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Rosa María Roder Díaz. De Torre
«En los últimos años hemos cambiado nosotras más que ellos»

«En los últimos años hemos cambiado nosotras más que ellos»

La cubana Rosa María Roder vino a España por invitación de su novio y aquí se casaron. Desde que se bajó del avión, hace más de 15 años, reside en Rapariegos

Miguel Ángel López

Jueves, 9 de marzo 2017, 16:31

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Rosa (Cuba, 1967) vino a España por invitación de su novio y aquí se casaron. Vive en Rapariegos, donde reside «desde que me bajé del avión». De eso hace más de quince años y todo este tiempo ha trabajado y, subraya, cotizado a la Seguridad Social como empleada de hogar o en residencias de personas mayores. «Me han tratado muy bien, menos en la residencia que estuve seis meses sin asegurar». Lleva «bien» la conciliación del trabajo con la vida familiar, no recuerda actitudes machistas en sus empleos ni en el tiempo que trabajó como autónoma al frente de un negocio en Madrid, asegura que la señora para la que trabaja ahora, que tiene siete hijos, le trata «muy bien» y no se le ocurren reproches ni a su Cuba natal «yo a Fidel tengo muchas cosas que agradecerle porque me ha dado educación y medicina gratis», a pesar de que «los políticos son como los de aquí, se lo llevan todo para ellos», ni para la sociedad cubana que tiene tantas raíces de la cultura y la tradición española.

Cree Rosa que en España no hay diferencias de trato, pero la risa le sale espontánea cuando, al afirmar que «en los últimos años han cambiado más las mujeres», se le pregunta por los hombres. «Bueno... Depende... Las mujeres sí», responde. Tiene una hija de treinta años, a la que advirtió cuando la trajo a España de ese cambio, de que «aquí la vida no es regalada y hay que currárselo. Y ahora trabaja mucho, como su madre». Ha visto actitudes machistas, pero afirma que ella no las ha sufrido en persona, ni en el trabajo siquiera y, en cambio, sí ha tenido «algunos problemas con otras mujeres». No han sido de importancia. Y Rosa da la clave del porqué: «Por ser extranjera y cubana un poquito sí, ya sabe las mujeres como son... Hay sus cosillas, pero hay que sobrellevarlo».

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