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Un vecino de Balisa de aprovisiona de garrafas de agua embotellada. Óscar San José
Más de mil personas consumen en la provincia agua envasada debido al arsénico y los nitratos

Más de mil personas consumen en la provincia agua envasada debido al arsénico y los nitratos

Hace siete años eran cerca de 7.000 los habitantes afectados por un suministro no potable

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Sábado, 19 de mayo 2018, 17:14

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Las lluvias que han llenado los pantanos y cauces de la provincia también eran esperadas y bienvenidas en algunos municipios que conviven día a día con el problema del agua contaminada. La alcaldesa de Ituero y Lama, Laura Rubio, admite que pensaba que este dilatado periodo de precipitaciones iba a aliviar la situación. Creía que toda esa lluvia iba a limpiar el abono del suelo; pero no. «Es un problema que tiene que ver con el terreno de la zona», añade. Y eso no lo solucionan los chaparrones. Necesita medidas más contundentes y menos naturales.

A día de hoy, hay vecinos de siete localidades que no deber el agua de sus grifos. No pueden ni cocinar con ella por el riesgo de padecer una intoxicación. En total, la población que reside en entornos con el aviso activado de agua no potable asciende a 1.072 segovianos, que fundamentalmente solventan los inconvenientes del suministro a través de la compra de botellas o garrafas de agua envasada. Es una media provisional y también cara, como subraya la regidora de Ituero y Lama. Mientras tanto, esta población y otras seis más de la provincia aguardan la solución definitiva que les permita abrir el grifo y consumir y usar el agua que emane de él.

Según los datos recabados por el servicio territorial de Sanidad de la Junta de Castilla y León, actualmente hay un pueblo que supera los niveles recomendados de presencia de arsénico en el agua. Es Ochando, que a su vez figura en la lista de las localidades cuyo abastecimiento está declarado no apto para beber como consecuencia de un exceso de concentración de nitratos. En este término están censados 36 residentes que se ven obligados a utilizar agua embotellada para sus quehaceres diarios.

Filtros y proyectos

Tampoco es apta para beber el agua de la red de suministro de Valdesimonte, que cuenta con un padrón estimado de 80 personas. En este caso, el delegado territorial de la Junta, Javier López-Escobar, ha anunciado que hay un proyecto previsto consistente en la implantación de una planta de tratamiento para la eliminación de los nitratos mediante osmosis. Otra localidad que depende del suministro a través de agua embotellada es Ortigosa del Pestaño, cuya población ronda el centenar de vecinos. Aquí ya hay instalado un filtro para el arsénico, por el que el problema de contaminación hídrica se centra ahora en el exceso de nitratos. La Administración regional también ha avanzado que se va a implantar un sistema de filtración de estos elementos químicos para descontaminar la red de suministro de agua.

Los más de ochenta habitantes que componen el padrón de Lastras del Pozo también recurren a garrafas y botellas para beber. Su abastecimiento está declarado como no apto por los responsables de la Junta. En Aldeanueva del Codonal ocurre tres cuartos de lo mismo. Los cerca de 150 residentes padecen desde hace tiempo la falta de potabilidad de la red. La diferencia con los otros municipios es que los servicios de sanidad ambiental que controlan el cumplimiento de los parámetros de aptitud indican que los residentes pueden usar un suministro alternativo de otra fuente para el consumo de boca. Al igual que ocurre con Valdesimonte, también está en proyecto una planta de tratamiento.

Últimamente, Garcillán se ha unido a la lista de municipios con problemas de contaminación por nitratos en el agua. Su padrón es el más abultado de cuantos arrastran la ausencia de garantías de potabilidad, con 543 habitantes, según recoge el servicio territorial de Sanidad. La analítica efectuada el pasado día 11 hizo que el abastecimiento hídrico fuera declarado no apto para beber, aunque existe la opción de un suministro especial gracias a un sistema de desnitrificación, añaden la información de la Delegación de la Junta.

Veintiún pueblos menos

Esta es la fotografía actual que retrata y localiza en la provincia los incumplimientos en materia de agua para el consumo humano. De esa imagen –que está en constante cambio por el estado de los acuíferos y del subsuelo, así como por las infraestructuras y sistemas de tratamiento instaurados– han desparecido en los últimos siete años veintiuna localidades que en 2011 estaban forzadas a abastecerse con cisternas o a través de la distribución de agua embotellada.

El delegado territorial llama la atención cómo la población afectada por la concentración en sus redes de arsénico y nitratos por encima de los parámetros recomendados ha disminuido de manera notable y ha pasado de rozar las 7.000 personas en la provincia hasta los poco más de mil que hay tras las últimas analíticas practicadas. La voluntad expresada por López-Escobar va más allá. En la presentación que hizo este año de las actuaciones en materia hídrica avanzó el compromiso del Ejecutivo autonómico de que en 2019 no haya segovianos que tengan que depender de agua envasada para cocinar, para el aseo personal o para beber.

Para hacerlo realidad hace falta dinero, inversiones como la destinada al estudio de la captación y renovación de la conducción de agua de Arcones-Sepúlveda, que beneficiará a ocho núcleos y que cuenta con 2,5 millones de euros.

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