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Dos de los nidos colocados entre los canecillos que soportan el alero del tejado.Tanarro
Un hogar para las aves que viven más tiempo en el aire, hasta 250 días y noches seguidos

Un hogar para las aves que viven más tiempo en el aire, hasta 250 días y noches seguidos

El área de Cultura de la Diputación ha aprovechado las obras del teatro para habilitar cajas-nido para los vencejos

Miguel Ángel López

Domingo, 14 de mayo 2017, 13:55

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Cajas de madera de cuarenta centímetros de largo por veinticinco de profundidad cuelgan bajo el alero, entre las canecillos del lado norte y oeste de la fachada del teatro Juan Bravo. Son el hogar habilitado para los vencejos, las aves que viven más tiempo en el aire, hasta 250 días y noches seguidos en vuelo; tienen unas patas diminutas y, por eso, Linneo los calificó con el nombre latino de apus, sin patas. Y son segovianos, aunque emigran a África para pasar el otoño y el invierno. Aquí anidan y crían. Aquí viven más o menos cien días antes de marcharse, antes de bajar a Tanzania y otros lugares africanos.

El área de Cultura de la Diputación ha aprovechado las obras del teatro Juan Bravo y ha instalado 16 cajas nido para vencejos, un intento de facilitarles el hábitat urbano y de asegurar la pervivencia de la especie, aunque el jefe del Servicio de Arquitectura y Urbanismo de la institución provincial, Juan Antonio Miranda, es algo escéptico.

No lo es Francisco Javier Sáez. Como responsable del Foro GeoBiosfera propuso a la Diputación instalar estas cajas nido en el Juan Bravo para una de las dos especies de aves «icónicas» de la ciudad (además de la chova piquirroja). Es una acción de recuperación ambiental del edificio, y los nidos, confeccionados por operarios de la Diputación de acuerdo con las directrices de Sáez y de Miranda, han sido colocados durante las obras de rehabilitación de la fachada y en el periodo en que no se perturba la crianza de los vencejos.

Como antecedentes están otras cajas nido instaladas en la muralla de la ciudad, el muro arreglado en el talud de la calle San Millán o el entorno de la Casa de la Química, junto al Alcázar, que han tenido éxito para la nidificación de otras especies.

Sáez destacó que los primeros llegaron el 12 de abril y los últimos en volar a África podrán irse en agosto, aunque siempre se habla de «los cien días de los vencejos» por el tiempo medio que pasan en la península. Y aunque Miranda opinó que la batalla para salvar a los vencejos «está perdida», porque los insecticidas están acabando con su fuente de alimentación (el aeroplancton, que comen al vuelo), acogió de buen grado la propuesta para instalarlas. Para el responsable del Foro GeoBiosfera la medida es necesaria y tendrá efectos positivos porque «están disminuyendo sus poblaciones a una velocidad increíble».

En España hay en la actualidad unos 30 millones de vencejos que consumen 135.000 toneladas de insectos y cogen también al vuelo los pequeños elementos con los que hacen sus nidos. Pero subrayó Sáez que cada vez tienen más difícil la anidación en las ciudades, que solían hacer en los huecos que encontraban en los antiguos edificios. Ahora, cuando se rehabilita un inmueble, sobre todo en los declarados Bien Interés Cultural, se suelen aplicar aislantes que tapan todos esos huecos donde anidaban los vencejos, y la utilización de chapas onduladas en los tejados les impide que puedan aprovechar los espacios debajo de las tejas, comentó. De ahí que considere una buena medida colocar estas cajas nido para que puedan anidar estas «aves segovianas».

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