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La compañía catalana Rocamora llenó la escalinata de San Martín, en sustitución del fallecido Rod Burnett. Antonio de Torre
Los escolares llenan los espacios durante la primera jornada

Los escolares llenan los espacios durante la primera jornada

La compañía catalana Rocamora suple con éxito la primera función que iba a representar Rod Burnett, el maestro británico fallecido

alfonso arribas

Jueves, 11 de mayo 2017, 11:45

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Las previsiones meteorológicas no eran muy halagüeñas pero la mañana aguantó, incluso con un sol radiante, y la primera cita en la plaza de San Martín ya coleccionó multitudes. A los grupos escolares que se acercaron hasta el anfiteatro al aire libre del festival se sumaron excursiones de estudiantes foráneos que, sin querer, se encontraron un feliz entretenimiento.

La compañía catalana Rocamora llenó el espacio que estaba reservado para la primera función que iba a representar Rod Burnett, el maestro británico recientemente fallecido. Carles Cañellas, de Rocamora Teatre, así lo recordó y el público ovacionó fuerte, porque Rod no era un desconocido para el público de Titirimundi.

Hecho el homenaje, los más pequeños disfrutaron del desfile de personajes que propone Solista, el espectáculo con el que se abrió el ciclo de calle de la presente edición. Un extraordinario manejo de las marionetas de hilo es la carta de presentación, pero hay más: ternura, humor, juego interactivo Son pequeñas historias que muestran, o esconden, personajes como Johny, el bailarín de claqué; Félix, el payaso bombero; o uno de los más jaleados, el abuelo Manuel. Un maestro reconocido del género para formar cantera y crear público.

Esto en la parte visible. Porque dentro del programa pero sin promoción externa, porque son funciones cerradas de antemano, la primera jornada de Titirimundi fue un hervidero de representaciones escolares. La Cárcel abrió sus dos salas por la mañana temprano para acoger cuatro representaciones, a las que asistieron los primeros cientos de alumnos de la capital y la provincia. Las dos primeras a cargo de La Chana con su espectáculo Vulgarcito, un prodigioso teatro de objetos que habla de la calidad con la que se está trabajando en Castilla y León. Las siguientes fueron para Le clan de songes y su extraordinario montaje titulado Fragile. Ya puede decirse que es una de las gratas sorpresas de esta edición, una pieza breve repleta de momentos poéticos con un dominio del títere y de la escena que resulta admirable.

Se puede tomar como una alegoría de la vida, que se presenta como una línea recta, o un camino allanado, pero que termina por llenarse de baches y dificultades a los que hay que hacer frente. Y esta tierna criatura de Fragile lo hace con asombro y paciencia, a veces con ayuda, pero lo afronta.

La Canica y su Sirenita en La Alhóndiga y el clásico Rodorín en el Palacio de Quintanar con su Retablillo de Títeres completaron el programa de funciones escolares, que continuará mañana, el viernes y el lunes con nuevas propuestas.

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