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Un hombre pasea a un bull terrier. J. S.
Solo el 2,5% de los perros censados en Segovia son de razas peligrosas

Solo el 2,5% de los perros censados en Segovia son de razas peligrosas

El número de razas peligrosas varía de unas ciudades a otras, pero la lista inicial de ocho es común a toda España

kike yuste

Martes, 7 de marzo 2017, 06:13

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Son ocho las razas que la ordenanza municipal de animales de compañía considera como potencialmente peligrosos. Se trata de animales que por sus atributos físicos, como la agresividad en el ataque y la defensa y la resistencia al dolor, junto con una gran tenacidad, pueden causar graves daños, e incluso resultar letales para una persona.

En los últimos días, la necesidad de controlar a este tipo de razas caninas se ha vuelto a poner de manifiesto, tras el ataque mortal de cinco de estos animales a un hombre de 66 años que se encontraba trabajando en sus tierras en un municipio de Alicante. Los perros, de razas mestizas de pitbull y bullterrier, se habían escapado de una finca cercana y la mayor parte de los animales carecía de identificación o de controles veterinarios.

También recientemente, un niño de diez años ha tenido que se operado en Sevilla para reconstruirle la cara, después de que un pitbull se abalanzase sobre él cuando se encontraba jugando en la calle. Los propietarios tampoco tenían licencia ni el perro estaba registrado. A estos dos casos se une otro ocurrido en la localidad salmantina de Santa Marta, en el que también se han visto implicados varios perros de los considerados peligrosos. Un hombre de 67 años fue hallado muerto en un camino con mordeduras en su cuerpo.

Junto al cadáver se encontraban cuatro perros y se investiga si son los causantes de la muerte. El propietario ha sido arrestado como supuesto autor de un delito de homicidio imprudente, por si finalmente la autopsia determina que efectivamente la muerte se produjo como consecuencia del ataque de los animales.

En la provincia de Segovia, también hay un suceso reciente. Hace poco más de un mes, en el núcleo de población de San Rafael, un can, mezcla entre pitbull y labrador, mordió a un transeúnte y en poco espacio de tiempo también hincó sus colmillos en la mano de una agente de la Guardia Civil, en un ataque que dejó la marca de los dientes propia de apretar sobre la carne, aunque las heridas que le ocasionó fueron de pronóstico leve. El suceso sigue siendo investigado para certificar si el can es considerado un perro potencialmente peligroso.

La normativa municipal en la ciudad de Segovia sobre estos animales es una transposición de la reglamentación nacional de 2002 sobre perros potencialmente peligrosos, en la que se recoge un listado de ocho razas (Pit Bull Terrier, Staffordshire Bull Terrier, American Staffordshire Terrier, Rottweiler, Dogo Argentino, Fila Brasileiro, Tosa Inu y Akita Inu).

Requisitos

La legislación nacional establece que pueden incorporarse a estas categorías ejemplares de otras razas con unas características morfológicas determinadas: musculatura fuerte, aspecto poderoso, robusto, confinguración atlética, agilidad, vigor y resistencia; marcado carácter y gran valor, pelo corto; perímetro torácico comprendido entre 60 y 80 centímetros, altura a la cruz entre 50 y 70 centímetros y peso superior a 20 kilos; cabeza voluminosa, cuboide, robusta, con cráneo ancho y grande y mejillas musculosas y abombadas. Tiene además mandíbulas grandes y fuertes, boca robusta, ancha y profunda; cuello ancho, musculoso y corto; pecho macizo, ancho, grande, profundo, costillas arqueadas y lomo musculado y corto; y extremidades anteriores paralelas, rectas y robustas y extremidades posteriores muy musculosas, con patas relativamente largas formando un ángulo moderado.

Asimismo, pueden considerarse legalmente peligrosos aquellos animales que designen los veterinarios, con lo que tendrán que estar sujetos a esta reglamentación.

Para tener algún ejemplar de cualquiera de las ocho razas, y de algún otro can considerado como potencialmente peligroso, el dueño debe obtener una licencia, que se concede si se cumplen condiciones como ser mayor de 18 años, no haber sido condenado por delitos de homicidio, lesiones, torturas, contra la libertad sexual o por pertenencia a banda armada o grupo terrorista, además de disponer de capacidad física y psicológica, que se acredita mediante un test psicotécnico similar al que se requiere para la tenencia de armas.

El reglamento establece también la obligatoriedad de contratar un seguro de responsabilidad civil por daños a terceros y con una cobertura de al menos 120.000 euros, así como un informe veterinario que acredite que el perro está debidamente identificado con un microchip. Las licencias tienen una vigencia de cinco años y dejará de tener vigencia en el momento en el que el titular de la misma deja de cumplir cualquiera de los requisitos solicitados.

De hecho, no resulta fácil poseer uno de estos animales sin contar con la preceptiva licencia, para la que hacen falta superar importantes requisitos, como el certificado negativo de antecedentes penales, la capacitación psíquica y el seguro de responsabilidad civil. Y no resulta fácil porque la Policía Local tiene la orden de solicitar los permisos a los propietarios de los perros peligrosos que pasean por las calles, con el fin de asegurarse de que se cuenta con la licencia obligatoria, que es personal e intrasferible, lo que quiere decir que una persona sin licencia no puede sacar a pasear uno de estos perros, aunque sea para hacer un favor al propietario.

Esto conlleva que el número de licencias sea bastante superior al de canes registrados, dado que en algunas familias es habitual que más de un miembro cuente con este permiso para poder sacar a pasear a un mismo perro. Los agentes conocen perfectamente las características de este tipo de razas, por lo que cuando detectan a uno por las calles suelen solicitar la licencia, especialmente cuando se infringe alguna de las normas exigidas para su paseo en público.

69 en la capital

En estos momentos, el Ayuntamiento tiene registrados 69 canes como potencialmente peligrosos, lo que supone un 2,56% del total de perros censados en la ciudad (2.692). Esta circunstancia hace sospechar al Ayuntamiento. «Desde nuestro punto de vista nos parecen escasos. Queremos hacer un llamamiento a la ciudadania para que sepan la obligatoriedad de la inscripción en el censo canino de todos los perros, y especialmente de los potencialmente peligrosos en su censo específico», asegura el concejal de Servicios Sociales, Andrés Torquemada.

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