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Las doctoras Filomena Herrera (i) y Fernanda Lorenzo, durante una de las conferencias. A. Tanarro
Una de cada tres mujeres de más de 40 años padece incontinencia urinaria

Una de cada tres mujeres de más de 40 años padece incontinencia urinaria

El Hospital General acoge una jornada dedicada a las dolencias urológicas más frecuentes o de difícil diagnóstico

miguel ángel lópez

Segovia

Domingo, 29 de octubre 2017, 13:02

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La incontinencia es la patología urológica más frecuentes entre las mujeres. Una de cada tres mujeres mayores de 40 años la padece a lo largo de la vida, tiene pérdidas de orina, y el porcentaje es mucho menor, del 8% en los varones sanos y de entre el 12% y el 25% en los operados de próstata, según expusieron ayer en el Hospital General de Segovia la doctora Fernanda Lorenzo, presidenta de la Asociación Castellano Leonesa de Urología, y la doctora Filomena Herrera, presidenta de la Asociación de Afectados por Cistopatías y Patologías de Uretra Crónicas de Castilla y León (ACPUCCYL).

Estos datos los aportaron en la jornada organizada por la asociación con la colaboración del doctor Raúl Bermúdez, urólogo del complejo hospitalario de Segovia, que tuvo como motivo difundir los últimos conocimientos sobre la vejiga dolorosa, difícil de diagnosticar y de tratar, la prostatitis y la incontinencia.

Fernanda Lorenzo explicó que las conferencias tenían también como objetivo apoyar a la asociación regional de afectados, sobre todo porque su razón de ser para formarse fue la existencia de pacientes con vejiga dolorosa o cistopatía intersticial, «una gran desconocida y de difícil tratamiento»; este tipo de asociaciones existe en otros países desde hace cuarenta años, en otros lugares de España hace quince, y en Castilla y León, solo tres.

La vejiga dolorosa tiene una prevalencia mucho menor que la incontinencia, afecta a entre el 10 y el 20 por mil de las personas, pero es difícil diagnosticarla en el varón porque puede confundirse con la prostatitis crónica. La doctora Lorenzo comentó al respecto que uno de los factores para que ocurra es que, a pesar de que hay una gran presión asistencial para las patologías malignas, está dolencia «la lleva la gente un poco con vergüenza, porque nadie se va a morir de ello pero a nadie le gusta decir que se le escapa la orina».

También es una dificultad para el diagnóstico que los médicos de atención primaria «diagnostican a varones y mujeres de infecciones de repetición cuando en realidad lo que hay debajo es una vejiga dolorosa»; por eso, señaló la doctora Herrera, a veces se tarda hasta cuatro años en diagnosticar, «lo que desespera al paciente y al médico». Por este motivo, la asociación también pretende con estas jornadas divulgativas «ayudar a los enfermos que a veces se pueden encontrar muy solos e incomprendidos, tanto en el entorno familiar como social».

De ahí estas jornadas para dar a conocer la enfermedad, que tiene muchos tratamientos, aunque no hay ninguno concluyente y eficaz, destacó Fernanda Lorenzo. Los más comunes son los que incluyen analgésicos específicos para dolores crónicos, suplementos orales que también ayudan y, en los casos más dolorosos, inyectar toxina botulínica en la vejiga o neuroestimulación.

No hay todavía un estudio definitivo sobre las causas; se sabe que no es genética y no se han establecido factores ambientales que produzcan la vejiga dolorosa, que suele aparecer en torno a los 30 años aunque hay casos a los 15.

Prostatitis

En otra de las charlas, el doctor Raúl Bermúdez disertó sobre las posibilidades terapéuticas actuales para tratar las prostatitis, ya sean las agudas, que cursan con fiebre y requieren tratamientos con antibióticos, y las crónicas, que es más frecuente en los hombres jóvenes y afecta mucho a su calidad de vida, pues los síntomas son casi constantes y es de difícil tratamiento y curación.

La doctora Lorenzo explicó también los avances en el tratamiento de la incontinencia urinaria, las ventajas e inconvenientes de los dispositivos más modernos diseñados para corregir este problema, que en los hombres suele ser consecuencia de las cirugías de próstata y que tienen una mayor prevalencia en las mujeres, pues a partir de los 40 años la padecen una de cada tres. «Hay que conocer bien estas enfermedades, invertir en ellas y, sobre todo, ayudar a los pacientes», concluyó.

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