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Los hoteles se rearman contra los pícaros

Los hoteles se rearman contra los pícaros

La imaginación de los clientes, la avanzada tecnología usada por los ladrones, y los entresijos de Internet hacen que los hoteles españoles se vean seriamente afectados

El norte

Martes, 28 de julio 2015, 13:44

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España es uno de los países con una mayor infraestructura en el sector hotelero, con más de medio millón de plazas en todo el territorio nacional. A pesar de la crisis económica el turismo continúa siendo uno de los sectores con mayor afluencia.

Sin embargo estas abundantes pernoctaciones traen consigo una serie de fraudes que no dejan indiferente al sector hotelero.

El robo de toallas, bombillas, secadores, pilas del mando a distancia y un sinfín de objetos son sustraidos de las habitaciones de los hoteles, según 'JetCost' el 81% de los clientes reconoce haberse llevado algún que otro 'regalo'. La masiva utilización de Internet ha hecho que esta red se convierta en un 'mercado negro' de contrabando de trucos y artimañas entre usuarios para conseguir sus 'premios'. Algunos de estos hoteles se han visto forzados a la utilización de medidas tecnológicas, como básculas electrónicas y sensores de movimiento que dectenta si algún huésped ha tomado una consumición de la nevera de la habitación.

Otro de los fraudes más comunes reside en Internet, los comentarios, positivos o negativos, en las páginas web de los hoteles son en ocasiones escritos por los propios hoteles con el objetivo de mostrar una imagen positiva y persuadir al receptor o en el caso contrario, es la propia competencia quien redacta aquellos comentarios negativos con el fin de ahuyentar a la posible clientela.

Ni los propios hoteles escapan de las manos de los ladrones habituales de verano. Están especializados en complejos hoteleros, donde rastrean en busca de puertas mal cerradas o hacen uso de la tecnología para 'hackear' cerraduras y robar los objetos más valiosos. Este tipo de carteristas crean la necesidad del surgimiento de dectectives de hoteles, que trabajan para grandes cadenas hoteleras y se encargan de mimetizarse con la clientela habitual para reprimir cualquier acto de estafa. También han aumentado los espacios web espejo o clonados, donde el contenido y la imagen de la web es la similar que la del sitio original e induce a confunsión al cliente quien termina siendo víctima de un fraude veraniego.

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