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José María Sánchez (derecha) junto al conductor del acto de presentación, Andrés Sorel. Antonio de Torre
Machado sí tiene quien le escriba

Machado sí tiene quien le escriba

José María Sánchez dedica al poeta 30 epístolas donde le explica qué ocurrió tras su muerte

eva esteban

Segovia

Sábado, 24 de febrero 2018, 13:10

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El género epistolar hay que trabajarlo, y más si se trata de tributar un homenaje a Antonio Machado. Requiere «muchas horas» de lectura previa e investigación, aunque «merece la pena», afirma el escritor José María Sánchez y Torreño (Cáceres, 1960), que ayer presentó en la Casa de la Lectura su nuevo libro dedicado al poeta: ‘Mis cartas a Antonio Machado. Memoria inacabada’. En él recopila un total de treinta cartas donde le cuenta «lo que ha ocurrido desde el mismo día en que se murió». Enfermero de profesión, reconoce que se volvió seguidor de Machado hace «relativamente poco». Con el paso del tiempo, «la vida te va llevando y te das cuenta de que hay cosas que son realmente dignas de admiración», sostiene Sánchez.

–¿Cómo es ‘Mis cartas a Antonio Machado. Memoria inacabada’?

–Es una recopilación de cartas donde yo cuento al poeta lo que ha ocurrido con él, con su familia, con sus amigos, su obra... desde el mismo día en que se murió, que el jueves hizo 79 años. Es muy especial. Todo está contado con detalle para que no perdiera nada de información y estuviera al tanto.

–De las treinta cartas que componen el libro, ¿cuál es su preferida?

–Quizás la última por lo que tiene en cuanto a la recuperación de su figura y de su nombre, que no siempre ha estado donde debería estar. Se recuperó en Segovia, hace relativamente poco tiempo, cuando se le volvió a restituir como profesor del actual instituto Mariano Quintanilla.

–¿Cómo ha sido su elaboración?

–Muy costosa, han sido muchos años de investigación, mucho dinero en libros, lectura... Lo más difícil creo que ha sido encontrar el tono de narrar la historia, así como compaginar el género epistolar con un rigor científico. Un tercio del libro son notas. Es documentación que hay y que yo no podía publicar así porque sí. Así, quien lea la carta puede leerlas de seguido o bien obtener una información muy valiosa a través de estas notas.

–¿Cuándo comenzó su interés por el poeta?

–Mi interés comenzó hace ya tiempo. El motivo de escribir las cartas surgió a raíz de un viaje que hice a Colliure (Francia) en 2012, donde está enterrado. No supe qué hacer, ni qué decir, ni qué leer. Me quedé como paralizado. Allí la gente va, deja carta, papeles, poemas... Yo no dejé nada y me planteé: ‘¿Bueno, qué puedo hacer por este hombre? Si me tomara un café con él, qué haría?’ Entonces opté por contarle todo lo que había pasado, como si fuera un amigo que hace mucho tiempo que no ves y que estás ansioso de contarle todo lo que ha sucedido.

–¿Se considera seguidor del poeta?

–Sí, pero tardío, hace relativamente poco. Cuando yo tenía cuarenta o cuarenta y cinco años comencé a arrimarme al poeta a través de una obra de teatro. Me encantó. Despertó en mí muchas cosas. Con el paso de los años, la vida te va llevando y te das cuenta de que hay cosas que son realmente dignas de admiración. Pero la cosa no queda ahí. Ya tengo pensados varios proyectos sobre Machado y de los que tendremos noticias muy pronto.

–Si tuviera que destacar un aspecto de la vida de Machado en el que ha puesto más énfasis a la hora de escribir las cartas, ¿cuál sería?

–En todos, pero si hubiera que destacar algo sería indudablemente en la parte de la familia. Qué paso con su madre, sus hermanos, sus amores, especialmente el último que tuvo y que conoció en Segovia... También me gustaría hacer referencia a la parte de cómo su nombre ha sido manejado tanto por la derecha como por la izquierda hasta que la cosa se ha quedado ya un poco tranquila, aunque todavía nos queda la última polémica, que es la del traslado de los restos. Personalmente, a mí me gustaría que estuvieran en España, pero se plantearía un problema entre ciudades machadianas. Cada ciudad lo quiere para sí, entonces quizás donde mejor esté es donde está ahora mismo. Es complicado, pero lo cierto es que las razones que hicieron que se quedara allí ya no existen. España es un país democrático y no tiene justificación. Pero de momento está allí y es lo que importa.

–Ha habido muchos libros y homenajes dedicados a Antonio Machado. ¿Qué tiene de especial y diferente su obra?

–Ha habido muchísimos y muy bien escritos. Cada uno tiene su encanto, tiene algo de especial que los hace únicos. Sin embargo, ‘Mis cartas a Antonio Machado. Memoria inacabada’ es algo que no se ha hecho hasta entonces. Es novedoso, no hay otra igual. Es decir, se han escrito muchas biografías, sobre sus últimos días, obras parciales, sobre su propia obra, pero un libro escrito con la idea de entregárselo a él en Collioure no se ha hecho antes, al menos que yo sepa. Ni en Machado ni en ningún otro personaje.

–El género epistolar es poco habitual hoy en día. ¿Qué le llevó a decantarse por él?

–Es un género difícil y lamentablemente poco trabajado. Lo que me llevó a decantarme por las epístolas fue el hecho de entontrar de qué manera podía hacer yo eso. A mí me hubiera gustado hacer algo similar a una conversación tomando un café, pero era bastante complicado. La cosa está que en Colliure hay un buzón donde mandas cartas;pues esas son las mías. Es un estilo muy directo. Te diriges específicamente a él, te metes en el papel, como si lo estuviera leyendo realmente, y eso es lo verdaderamente emocionante y bonito del libro.

–¿Cuál es su próximo proyecto?

–Me he sumergido en la vida de Machado y la verdad es que tengo varios proyectos en mente sobre su vida y obra. Ahora mismo, tengo prácticamente hecho un libro sobre la relación que tenía con la Real Academia Española de la Lengua. Fue académico, pero nunca llegó a tomar el sillón. Hay una relación ahí muy curiosa que tampoco está narrada, no todo el mundo lo sabe . Ahora mismo está en fase de corrección y la intención es presentarlo en algún premio por el tema de la publicación. Será distinto, tendrá forma de ensayo.

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