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Flores que disfrutan con el frío

La llegada de las heladas no tiene porqué implicar que las flores desaparezcan de nuestra terraza o nuestro jardín

Eloy de la Pisa

Martes, 17 de noviembre 2015, 20:31

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Que estemos acabando en la segunda semana de noviembre y que las temperaturas diurnas y nocturnas sean más altas y menos bajas de lo normal no significa que no tengamos que empezar a prepararnos para el invierno. Tarde o temprano las heladas llegarán. Más o menos intensas, más o menos continuadas, pero llegarán. En consecuencia, en estos días es cuando mejor podemos prepararnos para que nuestro balcón, terraza o jardín nos aporte una nota de color en los días en los que echemos de menos el tibio calor de la primavera o del veranillo de San Martín.

Aquí van algunas ideas.

1.- El pensamiento. Sin duda alguna el rey mesetario de la flor invernal. Los ayuntamientos lo utilizan con profusión en medianas y rotondas durante esta época. Ya está disponible en todos los viveros de la comunidad, y su precio es muy asequible. Soporta sin problemas temperaturas de hasta 10 grados bajo cero, y produce muchas flores. Dos consejos: en cuanto una flor se empiece a secar, arráncala para estimular el nacimiento de más. La planta te responderá. Le da igual zonas sombreadas que soleadas, pero lo que no soportan sus raíces es que la tierra se encharque, así que procura que si están en maceta el drenaje sea bueno. Lo ideal sería que cuando la riegues el agua tarde poco en depositarse en el plato sobre el que se asiente el tiesto. Deja esa agua ahí. La tierra la irá absorbiendo según lo necesite.

La razón de que soporte tan bien el frío es que no es una planta natural: es el producto de la hibridación del pensamiento salvaje con varias especies de su género. El resultado es que se han potenciado sus cualidades de resistencia a las bajas temperaturas.

2.- Cyclamen. Otra planta popular en los invernaderos y viveros en esta época del año. En muchos sitios se vende como planta de interior, pero realmente ahora es cuando debe estar en el exterior, ya que soporta muy mal las fuentes de calor que tenemos en las casas. Su lugar perfecto desde ahora hasta la primavera es el jardín. Cuando llegue el calor es cuando debe ir hacia otras zonas. Para que nos hagamos una idea de sus resistencia al frío baste decir que su origen es Asia Central clima continental por lo tanto- y que vive sin problemas en los Alpes, por ejemplo. Total, que en Castilla y León puede vivir en cualquier orientación, siempre que no se acumule agua.

El exceso de líquido en la tierra es tan malo como el calor seco de una estufa o un radiador. Si lo tenemos en un tiesto, lo mejor para regarlo es introducirlo en un recipiente mayor hasta la mitad del tiesto de la planta y mantenerlo un minuto o así. El agua ascenderá por capilaridad, pero no tendrá tiempo de tocar el bulbo del que nace la planta. Pasado ese minuto dejamos escurrir y hasta la siguiente. ¿Y cuándo es la siguiente? Cuando veamos la tierra bien seca en la superficie y que empieza a separarse de las paredes de la maceta.

3.- Santolina. Una planta muy interesante, que puede desesperar al novato si no se tienen en cuenta dos claves: que disfruta más del frío que del calor y que cuando más sol le dé en invierno, mejor. No es una planta de interior, eso lo primero. Lo segundo, no requiere riegos especiales. En invierno, con lo que pueda llover o nevar, suele ser suficiente. En verano, época en la que hay que podarla para darle la forma que queramos, necesita alguno más. Y, eso sí, cada 3-4 años, poda radical para que rebrote con fuerza de nuevo, ya que tiende a hacerse alta y desmadejada y contraer enfermedades.

Es una planta de las llamadas olorosas. A mí, personalmente, me agrada especialmente frotar sus hojas y ramas con las manos y disfrutar del olor con el que las impregnan, especialmente en las primeras horas de la mañana o al atardecer.

4. Galantus o campanilla de las nieves. Otra de esas plantas humildes y sencillas, pero cuya presencia parece una milagro de la naturaleza. Es perfecta para dar color a las praderas de césped durante el invierno.

Veamos.

Se trata de una bulbosa, como el narciso o el gladiolo o el lirio, pero que solo se activa con el frío. Permite, por lo tanto, plantarlo en el césped, pues cuando florece la hierba no necesita ser recortada. Y cuando llega el momento de empezar a segarla, el galantus ya habrá terminado su ciclo anual y estará en reposo. Eso sí, antes de sacar la segadora del garaje o del cuarto de herramientas y ponerte a trabajar asegúrate de que todas las hojas de nuestra amiga están ya secas. Si el bulbo está activo aún y te llevas las hojas, no tendrás flores al invierno siguiente.

5. Prímula o primavera. Otra de las plantas clásicas del frío. A diferencia del pensamiento, empieza florecer con el cambio de año, así que es a finales de este mes o principios de diciembre cuando conviene ponerla en el sitio que deseemos. Si manejamos bien los tiempos lograremos que cuando el pensamiento comience su declive la prímula esté en plenitud, y así lograremos tener flores todo el año.

Los trucos para que la prímula esté cómoda y nos devuelva una buena cosecha de flores se limitan a que esté alejada de fuentes calor, pero a la vez en zonas muy luminosas. Balcones o terrazas o zonas cercanas a muros pueden ser buenas opciones. Es posible mantenerla de un año para otro si tenemos la precaución en verano de arrancar las hojas muertas y mantenerla en un lugar fresco, algo que en esta tierra nuestra puede ser complicado, ciertamente.

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