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Desde la izquierda, Juan Luis Misis, Juan Casado y Manuel Muñoz (responsables de la ACS), junto al párroco, Valentín Bravo, y al pastelero de El Espinar, Antonio Yague. Antonio de Torre
La parroquia de San Eutropio de El Espinar mantiene su causa solidaria

La parroquia de San Eutropio de El Espinar mantiene su causa solidaria

El objetivo vuelve a ser enviar a Benín un contenedor con 22 toneladas de alimentos que serán recogidos en navidades, como viene haciendo desde hace 21 años

Quique Yuste

Segovia

Miércoles, 15 de noviembre 2017, 12:21

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No fallan a su cita. Comenzaron hace 21 años con Bielorrusia como país de destino de los alimentos y materiales recogidos, y continúan en la actualidad con Benín como lugar al que enviar los miles de kilos de alimentos que durante las navidades recoge la parroquia de San Eutropio de El Espinar en toda la provincia.

Cada año la ayuda es más necesaria si cabe que el anterior y por eso ayer se volvió a firmar el convenio de colaboración entre la parroquia espinariega y la Agrupación de Comerciantes Segovianos, que además de hacer de altavoz para llevar la iniciativa al máximo de hogares de la provincia, también solicitan a sus asociados la colaboración con el proyecto humanitario que tiene por destino el país del centro de África. «Necesitamos alimentos como pasta, arroz, aceite, colacao, galletas, latas de conservas... Son los alimentos más prioritarios», señaló el párroco Valentín Bravo. Pero no solo se admiten alimentos, también son de mucha ayuda material escolar y sanitario.

La finalidad de la recogida es la misma que en todos los años anteriores: ayudar a los niños con alimentos y material del que no disponen habitualmente. Para ello, cuentan con la colaboración tanto de las empresas colaboradoras como de los particulares, así como de las parroquias de toda la provincia (colaboran los arciprestazgos de Cuéllar, Cantalejo, Ayllón y Abades-Villacastín) en las que se recogen cientos de alimentos coincidiendo con la llegada de las vacaciones de Navidad. «Nosotros nos acercamos a los sitios que nos llamen gracias a las furgonetas que nos ceden de la carpintería Martín Rodríguez de El Espinar. Una vez que está todo seleccionado, en febrero mandamos el contenedor con los alimentos y el resto de material», explicó Bravo.

Una vez en el país africano, son los cooperantes de la ONG ‘Mensajeros de la Paz’ los encargados de distribuir el material. El reparto se centra básicamente en los niños, pero también a familias numerosas y misiones religiosas. Además, se envía a hospitales material sanitario recogido.

Para la campaña de este año se esperan enviar a Benín unas 22 toneladas de alimentos, una cifra similar a la de anteriores ediciones. Se envía un único contenedor, que parte habitualmente del puerto de Valencia y que tras varias semanas de viaje llega al principal puerto del país africano. Para lograr introducir en el contenedor la máxima cantidad posible de alimentos, cerca de medio centenar de voluntarios trabajan durante los días previos en colocar en los productos en cajas para que entren sin problemas en el contenedor.

Dos décadas solidarias

El trabajo solidario de Valentín Bravo comenzó hace más de veinte años en El Espinar, en la década de los noventa. En esa época, la ayuda consistía en lo que sacaban los voluntarios del municipio de las ventas de una tienda de artesanía y fue para Cuba, Mozambique y Perú. En 1998 entraron en contacto con Bielorrusia para traer niños del país báltico en verano y que pasaran las vacaciones con familias segovianas, y aquella iniciativa se extendió con ayudas alimentarias a los orfanatos y duró diez años, hasta que el gobierno bielorruso comenzó a poner pegas.

La tarea continuó desde entonces en Benín. «La situación va mejorando. Lentamente, pero mejora», declara Valentín Bravo. «Es un país políticamente estable, con elecciones cada cierto tiempo, con seguridad y sin muchos problemas, aunque es pobre en recursos económicos. Es un país tranquilo en el que poco a poco se notan pequeños cambios a favor», declara el párroco de El Espinar, quien recuerda el mensaje de Gandhi en el que asegura que «hay personas que pasan tanto hambre que para ellos Dios no puede tener más que la forma de pan. Cuando uno de la mejor de si mismo, no se siente vacío. Al contrario, se siente feliz», concluye.

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