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Condenado Sergio Morate a 48 años de cárcel por los asesinatos de su exnovia y una amiga en Cuenca

El juez le ha aplicado las agravantes de alevosía y parentesco en el caso de su expareja y de abuso de superioridad en el de la amiga

J.V. Muñoz-Lacuna

Martes, 7 de noviembre 2017, 17:17

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La Audiencia Provincial de Cuenca ha condenado a Sergio Morate, de 34 años de edad, a 48 años de prisión por los asesinatos de su exnovia, Marina Okarinska, de 26 años, y de una amiga de ésta, Laura del Hoyo, de 24, en agosto de 2015 en la ciudad de Cuenca.

La sentencia, hecha pública en la tarde de este martes por el presidente de la Audiencia Provincial de Cuenca, José Eduardo Martínez Mediavilla, le impone 25 años de prisión por la violenta muerte de Marina con las agravantes de alevosía y parentesco y 23 por la de Laura aplicando aquí la agravante de abuso de superioridad.

La pena impuesta coincide con la que solicitaba la fiscalía y la acusación popular, que ha representado a la Junta de Castilla-La Mancha pues esta administración se persona desde hace años en todos los juicios relacionados con la violencia machista. Sin embargo, es ligeramente inferior a la que pedían las acusaciones particulares que han representado a las familias de Marina y Laura -56 años de prisión- pero sí superior a la que finalmente imploró el abogado de la defensa: 35 años de cárcel.

Morate también tendrá que indemnizar al marido de Marina con 50.000 euros y a sus padres con 220.000 así como abonar otros 40.000 a su hermana Irina. En cuanto a la familia de Laura, deberá indemnizar a sus padres con un total de 220.000 euros y con 40.000 a su hermana.

Crimen perverso y brutal

Según ha subrayado el presidente de la Audiencia de Cuenca durante la lectura de esta resolución, la pena impuesta por el asesinato de su exnovia es “la máxima legal por la perversidad y brutalidad de la acción” mientras que en el caso de la muerte de Laura “el propósito criminal no era el mismo y no existió la persistente preparación de un plan” (para matarla).

La sentencia se ha dado a conocer nueve días después de que un jurado popular conformado por siete hombres y dos mujeres declarase por unanimidad culpable a Sergio Morate del doble asesinato. A diferencia de lo ocurrido durante el juicio –el acusado estuvo presente en las seis sesiones que duró el juicio- Morate ha preferido no desplazarse este martes desde la prisión de Estremera (Madrid) hasta Cuenca para conocer su condena y ha optado por escucharla mediante videoconferencia.

Quienes sí han estado presentes en la Audiencia conquense para conocer la pena han sido las familias de Marina y Laura.

Crimen premeditado

La sentencia considera probado que Sergio Morate había quedado con su exnovia el 6 de agosto de 2015 para entregarle varios objetos personales que la joven no se había llevado de la casa de Sergio cuando dieron por finalizada su relación sentimental después de cuatro años conviviendo. Pasadas las cinco y media de la tarde de ese día, Marina se presentó ante el piso de Sergio, en la urbanización “Ars Natura”, pero acompañada por su amiga Laura ya que en las conversaciones telefónicas previas que había mantenido con su exnovio había percibido cierta violencia en sus palabras y temía que la agrediera.

Según la sentencia, Sergio Morate había planeado matar a Marina porque no admitía la ruptura de su relación. Por ello, había adquirido cal viva en los días anteriores al crimen y se había interesado por cuestiones jurídicas tales como el listado de países que tienen suscritos convenios de extradición con España o el número de años que tarda en prescribir un delito.

La presencia de Laura modificó sus planes iniciales pues también decidió acabar con su vida. A ambas las estranguló –a Marina con una brida de plástico y a Laura con sus manos- y después semienterró sus cadáveres en la cercana localidad de Palomera, a unos diez kilómetros de Cuenca, antes de huir en el coche de su hermano a Rumanía donde fue detenido una semana más tarde.

En la resolución judicial también han resultado claves los testimonios de la esposa de su amigo rumano Itsvan Horvath –admitió ante ella haber matado a Marina cuando se refugió en Rumanía- y los comentarios autoinculpatorios que formuló ante varios agentes de la Policía Nacional cuando estaba siendo trasladado a España desde ese país una vez fue detenido. Otra prueba fundamental en el proceso ha sido la botella de agua de la Virgen de Lourdes que los investigadores hallaron junto a los cadáveres y que contenía ADN de Sergio Morate en la boquilla.

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