Borrar
Un velero realiza una expedición con la sierra de Guadarrama como fondo. El Norte
El Parque de Guadarrama y sus restricciones ponen en peligro el aeródromo de Fuentemilanos

El Parque de Guadarrama y sus restricciones ponen en peligro el aeródromo de Fuentemilanos

Una alegación defiende la actividad en el aeródromo frente a las restricciones del plan rector del Guadarrama

césar blanco

Segovia

Miércoles, 14 de febrero 2018

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Que Segovia es un tesoro, pocos lo ponen en duda. Por cantidad y calidad, quizás hay joyas que pasan desapercibidas ante la monumentalidad y el brillo de otras, que las dejan en un segundo y hasta tercer plano. Solo cuando son arrebatadas nos damos cuenta del tremendo valor. Pues bien, Roberto Vallejo alerta de que una de esas alhajas está en peligro. Esta persona firma una alegación al actual Plan Rector de Usos y Gestión (PRUG) del Parque Nacional de Guadarrama que han elaborado los gobiernos castellano y leonés y madrileño.

El documento –sometido a exposición pública e inmerso hasta primeros de marzo en el periodo de objeciones y sugerencias– restringe el vuelo sin motor en el espacio con la declaración de protección.

Vallejo, además de aficionado muy vinculado a los cielos y paisajes segovianos, es jefe de área de Inventario y estadísticas Forestales del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente (Magrama). Su alegación es, fundamentalmente, un informe sobre el deporte de vuelo sin motor y su relación con el Parque Nacional. En ese escrito advierte de cómo el PRUG puede acabar con una práctica rentable, provechosa y única en España por su historia y por su potente atractivo internacional.

El futuro de la actividad de vuelo sin motor en el aeródromo de Fuentemilanos pende de un hilo y de que el plan de usos flexibilice sus limitaciones. Vallejo va más allá, e incluso alerta del golpe que el PRUG puede propinar a este deporte en el país, ya que «no hay muchos aeródromos que tengan clubes que desarrollen esta disciplina». Estos aviones pasan desapercibidos, como quizás ocurra con la importancia que poseen las instalaciones del barrio incorporado de la capital. «Es desconocimiento se traslada igualmente a los técnicos que han trabajado en Castilla y León el Plan Rector de Usos y gestión del Parque Nacional del Guadarrama».

Desde 1981

El alegato en defensa de la continuidad de la actividad se aferra a la solera de Fuentemilanos, un nombre que ha traspasado fronteras en el mundo del vuelo sin motor y de sus diferentes técnicas. La argumentación que esgrime demuestra la comunión ‘pacífica’ de décadas entre esta práctica y el medio natural objeto de la protección. Vallejo señala con convicción que «la historia del vuelo sin motor en la sierra de Guadarrama es la historia del vuelo sin motor en España». Recuerda que una de las primeras escuelas en el país surgió en Somosierra en 1941, donde «se aprovechaban las excelentes condiciones que proporcionaban las laderas norte de Guadarrama, Somosierra y Cebollera».

Este escenario tan propicio llevó a que aficionados voloventistas alemanes fundaran en 1981 el aeródromo de Fuentemilanos. Desde este centro de operaciones, y a partir de la continuidad que proporciona la falda de Guadarrama, se da paso al resto del Sistema Central. El paraje es idóneo para «vuelos muy duraderos y de larga distancia», una circunstancia que ha atraído hasta este aeródromo segoviano a voloventistas nacionales y extranjeros.

«Actualmente es un centro muy reconocido entre todos los clubes de vuelo a vela europeos», esgrime y ensalza el alegante. El año pasado, Fuentemilanos se alzó como uno de los cinco principales centros mundiales en lo que se refiere al número de vuelos de distancia, cita Roberto Vallejo en su escrito. Son unas mil expediciones al año, confirma la dirección de las instalaciones.

Afianzar las sinergias

«No es baladí, de Fuentemilanos se habla en todo el mundo, especialmente en Europa, como lugar de referencia de este deporte», hace hincapié. Pero no solo suena bien y mucho el nombre del aeródromo, sino que «a partir de ahora también se hablará del Parque Nacional de Sierra de Guadarrama como lugar de referencia del vuelo, siendo un escaparate de este espacio natural», expone Vallejo al insistir en la proyección nacional e internacional que conllevaría la permanencia de la práctica deportiva en este enclave. Va más allá en su alegato y piensa que en lugar de encorsetar, el plan rector tendría que propulsar la unión del espacio protegido al vuelo sin motor, una alianza y sinergia que debería de «acrecentarse».

En cuanto al peso de las cifras, Roberto Vallejo revela que el número de pilotos nacionales que vuelan todo el año en Fuentemilanos es de unos 120. En cuanto a los visitantes extranjeros, calcula que pueden superar el centenar al observar la cantidad de planeadores que llegan de toda Europa. Esto supone que son unos 130 pilotos foráneos los que usan de media las instalaciones entre primavera y verano. Además de este contingente, pone de manifiesto la necesidad de añadir los acompañantes que «aunque no hagan vuelo sin motor sí consumen y pernoctan» en la provincia.

Facturación y empleo

La sociedad y propietaria que ha venido explotando el aeródromo facturó el año pasado unos 400.000 euros con la aportación de impuestos derivada. La calculadora del alegante suma a esa cantidad «una cantidad similar que se puede fácilmente atribuir al gasto fuera del aeródromo de los pilotos locales y visitantes en cuanto a pernoctaciones, restauración, combustibles de automoción, etcétera». El impacto económico sobre la provincial y la región «es importante», concluye, sobre todo si se tiene en cuenta que se trata de una zona «con una clara falta de industria alrededor».

Fuentemilanos también genera empleo, recuerda en el escrito con la argumentación que sustenta la alegación. El año pasado la sociedad gestora tenía contratadas a cuatro personas a tiempo completo y otras tantas en jornada parcial para la temporada alta de primavera y verano. Por otra parte, cita la subcontrata del bar restaurante, que aporta dos empleos a tiempo total y cuatro más en la época fuerte de visitantes.

También esgrime la seguridad como aval para conservar la práctica deportiva del vuelo sin motor en el parque. «Es uno de los aeródromos más seguros de España con cero accidentes en los últimos diez años con daños personales y escasos incidentes de importancia a tener en cuenta». Roberto Vallejo subraya que ningún percance se produjo en el escrito que en la sierra en este tiempo.

Aterrizaje en eras

«Todas las tomas fuera de campo se producen en las zonas de cultivo de cereal fuera del pie de monte de la sierra y de ella misma». Los expertos insisten en que «es casi imposible la necesidad de aterrizar dentro del parque, además de suicida», ya que lo recomendable es planear hacia el norte en busca de las eras.

La restricción de usos propuesta en el PRUG es también contrarrestada por Vallejo al describir cómo se desarrolla la disciplina de vuelo sin motor y dar a entender que no afecta al medio natural. Los dos modelos de ascensión, la térmica y en ladera (que se limita en la época de hacer grandes distancias), se asemejan a la propulsión que utilizan las aves planeadoras, explica el alegato. Buscan ascendencias que posibiliten mantenerse en alturas desde las que desplazarse.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios