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Desde la izquierda, Sara Martín, Sara Matesanz, Álida Jiménez, Mercedes Herrero, Belén Calvo y Sara Gómez, en la hemeroteca de El Norte de Castilla. A. De Torre
Ha llegado su momento

Ha llegado su momento

Seis segovianas pertenecientes a distintos ámbitos interpretan la manifestación del 8-M como un punto de inflexión en el movimiento feminista

quique yuste

Segovia

Domingo, 11 de marzo 2018, 12:24

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El 8-M Segovia reclamó con contundencia la igualdad entre hombres y mujeres. Cerca de 10.000 personas en la manifestación de la tarde y más de un millar en la concentración de la plaza de San Martín salieron a la calle, superando las previsiones de afluencia de una convocatoria que cumplió con creces con varios de sus objetivos. El feminismo se ha reivindicado como nunca. Con la emoción de haber vivido una jornada histórica, ayer tocó hacer balance, aunque sin perder de vista el futuro. Es tiempo de no dejar que la mecha se apague.

«Ahora hay que seguir y con más ganas todavía. El paso fuerte se dio ayer (por el jueves) pero debemos seguir luchando», afirma Mercedes Herrero, presidenta de la Asociación de Amas de Casa María del Salto.

«El 8-M ha sido el comienzo de un avance importante para la mujer y para la gente joven»

mercedes herrero, asociación de amas de casa

Mercedes fue una de las seis mujeres convocadas por El Norte de Castilla para valorar la resaca de la marea morada del 8-M. Junto a ella, la empresaria Sara Martín, la enfermera Sara Matesanz, la artista y gestora cultural Álida Jiménez, la maestra Belén Calvo y la deportista Sara Gómez. Las seis coincidieron en destacar el éxito de unas reivindicaciones apoyadas por todos los ámbitos de la sociedad y que ayer les seguían poniendo la carne de gallina. El diálogo arrojó dos conclusiones: la primera, que el 8-M supuso un impulso enorme en la lucha por la igualdad; la segunda, que ese impulso debe ser aprovechado para lograr todo lo reivindicado.

El tirón de la juventud

Mercedes, la que más años de lucha acumula, contempla el movimiento con emoción, expectación y mucha ilusión, sobre todo al comprobar que es la gente joven la que parece tirar del carro para lograr la igualdad. «Las que ya tenemos más edad no miramos por nosotras sino por el futuro de la gente joven», declara. Asegura que la lucha «es necesaria» y subraya la preparación de las más jóvenes, por lo que incide en la obligación de la sociedad en «situarlas donde deben estar».

«Los gobiernos deberían tomar buena nota y dar un paso adelante para que la igualdad sea real»

belén caLVO, MAESTRA

Valora positivamente la presencia de hombres en la manifestación para apoyar un movimiento que considera «el comienzo de un avance importante para la mujer y para la gente joven».

Precisamente una maestra, Belén Calvo, cree que es el momento de reforzar la enseñanza y formación de las generaciones venideras. «La educación es uno de los principales pilares para la igualdad, en el colegio hay que enseñar valores y que esos valores se lleven también a cabo en casa». Hay que empezar desde muy temprano, en Infantil y Primaria, hace hincapié la docente.

«El mejor observatorio es el patio de un colegio», comenta a la hora de hacer ver que «hay pequeñas conductas machistas» que ya empiezan a aflorar cuando solo se es un escolar. Por ejemplo, que una niña no pueda jugar al fútbol con sus compañeros. «Esas son las cosas que hay que cambiar», apostilla aún emocionada por la manifestación del jueves. «Fue un éxito total», dice. Ahora toca que «los gobiernos nacional, regionales y locales tomen buena nota y den un paso adelante para que la igualdad sea real».

