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fernando arconada
Martes, 28 de marzo 2017, 12:30
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«Hay cosas que no son ciertas y además, nos parecen injustas. En aquel entonces, hicimos lo que pudimos y lo mejor que sabíamos. Lo habremos hecho mejor o peor, pero nunca con maldad, nunca con dolo. Tampoco somos el demonio». Así se expresaron exdirectivos de la Gimnástica Segoviana sobre el caso del local de la avenida del Acueducto y sobre los acontecimientos que se han derivado desde que salió la sentencia y el club anunció que iba a recurrir.
Moisés López, acompañado por Jaime Rojas, hicieron un repaso a lo que fue su paso por el club gimnástico. «Cuando nos metimos en la junta directiva fue con la intención de seguir empujando un proyecto que se presentaba estupendo y teníamos claro que era fundamental el rol de los jugadores, porque ellos saben y entienden. Pero hubo un momento en el que el club corría serio riesgo de desaparición. Teníamos dos opciones, o dimitir e irnos o echar una mano a todos. Lo importante para nosotros era no dejar la Segoviana descabezada. Y nos costó tiempo y dinero de nuestro bolsillo», comentaron exdirectivos del club gimnástico.
Había que negociar con los jugadores (a algunos se les buscó una ocupación laboral), con los proveedores, acuerdos con la Agencia Tributaria, con la Seguridad Social... Entonces la situación no era idílica. No cuantificaron esa cantidad, pero la suma que salió de los entonces directivos era importante (podría ser superior incluso a los 50.000 euros) . «Teníamos que poner dinero para seguir funcionando, para seguir compitiendo; de lo contrario no estaríamos hablando ahora de la Segoviana», apuntaron.
En relación al caso del local de la avenida del Acueducto (que da para el guion de una película), también quisieron explicar la situación. «No teníamos dinero y nos teníamos que ir del anterior. Propuse ese cambio y a todos nos pareció una buena idea, incluyendo a Agustín (ahora presidente), que entonces estaba en las reuniones, porque pensábamos que era una buena manera de integrar más a la sociedad con el equipo. Ese tipo de locales podía rondar los 1.200 euros al mes y lo conseguimos poner a 450. En el que estábamos antes nos costaba 600. Y la verdad es que empezamos bien. Había otras cuestiones que pagar, que consideramos más importantes y ya quitaríamos parte de esa deuda».
Los exdirectivos también manifestaron que en esta cuestión del local no solo interviene Moisés López; en esta historia intervienen más partes. «Es que no es solo mío, y así se lo he intentado explicar y hacer ver a los actuales directivos, y si sé que hay otro local, no nos hubiéramos metido en este, aunque repito que a todos nos pareció una idea brillante y estábamos encantados».
Y fue tajante cuando afirmó que piensa renunciar a su parte cuando esta historia termine. «Ya se lo dije a los actuales directivos y lo mantengo. Se nos podrá acusar de muchas cosas, de lo que quieran, pero no de habernos llevado dinero, porque como suele decirse, de donde no hay no se puede sacar», comentaron. En este sentido presentaron documentos y facturas, como los que hicieron referencia a los gastos derivados del alojamiento de algunos jugadores o del alquiler de una anterior sede, propiedad de Moisés López, que no costaron nada al club gimnástico.
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