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¡Cáceme este pirata!

¡Cáceme este pirata!

Estados Unidos paga hasta tres millones de dólares por pistas que conduzcan a la detención de un ‘hacker’. No es el único cuya cabeza tiene precio

mIKEL fONSECA

Sábado, 25 de marzo 2017, 19:51

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La escena empieza a ser habitual: una gran empresa se ve obligada a comparecer ante los medios para explicar que su seguridad ha sido comprometida y que delincuentes podrían haberse hecho con información sensible de sus usuarios. Yahoo o AshleyMadison son dos de los ejemplos más sonados, pero según un reciente informe de Kaspersky Labs, cada segundo se produce un ataque on line. En 2016, la compañía contabilizó más de 155 millones de asaltos informáticos. Es el mundo de los gánsteres 2.0.

Con el rostro iluminado por sus pantallas y la identidad oculta por la Red, los ciberdelincuentes llevan a cabo todo tipo de delitos, pero la estafa y el robo de información suelen ser sus predilectos. La mayoría son lobos solitarios, pero otros dirigen todo un sindicato del crimen. A algunos incluso les ampara el gobierno de su país, lo que ha provocado una batalla silente desde el final de la Guerra Fría.

El denominador común es un gran dominio de la informática unido a un instinto criminal, lo que les convierte en objetivos muy escurridizos para la Policía. Por eso las autoridades buscan la colaboración ciudadana. Como ya hizo en su día con forajidos y mafiosos, el FBI ha colgado carteles de Se busca con sus fotos y suculentas recompensas.

Evgeny Bogachev. Ruso

Creador del virus más peligroso del año

El gran capo de la lista de los ciberdelincuentes más buscados es este excéntrico hacker ruso cuya cabeza vale tres millones de dólares para el FBI. Se le acusa de crear el GameOver Zeus, un tipo de virus capaz de infectar una red de ordenadores para distribuir el cryptolocker, el temido secuestrador de dispositivos informáticos que tantos estragos ha causado en 2016. Además, el FBI estima que llegó a tener el control de un millón de ordenadores, algunos pertenecientes a gobiernos de todo el mundo o a mandos militares desplegados en Siria o Ucrania. También se le atribuye el robo de cientos de millones de dólares en distintas estafas. A pesar de que el agente del FBI J. Keith Mularski lo cataloga como «muy paranoico», Bogachev vive en Rusia, concretamente en Anapa, un resort del Mar Negro, donde no oculta su gusto por los coches caros, los paseos en barco y los felinos. Mientras que otros hackers rusos han sido detenidos recientemente, este Al Capone 2.0 se exhibe sin miedo, lo que hace sospechar que tras su teclado se esconden unas manos mucho más poderosas.

Nicolae Popescu. Rumano

Estafó más de tres millones de dólares

Se le atribuye una sofisticada estafa masiva a través de internet, en la que vendía coches y otros productos de lujo inexistentes a través de múltiples webs de subastas. La trama se completaba con una red de lavado de dinero digital. En total, se calcula que estafó más de tres millones de dólares. En 2010, él y otras 68 personas fueron detenidas por la Policía antiterrorista de Rumanía en la operación Valea Regilor (Valle de los Reyes). Pero Popescu consiguió eludir la cárcel aprovechando un vacío legal y huyó del país. Desde entonces se encuentra en paradero desconocido. En 2012 el FBI colgó el cartel de Se busca, con una recompensa de un millón de dólares por cualquier pista que conduzca a su detención.

Alexsey Belan. Letón

Un nombre que aparece en todos los escándalos

Este treintañero, de origen letón y con pasaporte ruso, destaca por su capacidad de camuflaje. Además de cambiar de aspecto con frecuencia, utiliza su nombre si es que es el verdadero con todas las grafías posibles (Alexsei, Aleksei, Aleksey Belan, y así sucesivamente) y viaja constantemente por todo el mundo. Ha vivido en las Maldivas y en Tailandia y fue visto por última vez en Grecia. Se le acusa de robar las bases de datos de tres importantes compañías médicas estadounidenses relacionadas con el Obamacare, con nombres e historiales médicos. Belan usó luego esa información para extorsionar a las empresas. Su nombre también figura en el escándalo del hackeo en las pasadas elecciones de EEUU y en el de Yahoo. El FBI ofrece 100.000 dólares por pistas sobre su actual paradero.

