Concluyen las obras de consolidación de un nuevo tramo de la muralla

El adarve constituía una vía de entrada de agua, ya que el mortero estaba muy suelto y los mampuestos estaban separados. Además, el material de coronación de las almenas estaba desprendido y no existían piezas de remate en los merlones. Todo ello hacía que el agua de lluvia se filtrara al núcleo de la muralla, lavando los morteros. La lesión se veía agravada, en algunos puntos, por la acción de las palomas, que horadaban la muralla, generando excrementos que consumían la piedra caliza, provocando desprendimientos.

Ante esta situación se decidió picar de forma manual los revestimientos en mal estado de las distintas capas, para después reparar esas zonas inyectando lechada de mortero de cal, colmatando las oquedades y espacio vacíos del interior del lienzo, y reparar las almenas y merlones. En el adarve se ha regularizado el soporte dando las pendientes necesarias y colocando un pavimento con piedra de musgo.