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asiego de pasajeros en las renovadas instalaciones de la terminal de autobuses de Segovia. De Torre
El Ayuntamiento cobrará a las empresas por usar la nueva estación de autobuses

El Ayuntamiento cobrará a las empresas por usar la nueva estación de autobuses

Un primer estudio barajado por el Ayuntamiento cifraba el coste anual en unos 250.000 euros

César blanco

Viernes, 7 de abril 2017, 21:47

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Otro litigio del Ayuntamiento de Segovia le devolvió la gestión de la terminal de autobuses. Desde aquella resolución han pasado más de tres años. Aunque el equipo de gobierno, entonces presidido por Pedro Arahuetes, se revolvió contra el fallo y recordó que debía de ser la Administración autonómica la encargada de promocionar este tipo de infraestructuras, el Consistorio de la ciudad no tuvo más remedio que ceder y hacerse cargo del recinto del paseo Ezequiel González. No sin polémica, eso sí. De hecho, el exregidor llegó a amenazar con el cierre de las instalaciones.

Por hacer un poco de memoria, la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León sobrevino como consecuencia de la incapacidad de la Compañía de Aparcamiento Regulado (Carsa) de cobrar a las empresas de transporte por el uso de la terminal. Las operadoras La Sepulvedana, Autocares Garrido, Galo Álvarez y Autobuses Bermejo se negaban a pagar porque el apeadero era eso, un mero estacionamiento para autobuses y no una estación con la homologación oficial y la categoría legal.

Dicha polémica fue otro leño más en el fuego encendido que calentaba las ya de por sí muy caldeadas relaciones que mantenían la Junta de Castilla y León y el Ayuntamiento de Segovia. La designación de Clara Luquero como alcaldesa de Segovia a raíz de la renuncia de Arahuetes al bastón de mando, y su primera reunión con el presidente del Gobierno autonómico, Juan Vicente Herrera, abrió de par en par la puerta a una nueva etapa más dialogante entre ambas administraciones; aunque la ya regidora no se olvidó en sus reivindicaciones para la ciudad de la terminal de autobuses. Así, ese fue uno de los primeros compromisos que arrancó al líder regional: La ejecución de las obras necesarias para convertir las dependencias en una estación con todas las bendiciones oficiales de la Junta.

Primera toma de contacto

Casi tres años después de aquel compromiso, la terminal presenta una nueva cara, una imagen más moderna y mantiene la gestión municipal, a pesar de los pesares de más sentencias contrarias ganadas por los vecinos contra las marquesinas; de la interinidad de la vigilancia por parte de la Policía Local o de la prolongación de las obras de reforma y adaptación de las instalaciones. Según se dedujo tras la inauguración de la nueva campa para los vehículos y del espacio para los viajeros, locales y las taquillas, este mismo mes podría estar la certificación de la Junta que acredita el recinto como, ya por fin sí, estación de autobuses.

Es cuestión de tiempo, y no de demasiado. Por lo tanto, el equipo de gobierno socialista en el Ayuntamiento de Segovia piensa ya en cómo equilibrar esos gastos que lleva a aparejado el mantenimiento del espacio. Precisamente, ayer por la mañana tuvo lugar la primera toma de contacto entre los distintos grupos con representación en la corporación para definir las tasas del ejercicio que viene.

Empieza ya el trabajo de ingeniería financiera y fiscal. En dicho encuentro, el concejal de Hacienda y portavoz del PSOE en el hemiciclo municipal, Alfonso Reguera, planteó la implantación de una nueva tasa que se sumará a la lista de impuestos y tributos. Realmente no se trata de algo nuevo, sino una fórmula «muy estandarizada», ha esbozado el edil. En el fondo, es tan simple como pagar por un servicio.

Lo que entra por lo que sale

De esta manera, las operadoras de transporte que funcionan en la futura estación de autobuses de la capital tendrán que tributar con una cuantía que aún está por determinar. Alfonso Reguera se apresura a matizar y asegurar que el Ayuntamiento de la capital no intentará sacar un beneficio extra con este gravamen en estudio. «Lo que intentamos y hacia lo que vamos es a equilibrar», subraya.

Dicho de otro modo, lo que persigue esta propuesta fiscal específica para la que ha de ser acreditada como estación de autobuses es compensar el dinero que se va de las arcas municipales para sufragar el mantenimiento, conservación y limpieza del recinto con lo que ingresen a través del cobro de la tasa a las compañías que usan las instalaciones para prestar su servicio de transporte de viajeros.

Fórmula «estandarizada»

¿A cuánto puede ascender ese montante? Muy complicado saberlo a día de hoy. El concejal cita como pista un estudio elaborado cuando se diseñó el proyecto original de la estación. En dicho informe, se hablaba que el coste anual que acarreaba para el Ayuntamiento la gestión de la dependencias rondaba los 250.000 euros, recuerda Reguera, quien al mismo tiempo es sabedor y así lo pone de relieve de que dicha aproximación económica debe de ser examinada y actualizada.

La fórmula que pretende poner en marcha el equipo de gobierno se mira en el espejo de otras instituciones ante las que las empresas de transporte también han de rendir cuentas, como la Junta. El representante municipal se refiere a los registros que remiten las compañías sobre la cantidad de viajeros que se suben en las diferentes líneas.

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