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Un grupo de participantes de la segunda marcha solidaria organizada por Cruz Roja en Segovia.

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Un grupo de participantes de la segunda marcha solidaria organizada por Cruz Roja en Segovia. Antonio de Torre

Alrededor de 400 segovianos arropan a Cruz Roja en su segunda marcha solidaria

La organización centra su atención en formar a jóvenes en riesgo de exclusión social

eva esteban

Segovia

Domingo, 8 de abril 2018, 13:42

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La lluvia se contuvo y respetó la celebración de la segunda marcha solidaria organizada por Cruz Roja en Segovia. A primera hora de la mañana del domingo, las primeras gotas caían sobre la ciudad, pero el mal temporal ha dado una tregua y ha permitido que cerca de 400 personas se echaran a la calle para apoyar la causa generosa de la entidad. Media hora antes del pistoletazo de salida, que comenzaba puntual a las once de la mañana, la marea roja se ha agolpado a los pies del Acueducto para entrar en calor antes de recorrer los cerca de seis kilómetros por el cinturón verde de la ciudad.«El objetivo es dar a conocer la labor que hacemos, que los segovianos se sientan más cercanos a nosotros y que nos apoyen o bien mediante la participación en esta marcha o dándonos a conocer para favorecer la difusión social», ha asegurado el presidente de la asociación en la provincia, José Luis Montero.

Hasta el último instante, los voluntarios de Cruz Roja han tenido que multiplicarse para atender a todas las personas que querían sumarse a la caminata. Han puesto a la venta 800 camisetas, y aunque «no todo el mundo se ha animado a participar», han conseguido vender todas. Por un precio de cinco euros, los inscritos han recibido, además de dicha camiseta, un mochila y, al concluir la marcha, un refresco isotónico y una manzana para recuperar fuerzas. El dinero recaudado de esta actividad, que se consolida como una de las «más importantes para nosotros», irá destinado a financiar los programas que han planificado para este 2018. «Estamos centrando nuestros esfuerzos en trabajar con jóvenes que se encuentran en dificultad y exclusión social para que consigan una formación que les permita integrarse en el mercado laboral», ha confirmado Montero.

También focalizarán su atención en favorecer el desarrollo social. Según el presidente de la asociación, los puntos «más alejados» de la capital segoviana, «los que realmente tienen más necesidades», son los que menos se benefician de la labor que realizan. «Queremos y tenemos que llevar todas las actividades que realizamos en la capital a esos puntos, es primordial».

Una de las líneas de ayuda sobre la que más se vuelca actualmente la delegación provincial es la de atender a la población en riesgo de vulnerabilidad por culpa de la crisis. Aunque notan una «leve» mejoría y el año pasado recibieron «alguna solicitud de ayuda menos y hay menos personas que demandan empleo y que participan en actividades de formación», Montero tiene claro que continúan siendo «fundamentales» en la provincia.

Y es que, aunque parezca que los efectos comienzan a ser notorios para el conjunto de la sociedad, «una parte de la población con la que trabajamos se encuentra en una situación de exclusión tal, que esa salida de la crisis no les llega de cerca». Como prueba de ello, el año pasado, los diferentes programas de ayuda que mantiene activados la organización prestaron algún tipo de asistencia a 28.620 ciudadanos. Acuden principalmente para demandar información. La prevención de drogas y cuestiones vinculadas con la educación y la sanidad son las consultas más demandadas.

70 refugiados

Cruz Roja en Segovia busca voluntarios. Aunque la tendencia en los últimos años se ha mantenido y en la actualidad son cerca de 750, el amplio abanico de programas que ofrece la entidad requiere más personal. «Nos mantenemos estables, pero necesitamos que la gente venga a echarnos una mano», ha subrayado Montero.

Los movimientos migratorios se han dejado notar en la provincia. Aunque atienden «muchos menos inmigrantes que hace diez años», la llegada de refugiados copa buena parte de su interés. Les ayudan, sobre todo, con todo lo que tiene que ver con el aprendizaje del idioma y su adaptación al contexto social actual. «El año pasado hemos trabajado con cerca de 70 refugiados para ayudarles a adaptarse a través del empleo y la formación».

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