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Trigo empezando a espigar en la comarca de Rueda.
Refranes que lo clavan

Refranes que lo clavan

Un invierno suave, un otoño seco y una primavera muy húmeda dan mucho juego en el refranero castellano, que es tan rico que siempre tiene una sentencia que se adapta a las circunstancias.

Eloy de la Pisa

Domingo, 15 de mayo 2016, 09:47

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'Hombre refranero, medido y certero'. 'Hombre refranero, hombre puñetero'. Y así unos cuantos. La riqueza del castellano en lo que a sentencias y dichos se refiere es notabilísima. Es tanta que hay casi uno para cada situación y el que no vale para un día, es perfecto para el siguiente. Y, claro, los referidos al tiempo son especialmente seguidos, recordados y citados como fuente autorizada de lo que va a pasar.

'Agua de primavera llena la panera'. Una dicho que refleja lo vital que es para el ciclo del cereal las lluvias que puedan caer en los meses de abril y mayo. Si se conjuga con otro que reza que 'Con agua y basura, cosecha segura', tenemos la clave de porqué los chaparrones de estos días son tan importantes. Es cierto que lo que es bueno para un cultivo no lo es para otro, pero el 'nunca llueve a gusto de todos' se inventó en esta época. En cualquier caso, con humedad en primavera -y si luego no aprieta el calor más de lo debido- el cereal encuentra las condiciones ideales para granar en condiciones. Y si eso pasa 'La lluvia de primavera alegra la cartera' en clara referencia a que si va se prevé cosecha buena, el optimismo impide que nos volvamos muy conservadores a la hora de gastar.

'Muy lluviosa la primavera, poco triguera'. Ahí tenemos un ejemplo de lo que decíamos antes: la riqueza del refranero permite establecer una cosa y la contraria. Porque es evidente que 'lo poco agrada y lo mucho cansa', así que demasiada agua estropea también las cosechas. Y el trigo, planta más delicada que la cebada o el centeno, es cereal al que molesta profundamente tener más humedad de la debida en las raíces. En esto abunda otro refrán: 'Primavera muy lluviosa, poco triguera y muy pajosa', en referencia a que el agua permite, efectivamente, desarrollarse a la planta y que crezca. Y cuanto más crece, más paja va a producir a la hora de recoger, pero ello no implica buen grano.

Vale, sí, este año, de momento, está más en el primer refrán que en el segundo. Pero por poco.

El pronóstico del tiempo

Otro de los grandes temas para el refranero es el tiempo, o al menos el vaticinar el tiempo que podremos encontrarnos en función de lo que haya podido ir pasando.

Veamos algunos ejemplos.

'Por mayo río llenos, preludian grandes truenos'. Esta situación estamos empezando a verla, pero si todo ocurre con normalidad percibiremos como se acentúa. Lo que el refrán refleja es que si ha llovido mucho en abril y hay mucha agua en los ríos, el calor matinal del final de la primavera y el comienzo del verano va a provocar mucha evaporación y, con ello, un considerable aumento de las tormentas vespertinas. Y tiene toda la pinta de que este año van a abundar estas situaciones.

'Marzo ventoso y abril lluvioso sacan a mayo florido y hermoso'. Este dicho se explica casi por sí mismo. Este año, de hecho, se ha cumplido con matemática precisión. Mayo ya está siendo hermoso y basta con mirar al campo para comprobar la exuberancia de que hace gala. En el momento que apriete un poco el calor, el verde que inunda Castilla comenzará a adquirir colores de lo más variados.

Pero en la meseta norte mayo, con ser el comienzo del calor, también es el mes en el que todo el trabajo de los agricultores -o gran parte de él- puede irse al garete. No es raro que se meta en algún momento el viento del norte, y con él alguna helada tardía que deshaga lo ganado en marzo y abril. Y contra esta posibilidad, nada irreal, avisan dichos como 'Dios nos libre de las heladas de mayo', 'Si no hubiera mayo, no habría mal año' o 'El mes de mayo es el mes más largo que tiene el año'.

Y, para rematar, hay uno que refleja estupendamente lo que son los ciclos agrícolas: 'Agua por San Juan, quita vino y no da pan'. Vamos, que como llueva a finales de junio, al cereal no le va a hacer ningún favor, pero al viñedo, que está empezando a formar los racimos, le puede provocar serios daños. Así que, para esas fechas, mejor cielo despejado y calor. Por si acaso.

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