La provincia de Segovia sigue perdiendo habitantes: 981 en 2017
A 1 de enero de 2018, Segovia tenía censadas 153.203 personas, 10.696 menos que hace diez años
No hay quien frene la caída. Aunque a un ritmo menor que durante los últimos años, la provincia de Segovia sigue perdiendo habitantes. Los datos provisionales del padrón de 2018 que el Instituto Nacional de Estadística (INE) publicó ayer hablan por sí solos: entre enero de 2017 y enero de 2018, el territorio segoviano perdió 981 vecinos (0,63%). Ni siquiera el ligerísimo repunte del número de residentes extranjeros (hay 39 más que el año pasado), logra maquillar el imparable descenso de un padrón cada vez más envejecido. A 1 de enero de 2018, la provincia tenía censadas 153.203 personas, 10.696 menos que hace diez años, cuando la crisis todavía no había dado la cara. Por aquel entonces, la media de edad era de 43,2 años y hoy roza los 46 (45,7 años). Durante todo este tiempo se ha ido por la borda el vertiginoso crecimiento que el censo experimentó en apenas cuatro años, cuando pasó de los 152.640 habitantes de 2004 a los 163.899 de 2008.
Las alarmas, pues, siguen disparadas, por mucho que Segovia sea, junto a Soria, la provincia de Castilla y León que menos población pierde. Y la inmigración ya no sustenta los censos, como lo hacía hace diez años. Al contrario, de 2013 a esta parte el fenómeno ha perdido fuelle y el éxodo de ciudadanos extranjeros se une a la fuga de jóvenes segovianos. Hay que remontarse once años para encontrar cifras similares en el padrón de la comunidad foránea. A 1 de enero del curso actual, residían en la provincia 16.055 habitantes nacidos fuera de España, y en la misma fecha del ejercicio de 2007, el padrón de otras nacionalidades estaba formado por 15.729 ciudadanos. La diferencia entre aquella época y esta es la tendencia. Por aquel entonces la provincia vivía un auténtico 'boom' como tierra de acogida (de 2007 a 2009 la población extranjera ganó la friolera de 5.783 individuos); ahora es al revés: los extranjeros también se van.
No obstante, en los números que marcan el pulso de la evolución de la población extranjera se advierte un cambio de tendencia. Segovia ha venido perdiendo inmigrantes desde 2012, pero en 2017 ha ganado 39 (de los 16.016 de 2017 se ha pasado a los 16.055 en 2018). La curva a la baja que el descenso de 'segovianos' procedentes de otras naciones dibujó durante algo más de un lustro ha invertido la tendencia, aunque lejos –muy lejos– quedan las cifras de finales de la primera década del siglo, cuando la provincia alcanzó los 21.512 inmigrantes.
Los ciudadanos de países de la Unión Europea, y del viejo continente en general, ya no miran tanto a Segovia como destino ideal para construir un proyecto de vida. El INE revela una significativa pérdida de residentes nacidos en otros países de Europa. De los 13.050 europeos censados en 2008 se ha pasado a los 9.486 actuales. La población búlgara, otrora la más nutrida de los censos foráneos, sigue menguando. En los últimos dos años se ha dejado 415 individuos, aunque continúa siendo, con diferencia, la más numerosa, con 4.923 ciudadanos. En 2009, Segovia tenía censados 7.300 habitantes búlgaros.
A lo largo de este decenio, otra de las poblaciones extranjeras más asentadas, el colectivo polaco, también ha ido resintiéndose, pues ha pasado de tener 2.158 empadronados en 2009 a quedarse por debajo de la mitad. Ahora son 946 los polacos que habitan en tierras segovianas. La comunidad rumana parece aguantar más y mejor, si bien los números reflejan una cierta tendencia descendente: en total, 2.721 empadronados procedentes de Rumanía al inicio de este 2018, lo que supone 135 residentes menos que a 1 de enero de 2016. Los rumanos avecindados en Segovia eran 3.492 a comienzos de 2012.
Si ponemos el foco sobre América, comprobamos que el retroceso de la inmigración procedente de aquel continente no es tan evidente como en el caso europeo. En estos momentos hay 3.053 ciudadanos de origen americano viviendo en la provincia, 1.311 menos que hace diez años. Las colonias de colombianos y ecuatorianos son las que más acusaron el golpe de la crisis, y siguen perdiendo efectivos, aunque a un ritmo menor que hace cinco o seis años. De los 1.120 colombianos que había en Segovia a comienzos del año 2008, solo quedan 552, y la población ecuatoriana ha pasado de 804 a 253 durante el mismo periodo de tiempo.
Al contrario de lo que ocurre con los ciudadanos europeos y americanos, los procedentes de los continentes africano y asiático son ahora más que hace diez años, aunque el incremento también es poco significativo. Los 3.162 ciudadanos africanos empadronados el pasado 1 de enero son 309 más que los inscritos diez años atrás. Marruecos continúa a la cabeza con 2.858 censados, algo menos que en 2016 pero más que en 2008. Resulta llamativo el aumento de senegaleses: en los dos últimos ejercicios han llegado a Segovia 15 individuos. Lo mismo ocurre en el caso de los ciudadanos chinos, cuyo desembarco sigue en aumento (16 más en los dos últimos años), y pakistaníes ( de 1 en 2008 a 38 un decenio después).
Menos jóvenes
Un vistazo por los datos que arroja el último padrón evidencia una realidad lacerante: la pérdida de habitantes jóvenes y el envejecimiento generalizado de la población. Segovia es la decimoquinta provincia más envejecida de España, aunque por debajo de Zamora, León, Salamanca, Palencia, Ávila, Soria y Burgos. La pérdida de población joven ha sido especialmente virulenta desde los años más críticos de la recesión económica. En diez años, el territorio segoviano ha perdido 3.886 jóvenes de entre 25 y 29 años y 4.614 con edades comprendidas entre los 30 y los 34 años. Una sangría que preocupa mucho a las administraciones, incapaces, por el momento, de ponerle freno. También ahora hay más ancianos que hace diez años. El padrón tiene 2.292 personas de entre 90 y 94 años, 880 más que hace un decenio y 1.221 más que hace dos.