y Carmen Herrero, han encontrado cierta disparidad entre los niveles de bienestar objetivos y el grado de satisfacción general con la vida. Por eso, los habitantes de Islas Baleares, Cataluña y Comunidad Valenciana, que presentan niveles medio y medio-bajos de bienestar objetivo, son los que tienen una percepción más positiva de su vida (junto con los de Navarra y el País Vasco, que estos sí, encabezan el otro ranking). Galicia, sin embargo, es el ejemplo contrario: aparece por encima de la media en bienestar objetivo, pero sus ciudadanos se declaran, de largo, los más insatisfechos.

¿Cómo se explica esto? El informe sostiene que "la discrepancia entre estos resultados deriva de que la satisfacción con la vida es una variable de naturaleza subjetiva" que depende de "lo que se tiene y lo que se espera". "Los datos sugieren que hay aspectos que afectan a la satisfacción de manera singular, como sucede con la salud autopercibida, que presenta una correlación mucho mayor con la satisfacción con la vida que el índice global".

Es decir, en Galicia, su población, que está envejecida y consecuentemente sufre más problemas de salud y probablemente menos contacto con su entorno, puede percibir que su bienestar es menor que en otras regiones pese a disponer de mejores índices objetivos. "Cuando la gente habla de bienestar, no se fija tanto en su renta como en su salud o en sus relaciones sociales, y este aspecto es algo que debería también tener en cuenta la política", ha subrayado Antonio Villar.

"En un país tan descentralizado como el nuestro, muchas decisiones políticas se toman en las comunidades autónomas, y hay diferentes factores que explican por qué algunas están mejor preparadas que otras: la historia, las tendencias económicas, que son difíciles de cambiar, pero también la financiación que reciben", ha indicado Carmen Herrero.

Pobreza y desempleo

En general, la crisis ha dejado muchas heridas en la sociedad española. El aumento de la pobreza y el desempleo son la más destacadas. Pero también, el crecimiento sustancial de la desigualdad en la distribución de la riqueza que ha ocurrido durante la década que transcurre entre 2006 y 2015, cuyos datos se han utilizado en el informe, que compara diez variables no solo económicas, sino también sociales, con respecto a los países de la OCDE.

Así, excepto en educación, todos los parámetros que afectan al bienestar han descendido en España: la distribución de la renta es más desigual, la población activa se ha reducido y ha envejecido, el paro se ha disparado y la salud se ha resentido. Un aspecto, el de la salud, que los investigadores han querido destacar porque ofrece conclusiones preocupantes: la obesidad, sobre todo entre los jóvenes, se ha disparado, y también ha aumentado el consumo de alcohol, aunque ha descendido el tabaquismo. "Habría que tomar medidas políticas contra la obesidad", ha apuntado Herrero. Donde España obtiene mejores resultados en comparación con los países de la OCDE es en las conexiones sociales, el medio ambiente y la seguridad.

El informe sostiene que la brecha generacional es otra de las consecuencias más graves que ha dejado la recesión. Mientras los mayores han soportado mejor los embates de la crisis, los jóvenes son los que más calidad de vida han perdido, tanto por los altos niveles de desempleo que sufren como por la caída de su poder adquisitivo.

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