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Las razones del 'no' de los feriantes a La Albuera

Las razones del 'no' de los feriantes a La Albuera

Los industriales ambulantes se quejan de que el nuevo recinto es pequeño y que no van a caber todos; carece de agua y luz, y para usar generadores tendrían que pagar a mayores como mínimo 500 euros

el norte

Sábado, 11 de marzo 2017, 07:44

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Secundino Martos es un clásico de la feria segoviana. Empezó a venir con su padre cuando era niño y ahora, con 45 años, continúa la tradición de endulzar y regar la jarana festiva con Vinos Montroy. No falla por San Juan y San Pedro, por eso se muestra más reivindicativo y crítico con la propuesta de trasladar el recinto ferial a La Albuera. «Es un espacio más pequeño que donde estábamos y no vamos a caber todos». Calcula que las ferias arrastran a unas trescientas o cuatrocientas personas que son la 'familia' de los carruseles, puestos de hostelería, expositores y demás atracciones.

El lugar donde les pretende poner el Ayuntamiento «no tiene ni agua ni luz y llevamos niños pequeños que no pueden estar en esas condiciones». Además, no superarían la inspección de sanidad.

También se queja de los gastos que conllevaría esta mudanza porque «nos hacen pagar los generadores y no sacamos tanto dinero en los veinte días que estamos en Segovia». La rentabilidad de los carruseles ha caído. «Hay compañeros que han tenido que dejar las casetas», se lamenta Martos. Le enfada especialmente que el emplazamiento elegido entre el colegio Eresma y la ciudad deportiva de La Albuera deje fuera a compañeros.

«¿Cómo se le dice a gente que lleva viniendo toda la vida que se tienen que ir?», se pregunta; y cuestiona la fórmula del sorteo, ya que en la parcela de la polémica no caben todos. «Siempre se ha hecho por antigüedad», dice.

Los costes de los generadores que habría que emplear correrían a cargo de los feriantes; aunque la alcaldesa, Clara Luquero, matizara que se contemplaría una rebaja en la tasa de ocupación para compensar el plus de gastos que iban a tener los feriantes este año y en este lugar. Martos, como portavoz del colectivo ambulante, dice que no están dispuestos a acarrear con «500 ó 600 euros como mínimo a mayores» por el uso de generadores.

El año pasado, por ejemplo, en el espacio tradicional de la trasera del hotel Cándido, el aforo se llenó apunta Secundino Martos con más de 170 adjudicatarios: desde mesones o puestos de bisutería hasta los clásicos carruseles y atracciones. Los cánones a pagar dependen del área de ocupación y de si el lugar es más o menos privilegiado dentro del recinto. El año pasado oscilaron entre los 3.116 euros de la pista de coches hasta los 100 euros de un puesto de algodón dulce.

«El problema colea desde hace unos quince años», señala el feriante. Pero la ubicación no es el único conflicto con el que han convivido estos años. «Lo de la seguridad es vergonzoso. No puede ser que veas a niños llorando de la mano de sus padres». Secundino Martos recuerda «un par de broncas gordas» en el pasado ciclo festivo. La sensación de inseguridad es palpable desde hace tiempo, insiste. Ha habido casos de peleas con arma blanca.

Es más, «desde hace siete u ocho años, en Segovia siempre se llega a las manos», añade el hostelero. «Es tremendo que estemos pensando en cerrar a las dos o tres de la mañana para que no nos toque», lamenta. La alcaldesa se ha comprometido a reforzar la seguridad en el nuevo recinto ferial.

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