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Vehículos expuestos en la campa donde estos días se desarrolla la Feria de Cuéllar, entre la muralla y el castillo.

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Vehículos expuestos en la campa donde estos días se desarrolla la Feria de Cuéllar, entre la muralla y el castillo. M. Rico

La Feria de Cuéllar registra más de 15.000 operaciones comerciales directas

Los expositores de alimentación consiguen el grueso de las transacciones, mientras que algunos sectores solo establecen contactos

Mónica rico

Cuéllar

Lunes, 23 de abril 2018, 17:11

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La Feria de Cuéllar no es solo un escaparate, sino toda una herramienta estratégica de márketing para algunos de los profesionales que se acercan a exponer, y mercados vivos de operaciones de ventas para otros. La cita consigue llevar a cabo más de 15.000 operaciones de venta durante su celebración, aunque todo depende de los sectores y de los productos que se ofrecen. Aunque la cifra varía mucho entre unos y otros, la mayoría de los expositores que optan por mostrar sus productos en el exterior son aquellos que apenas realizan ventas reales durante los tres días de la cita. Se trata de expositores de vehículo industrial, caravanas, materiales de construcción y diversas marcas de vehículos utilitarios, quienes realizan multitud de contactos comerciales, tanto con posibles proveedores como con potenciales compradores. Así, en cada feria se crea una base de datos de potenciales compradores, con los que se trabaja en las semanas o meses posteriores a la feria. En algunas ocasiones los expositores no cuentan en esos momentos con el producto que se les solicita, por lo que es posible que, además del contacto, se realice la convocatoria de un nuevo encuentro o reunión para enseñar un muestrario, un catálogo o incluso el producto, si se dispone del mismo en los almacenes.

Algo similar ocurre con los expositores de la Feria del Mueble, aunque no en todos los casos. Si lo que se trata es de adquirir un mueble concreto o se quiere decorar toda una habitación o un rincón de la casa, es difícil que la venta se realice en el mismo stand de la iniciativa, aunque el cliente verdaderamente interesado acudirá en próximas fechas a conocer la oferta de la que se dispone en la exposición habitual. No ocurre lo mismo cuando la compra se centra en un pequeño mueble auxiliar o en productos de decoración.

Cuadros, lámparas, láminas, jarrones e incluso almohadas son algunos de los productos que se adquieren en el momento, mientras que sillones o colchones (productos de los que existe una gran variedad en la cita cuellarana) suelen quedar pendientes para una segunda visita, al igual que ocurre con el gran mobiliario. Ambas cuestiones también se mezclan en los expositores del espacio dedicado a Industria y Servicios, donde existe una amplia variedad comercial entre los 24 expositores que se encuentran representados en esta área. Existen quienes sí realizan operaciones concretas, como es el caso de los pequeños productos como la cuchillería, los biocosméticos, los objetos de artesanía y decorativos o los libros.

Sin embargo, en esta área también se encuentran empresas que ponen a la venta productos como calderas de calefacción para el hogar, máquinas de vending e incluso seguros o tratamientos de agua. Aunque en algunos casos (los menos) sí se realizan operaciones, lo más habitual es la creación de ficheros de clientes, donde se incluyen los datos de los mismos para una segunda toma de contacto en fechas posteriores. Tampoco faltan los sorteos y regalos directos para atraer a mayor número de potenciales clientes hasta los stands o para recabar sus datos para una próxima visita.

Alimentación

No hay que olvidar que la Feria de Cuéllar también incluye la celebración de citas dedicadas al coleccionismo y las antigüedades o la artesanía. En el primer caso, las operaciones se realizan principalmente con coleccionistas, aunque parte de la oferta también atrae a público en general. Buena parte de este último se acerca hasta la cita de artesanía, con un amplio muestrario de accesorios, juguetes o productos para el hogar, que suelen tener una gran acogida entre el público. Sin duda, el grueso de ventas en la Feria se realiza a través del sector de alimentación, gracias a lo variado y atractivo de los productos y la posibilidad de probar y degustar algunos de ellos en el momento. En esta ocasión, en la Feria se pueden adquirir y probar multitud de panes y dulces (bizcochos, tartas, bambas, pasteles, pastas….) embutidos como jamón, chorizo, lomo o salchichón, que en ocasiones se pueden adquirir en lotes, con una disminución del precio de venta respecto a la venta unitaria. En este caso tampoco faltan los quesos y derivados artesanales, aceites, mieles, licores, ibéricos, aceitunas y encurtidos, conservas, pimentón, caramelos, gominolas, embutidos de caza y productos con denominación de origen como las Delicias de Cuéllar o las anchoas y el bonito de Santoña.

Entre tanta variedad (también de precios) es raro que los visitantes dejen pasar la oportunidad de comprar alguno de estos productos, bien para tomarlos en el momento o para llevarlos a sus hogares y dejarlos para un momento especial, o simplemente para el día a día, con la seguridad de un producto de calidad que en muchas ocasiones se adquiere directamente al productor.

Capítulo aparte merece el Rincón del Vino y la Cerveza, una iniciativa que parte de la Diputación a través de su marca Alimentos de Segovia y que en esta ocasión reúne a once productores de la provincia, que dan a conocer las bondades de las bebidas segovianas. Tras un recorrido por los stands, son muchos los que optan por realizar un descanso tomando uno de los productos líquidos segovianos amparados bajo la marca de calidad. Tampoco faltan los que deciden realizar su parada en el bar de la Feria.

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