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Titirimundi impulsa las funciones en patios y calles sin incrementar su presupuesto

Titirimundi impulsa las funciones en patios y calles sin incrementar su presupuesto

El Festival Internacional de Teatro de Títeres, que tendrá lugar del 10 al 15 de mayo, vende 3.000 entradas en cuatro horas

César Blanco Elipe

Jueves, 20 de abril 2017, 11:25

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La primavera deshoja el calendario y, tras dejar atrás una Semana Santa algo tardía, asoma en el horizonte más inminente la llegada de la trigésimo primera edición del Festival Internacional de Títeres de Segovia. Fiel a su cita a pesar de los pesares de la búsqueda de financiación. Los recortes de hace unos años mermaron el margen de movimiento de la organización para configurar con holgura un programa de categoría mundial. De momento, el director, Julio Michel, comenta que prefiere hablar de compañías y espectáculos que de dinero, aunque deja entrever que para este año cuenta con un presupuesto similar al de la edición pasada. Entonces, fue el más bajo de los últimos tres lustros. Rondó los 250.000 euros para seis días de actividad.

En 2016, el festival firmó un convenio con el Ayuntamiento de la capital, principal valedor del evento en lo económico, por el que el Consistorio colaboraba con 200.000 euros, repartidos en dos anualidades de 100.000 euros cada una distribuidas entre la edición pasada y la cita que se avecina.

Extensión provincial y escolar

Hablando de números, la dirección de Titirimundi se queda con los pases que se concentrarán entre el 10 y el 15 de mayo, aunque las jornadas de apertura y cierre son más simbólicas que de festival a pleno rendimiento, con actuaciones que se cuentan con los dedos de las dos manos. Solo en la capital segoviana y dentro del programa publicado en la web del festival el carrusel de actuaciones registra la celebración de 157 funciones, a las que hay que añadir los pases encuadrados en la extensión provincial con representaciones en quince municipios, según el acuerdo suscrito entre Titirimundi y la Diputación. Además, el acontecimiento conserva su ramificación escolar, el ya asentado Titiricole, que en esta edición consta de trece actuaciones.

Saquen la calculadora y los pases se acercan ya a los doscientos, sin contar las citas programadas por el festival en otras provincias.

Más números de los que le gusta a Julio Michel para sacar pecho y presumir de festival y de su marchamo internacional. En esta trigésimo primera edición, hay confirmadas 36 compañías, algunas de cuyas procedencias vuelven a dar la vuelta al mundo. La mitad son españolas, y entre ellas nombres que ya son buenos conocidos del festival segoviano. Son los casos de los Titiriteros de Binéfar, de La Gotera de Lazotea, La Chana, Eugenia Manzanera o Teatro Paraíso.

La proyección internacional

En cuanto a «la vocación internacional» que con orgullo subraya el director de Titirimundi, el cartel cuenta con nueve nacionalidades diferentes. Francia es la delegación foránea más numerosa, seguida de Rusia, Dinamarca y Reino Unido. También hay representación de Italia, Bélgica y Holanda. Y desde el otro lado del Atlántico llegan a Segovia propuestas de Chile y Argentina, además de Estados Unidos.

Otro espíritu que se acentúa por necesidades del guion es el callejero. Julio Michel revela que tanto los pases al aire libre como los que encuentran cobijo en los patios ganan protagonismo, en detrimento de las funciones de interior. La dirección pone de relieve «la importancia» de estos espacios porque «una de las grandezas de Titirimundi es que también muestra la ciudad» y su patrimonio más recóndito.

La tendencia impuesta por los corsés de financiación de los últimos años se traduce también en una contratación más selectiva que se decanta por la incorporación de espectáculos de pequeño formato que no suponen el traslado de grandes montajes y compañías muy numerosas en cuanto a personal que conllevan. Este año se suma al marco de contingencias con las que ha de lidiar la organización el cierre del teatro Juan Bravo por las obras de mejoras que se ejecutan.

El espectáculo que abrirá oficialmente el festival, el miércoles 10 a las 20:30 horas, es un ejemplo de uno de los sellos que va a tener Titirimundi en esta edición que está a la vuelta a la esquina. Teatro Paraíso y su Pulgarcito izarán el telón, esta vez en la sala Ex.Presa 1 del centro de creación e innovación cultural de La Cárcel.

Tal y como especifica Michel, se trata de una función que ya se pudo ver hace cuatro años en Segovia. Los promotores quieren reivindicar el evento con «la reposición de algunos espectáculos que consideramos que son muy interesantes para dar la oportunidad de recuperarlos para quienes lo disfrutaron en su día y descubrirlos para quienes no los han conocido». Es lo que pretende Titirimundi con la introducción en el programa de la compañía Non Nova, procedente de Francia, que pondrá en escena La siesta de un fauno.

La venta de localidades empezó el pasado día 6. «Sin promoción ni publicidad previas, simplemente porque existe expectación por que llegue Titirimundi, logramos vender en las cuatro primeras horas 3.000 entradas», ensalza el director e ideólogo del acontecimiento. Tanta demanda «colapsó el sistema de venta», añade Michel, lo que da una idea de que la cita segoviana con el arte de los títeres está muy viva.

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