Firas Dardar y Ahmad Al Agha. Sirios

Dos soldados digitales al servicio del Ejército sirio

Bajo los alias en la Red de The Shadow y Th3 Pr0 se esconden dos integrantes del Ejército Electrónico Sirio (SEA, por sus siglas en inglés) responsables de múltiples ataques cibernéticos contra medios de comunicación, entre ellos la BBC, The Guardian, CNN y Forbes. Al primero, además, se le acusa de urdir una red de secuestro de teléfonos. Se les sitúa en Siria, y se ofrecen 100.000 dólares por su captura.

Peteris Sahurovs. Letón

Un falso comercial de publicidad envenenada

A sus 21 años, este letón contactó con un periódico estadounidense haciéndose pasar por el vendedor de publicidad de una cadena de hoteles. Pero sus anuncios, colocados en la web, eran venenosos: al hacer clic, se descargaba un virus que exigía 50 euros al usuario. De no aceptar, el ordenador quedaba totalmente inutilizado. Sahurovs consiguió más de dos millones de dólares ya que, presuntamente, repitió el modus operandi con otras compañías. Su recompensa es de 50.000 dólares.

Shaileshkumar P. Jain, indio y Bjorn Daniel Sundin, sueco

Extorsionaban a sus víctimas con un virus que no existía

A través de anuncios infectados colocados en páginas legítimas de terceros, Jain, de origen indio pero con nacionalidad estadounidense, Bjorn, sueco, y su banda secuestraban el navegador del usuario, haciéndole creer que su ordenador estaba al borde del colapso. De manera muy oportuna, su empresa Innovative Marketing, Inc aparecía ofreciendo la solución en forma de un antivirus. El programa en cuestión era igual de falso que la amenaza, lo que no impidió que, entre 2006 y 2008, estafasen más de 100 millones de dólares a usuarios de más 60 países. Cualquier información que conduzca directamente al arresto de alguno de los dos se premia con 20.000 dólares.

Noor Aziz Uddin y Farhan Arshad. Pakistaníes

Secuestraban móviles para llamar a su propia línea erótica

Uddin y su socio Arshad aprovecharon un fallo de las compañías telefónicas estadounidenses para hacerse con el control remoto de casi 5.000 móviles, con los que llamaban a una línea erótica de pago. Esta línea, por supuesto, era propiedad de Uddin y Arshad. Se les acusa de estafar más de 50 millones de dólares a lo largo de cuatro años de actividad. Esta técnica, llamada PBX hacking, es una de las más comunes entre los piratas e incluso pueden consultarse tutoriales sobre cómo hacerlo en YouTube. Según algunos medios, los dos estafadores han sido detenidos en Pakistán tras haber viajado por decenas de países; sin embargo, el FBI mantiene activada su ficha con 50.000 dólares de recompensa.

Carlos Enrique Pérez Melara. El Salvador

El hacker que solo atacaba a infieles

El cartel de este pirata, llamado el hacker del amor, ha sido el último en descolgarse de la pared de los más buscados del FBI. El salvadoreño, por el que se ofrecían 50.000 dolares, se presentaba como un «espía de amantes». Sin embargo, después de recoger información sobre la pareja infiel, tarjeta bancaria incluida, aprovechaba para hacer algunas compras a su costa. Contratar sus servicios incluía de regalo un kit con software para espiar a la pareja sin necesidad de poseer grandes conocimientos informáticos. El FBI seguía su rastro desde 2005 hasta que fue detenido a principios de febrero de este año. Irónicamente, la noticia se hizo pública el día de San Valentín.

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