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Diez ideas para entender el cambio climático

Diez ideas para entender el cambio climático

Hoy empieza en París, en un ambiente moderadamente optimista la cumbre mundial con el gran objetivo de eliminar los gases que provocan el efecto invernadero

P. Monteagudo

Lunes, 30 de noviembre 2015, 07:31

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Hoy se inaugura en París la XXI Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el cambio climático, COP21, bajo estrictas medidas de seguridad. Los atentados yihadistas no han hecho peligrar una reunión que para muchos se antoja como la última oportunidad de frenar un problema global que amenaza la propia existencia del planeta. Las últimas palabras de Obama, la progresiva concienciación de la población y las evidencias científicas parecen haber dotado a la reunión de un optimismo que no se vio en Copenhague seis años atrás. Con todo, los obstáculos son aún de una envergadura notable.

1. El objetivo fundamental es un pacto mundial para la reducción paulatina de la emisión de gases de efecto invernadero generados por el uso de combustibles fósiles: carbón, gas natural y petróleo.

2. Se necesita que todos los países colaboren para evitar que la temperatura media de la Tierra aumente más de 2 grados en las próximas décadas.

3. Más de 195 países representados por jefes de Estado y de gobierno tendrán que aunar esfuerzos para colaborar en la adaptación a los impactos que está produciendo el cambio climático.

4. El acuerdo, que entrará en vigor en 2020, será actualizado cada cinco años en función de las necesidades y estará vigente hasta 2050. Los compromisos de los países participantes abarcan casi el 100 % de las emisiones de gases contaminantes.

5. Representantes de los países responsables del 95 % de las emisiones han enviado a Naciones Unidas sus compromisos concretos de reducción de gases de efecto invernadero, que deberán ser ratificados en la Cumbre de París.

6. Un informe de la Agencia Internacional de la Energía (AIE) cifra en 13,5 billones de euros (inicialmente) la inversión necesaria. En el mayor debate de las reuniones, los países pobres señalan a las economías desarrolladas como responsables del cambio climático y exigen de éstas los recursos para el pago de la factura de la descontaminación del planeta. Si las potencias no ponen el dinero el acuerdo podría convertirse en papel mojado.

7. En teoría, el acuerdo debe representar el principio de la supresión del uso de los combustibles fósiles como fuente de energía. No obstante, eso es por ahora un deseo más que una realidad (el consumo de carbón en el mundo crece decenas de miles de toneladas cada año)

8. Los puntos de fricción en las negociaciones se relacionan con la financiación necesaria para reducir el impacto del cambio climático en los países más afectados (algunas islas del Pacífico sur han pedido ayuda, ante la previsión de desaparecer sepultadas por las aguas debido al aumento del nivel de los océanos, según modelos climáticos muy fiables). Establecer una diferenciación entre países ricos y pobres es un debate en el que las potencias económicas del mundo deben ceder si desean que los compromisos se cumplan y no se queden en una mera declaración de intenciones.

9. En la Cumbre anterior, celebrada en Copenhague en 2009, no se alcanzó un acuerdo y las consecuencias del cambio climático se han multiplicado. La media de la temperatura en la Tierra ha aumentado en más de 1 grado, la concentración de CO2 atmosférico alcanzó el pasado 22 de junio un récord histórico de 402,93 partes por millón y 2015 va camino de ser por segundo año consecutivo el más caluroso de la historia.

10. Por primera vez hay voluntad política para un acuerdo climático. Nunca antes un presidente de Estados Unidos había hablado con tanta claridad sobre el problema, como lo hizo Barack Obama en su visita a Alaska a finales de agosto. Su gobierno ha firmado con China un compromiso para enfrentar el calentamiento global. El G-7 ha hecho una declaración de intenciones muy ambiciosa comprometiéndose a suprimir totalmente el uso de combustibles fósiles en el año 2100.

La limitación es que en 2014 sólo el 9,3% de la demanda energética mundial se abasteció de fuentes renovables. Si no se producen avances científicos y tecnológicos que lo remedien la demanda mundial de energía seguirá aumentando, entre otras cosas, por el incremento de la necesidades debido al vertiginoso crecimiento de la población. Si se alcanza el esperado acuerdo climático mundial, cada país deberá ratificar sus compromisos nacionales entre 2015 y 2020.

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