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Fernando García Delgado, presidente saliente (i); José Manuel Maza, fiscal general del Estado; Victoria Ortega, presidenta de la Abogacía Española, y Julio Sanz Orejudo.
«Lucharé por una abogacía decente y honesta»

«Lucharé por una abogacía decente y honesta»

El mundo de la justicia arropa al segoviano Julio Sanz Orejudo en su toma de posesión como presidente del Consejo de la Abogacía de Castilla y León

Carlos Álvaro

Viernes, 10 de marzo 2017, 10:51

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«Hoy quiero reafirmarme en mi compromiso con una abogacía de rigor y excelencia profesional, de información permanente, libre e independiente, que se adapte a la revolución tecnológica y a los cambios del derecho, que humanice el derecho; una abogacía que defienda y proteja la función social que viene desarrollando la justicia gratuita y el turno de oficio; una abogacía en defensa de los Derechos Humanos, de respeto a los derechos fundamentales, a la presunción de inocencia al honor y al juicio justo; una abogacía que ampare la relación personal de confianza entre el abogado y el cliente, que vele por el cumplimiento del código deontológico y de las buenas prácticas profesionales; una abogacía decente, honesta en sus actuaciones, al servicio de la sociedad y por un mundo más justo».

Estos son los principios y valores que inspirarán la andadura del segoviano Julio Gabriel Sanz Orejudo (El Espinar, 1956) como nuevo presidente del Consejo de la Abogacía de Castilla y León. El decano de los abogados segovianos tomó ayer posesión de su nuevo cargo en el transcurso de un brillante y emotivo acto que reunió en el salón de plenos de la Diputación (el actual Palacio de Justicia no dispone de una sala con capacidad para albergar un acto de estas características) a una nutrida representación del mundo de la justicia, con el fiscal general del Estado, José Manuel Maza, y la presidenta del Consejo General de la Abogacía Española, Victoria Ortega, a la cabeza. Sanz Orejudo, que fue elegido por asentimiento en el pleno del Consejo regional del pasado 3 de marzo, toma el relevo del salmantino Fernando García Delgado, que ha permanecido once años como máximo representante de los abogados de Castilla y León.

Precisamente, las primeras palabras de Sanz Orejudo como nuevo presidente del Consejo de la Abogacía de Castilla y León fueron para su antecesor. De García Delgado hereda el segoviano un Consejo «unido y cohesionado», así como «una enorme dedicación, esfuerzo, buen hacer, saber estar y una presencia constante en la defensa de los abogados castellanos y leoneses», aseguró Sanz Orejudo, que destacó la importancia de la cohesión del Consejo y la unidad de los nueve colegios de la comunidad autónoma para luchar por los objetivos comunes. «Después de tantos años dijo el nuevo presidente, uno se da cuenta de que la fuerza de la abogacía reside en la unidad».

Durante su discurso, el letrado segoviano abogó por un Consejo de la Abogacía de Castilla y León vivo, dinámico, capaz de adaptarse a los nuevos tiempos de la comunicación, cercano a los abogados, con presencia social y que trabaje por dignificar la profesión, por defender el prestigio del abogado y la libertad e independencia de su ejercicio. «Tenemos que ganar la batalla en los tiempos que nos toca vivir, porque las nuevas tecnologías han supuesto una revolución social, una nueva forma de entender la sociedad y el derecho, y en estos nuevos espacios los abogados tenemos también que desarrollar nuestra actividad con rigor y decoro». Y continuó: «Desde el Consejo vamos a trabajar, como hemos venido haciendo hasta ahora, por una abogacía solidaria, de contenido e implicación social, cuidando, cultivando y defendiendo la labor profesional que realizan los abogados de oficio, en defensa de la tutela y en defensa de los ciudadanos, en coordinación con las políticas del Consejo General y de los colegios para seguir contribuyendo a la paz social».

El nuevo presidente del Consejo de la Abogacía de Castilla y León tendió su mano a la Administración de Justicia, a jueces y fiscales, letrados y funcionarios: «La abogacía siempre estuvo y siempre estará presta a colaborar en la mejora de la organización y funcionamiento de los juzgados y de los tribunales, de la misma forma que esperamos correspondencia en la consideración y el respeto que merecen nuestro oficio y los abogados en su quehacer profesional», apostilló.

Antes que Sanz Orejudo, había intervenido el presidente saliente, Fernando García Delgado, que se despidió del cargo lamentando la «escasa» atención que la Administración presta a la justicia: «En estos años he podido constatar que la justicia es la gran olvidada de la Administración, pero, a pesar de los pesares, sigue funcionando, y curiosamente funciona bien, no por la ayuda que se le presta, sino por el esfuerzo y el trabajo de los profesionales que la integran». García Delgado tuvo palabras cariñosas para su sucesor: «Toma posesión un gran tío, un gran hombre que además es mi amigo. A Julio le deseo toda la felicidad que merece y hago votos para que Dios le dé larga y vida y para que, con la tolerancia que le caracteriza y la firmeza en sus decisiones, nos conduzca a todos los abogados de Castilla y León por la buena senda».

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