«Somos malabaristas»

Por su parte, la empresaria Sara Martín confiesa que ella sí esperaba una respuesta de la sociedad de la magnitud que se vio en las calles españolas, aunque reconoce sentirse alucinada cuando descubre «que todavía hay gente que no apoya la huelga y que incluso se posiciona en contra», actitudes que achaca en parte a un falta de entendimiento del feminismo. Para Sara, las consignas gritadas durante el 8-M no son más que las reivindicaciones de «algo que es justo» y que se conseguirán gracias a «la lucha de todos», no solamente de las mujeres.

«Me alucina que aún haya gente que no apoye la huelga y que incluso se posicione en contra»

SARA MARTÍN, EMPRESARIA

De cara al futuro, ve necesario que una parte importante de la sociedad entienda que «feminismo es igualdad», convencimiento que prevé «caerá por su propio peso». Y aunque asegura sentirse cómoda dentro de su ámbito profesional, afirma que todavía queda mucho camino que recorrer en la conciliación de la vida laboral y familiar. «Ahora mismo no existe. Somos malabaristas», señala.

En la misma línea se manifiesta Álida Jiménez, artista y gestora cultural, quien apuesta por «una partida en los presupuestos más amplia para poder conciliar la vida laboral y familiar». Confiesa que ella, «al igual que todas las mujeres en algún momento de nuestras vidas», ha sufrido las consecuencias de la desigualdad de género. Relata cómo hay ocasiones en las que trata de negociar algún espectáculo y los clientes prefieren hablar con su compañero.

«En el mundo de las artes escénicas estas reivindicaciones llevan mucho tiempo y no lo veo tan claro ¿cuántas directoras de cine o de museo conocéis?», pregunta. Para solucionarlo, resalta la «transversalidad» del movimiento como un factor clave para la igualdad.

«Necesitamos una partida más amplia para poder conciliar la vida laboral y familiar»

álida jiménez, artista y gestora cultural

Para Sara Matesanz, la dimensión de este Día Internacional de la Mujer es transcendental. «¡Por fin se ha dicho basta y las mujeres han pegado un puñetazo sobre la mesa!», exclama. La agitación social de hace dos días la ha convencido. «Es el momento, a partir de ahora es nuestro momento», insiste al destacar que esta huelga y las manifestaciones representan «un punto de inflexión». Sara trabaja en la administración pública. Como enfermera en el Hospital General, precisa que «la brecha no existe si trabajas en el mismo puesto».

La queja por las diferencias salariales entre hombres y mujeres pierde carga argumental en estas plantillas, pero hay otro abismo que sí revela el papel residual de la mujer en la sanidad pública. Sara llama la atención sobre «la brecha de género».

«Ha llegado nuestro momento, hemos dicho basta y dado un puñetazo sobre la mesa»

sara matesanz, enfermera

«La representación femenina en el puestos de liderazgo y en los órganos de gobierno es muy baja», critica. Los cargos con capacidad de decisión raramente están ocupados por mujeres. IHabla de una «representatividad sesgada». Las mujeres ocupan el 85% de la plantilla de enfermería. Al buscar causas piensa que hay un «predominio de los estereotipos femeninos». No hace falta más que ver los disfraces de enfermera.

Por último, la más joven de todas, la deportista Sara Gómez, acostumbrada a dar zancadas grandes y rápidas en su búsqueda de la línea de meta, reconoce no saber cual es el siguiente paso para lograr la igualdad, pero sí sabe cómo debe darse: «Tenemos que seguir trabajando, tanto de forma individual como colectiva, hay que estar unidas y respetarnos entre todas, denunciando cada situación de desigualdad de la que seamos conscientes», explica.

«Nos hemos hecho notar, pese a que muchas veces parece que estamos escondidas»

sara gómez, deportista

En el deporte, la discriminación se sufre desde las categorías más tempranas, donde «la oferta es mucho mayor para niños que para niñas», y continúa en etapas adultas con mayores premios para los hombres. Por todo ello, ensalza el hito de este 8-M. «Nos hemos hecho notar, pese a que muchas veces parece que estamos escondidas», concluye.

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